El multimillonario Yazeed Al Rajhi da el primer Dakar a Arabia Saudí
El ídolo local y heredero de un imperio financiero estrena el casillero de victorias de su país y rompe la hegemonía de Sainz, Peterhansel y Al-Attiyah en la última década
Yazeed Mohamed Al-Rajhi (Riad, 43 años) es por fin profeta en su tierra, un hito que ningún otro piloto ha logrado a lo largo de la historia en el Rally Dakar. Este multimillonario saudí, una de las personalidades más singulares del vivac, ha capturado su primer trofeo ‘Touareg’ este viernes al rematar la faena con su Toyota del equipo Overdrive Racing, la primera estructura privada en llevarse la prueba en un cuarto de siglo. El ídolo local ha completado la duodécima etapa de 61 kilómetros por el desierto de Rub al Khali a cuatro minutos y medio del ganador, el brasileño del equipo oficial de la marca japonesa Lucas Moraes, que ha completado la corta especial en 54 minutos. Aunque sus acompañantes en el podio final en Shubaytah le han superado, tenía margen de sobras para dedicarse a controlar el ritmo y llevar el coche más fiable del rally hasta la línea de meta. En total, la odisea contra el reloj ha sido de 53 horas a lo largo de dos semanas.
“Estoy muy contento. Es la carrera más dura que he experimentado en mis 11 años de trayectoria aquí. Hemos hecho un gran trabajo y el equipo nos ha apoyado en todo momento. Hoy es un día histórico”, apuntaba el ganador, a ratos incapaz de encontrar las palabras para describir sus sensaciones. “El plan fue no apretar demasiado al principio. Esta carrera requiere una estrategia inteligente, ver cómo los rivales se van posicionando, y por fin la hemos clavado”, celebraba entre un mar de banderas y compatriotas. El sudafricano Henk Lategan, que controló gran parte de los 5.000 kilómetros de recorrido con su Toyota del Gazoo Racing, se dejó el triunfo en los tres días de grandes dunas en el temido cuadrante vacío y terminó segundo a menos de cuatro minutos del vencedor. El sueco Mattias Ekstrom fue tercero en el estreno de Ford en el rally más duro del planeta, una señal esperanzadora para el proyecto que comparte Nani Roma y Carlos Sainz.
Al-Rajhi hereda así la corona del piloto madrileño de 62 años, una de sus grandes fuentes de inspiración a nivel personal y deportivo. Además, rompe la hegemonía de los veteranos multicampeones del Dakar: el español, el francés Stéphane Peterhansel y el catarí Nasser Al-Attiyah se habían repartido las últimas diez victorias. Solo otros tres pilotos (Luc Alphand, Giniel de Villiers y Nani Roma) habían sido capaces de truncar el reinado de los tres magníficos en las últimas dos décadas. “Felicidades amigo. Estoy muy contento por ti, has hecho un trabajo fantástico. Bienvenido al club de ganadores del Dakar”, escribía Sainz en sus redes sociales. En la víspera de la jornada decisiva, el cuatro veces ganador del ‘Touareg’ llamó a su colega saudí para darle algunos consejos y tratar de apaciguar sus nervios.
Piloto desde 2007, cuando montó su propia estructura a golpe de talonario, el saudí ha encontrado finalmente el éxito deportivo en el mundo de los rally-raid. En el mundial de rallies (WRC), en cambio, compitió una década sin encontrarlo. Su mejor resultado llegó en el rally de Acrópolis de 2012, una octava posición que ilustra sus dificultades para batirse con la élite de la disciplina. Su transición a las carreras de navegación fue natural y su adaptación inmediata. En su primer Dakar, en 2015, Al-Rajhi demostró su velocidad innata en el desierto con una victoria en su octava etapa. Marchaba tercero de la prueba cuando tuvo que abandonar a un par de días del final.
Hasta que el rally no aterrizó en Arabia, no volvió a saborear las mieles de la victoria. En 2020 rozó el podio otra vez y terminó cuarto, de nuevo de la mano de Toyota tras un paso infructuoso por Mini. En 2021 logró dos triunfos de etapa y en 2022 se subió al tercer cajón para alegría de los suyos. A veces demasiado temerario con el acelerador, como cuando sufrió un espectacular accidente el año pasado en las mismas dunas que ahora le han coronado, Al-Rajhi ha aprendido a levantar el pie y fiarse más en la estrategia. Si bien la velocidad cuenta, no hay otra receta mejor para ganar el ‘rally de rallies’ que el uso de la cabeza. El dinero, en su caso, también ha contribuido en una carrera donde apenas 20 de los 350 participantes llegan con todos los costes pagados.
Hijo de Sulaiman bin Abdul Aziz Al Rajhi, cofundador del banco Al-Rajhi, el banco islámico más opulento del mundo, Yazeed empezó a trabajar en las distintas empresas familiares a los 18 años. Según la revista ‘Forbes’, la fortuna familiar llegó a exceder los 2.000 millones de euros hace una década. El piloto ha hecho carrera en el sector inmobiliario, en la restauración y actualmente controla gran parte del comercio de acero en Arabia Saudí. Entre muchas otras compañías, es propietario de la embotelladora de agua Berain, patrocinadora del propio Dakar, y en la caravana se le suele ver atendiendo llamadas de negocio y correos de trabajo. Como embajador del país y anfitrión, Al Rajhi ha invitado anualmente al resto de competidores de la carrera a un banquete en su mansión a las afueras de Riad, la capital del reino, coincidiendo con el día de descanso.
Después de ganar el Dakar este 2025, el piloto y empresario ya ha prometido que dará 2,5 millones de euros al siguiente saudí que sea capaz de llevarse la prueba. Él, por supuesto, seguirá compitiendo para ampliar su palmarés y leyenda.
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