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Liderada por Lyles y Richardson, la generación Z toma el poder del atletismo mundial

La media de edad de campeones y finalistas en el Mundial más excepcional del equipo español, bajo el manto de María Pérez y Álvaro Martín, no alcanza los 26 años

Noah Lyles, sin cadena al cuello, muestra tres dedos, por sus tres oros, tras ganar el relevo.
Noah Lyles, sin cadena al cuello, muestra tres dedos, por sus tres oros, tras ganar el relevo.DYLAN MARTINEZ (REUTERS)
Carlos Arribas

Noah Lyles, de 26 años, no es Usain Bolt. No tiene sus marcas ni sus títulos ni su carisma, pero no ha habido velocista que más se ha acercado a su valor para el atletismo desde que el fabuloso jamaicano se retiró, hace ya seis años. Ninguno tampoco que hubiera ganado tres oros, 100m, 200m y relevo corto, en un mismo Mundial. Y su imagen se multiplicará un millón de veces gracias al documental que Netflix graba sobre su vida, incluidos los intríngulis de su triple corona de Budapest, su estilista de moda y la pesada cadena oro al cuello, para emitirlo en junio próximo, ya vecino París 2024.

Sha’Carri Richardson, de 23 años, campeona de los 100m, bronce en los 200m y oro en el relevo, no es Florence Griffith, no corre tanto como la compatriota que hace casi 40 años dejó dos récords intocables en los 100m y los 200m cuyas uñas de Cruella de Vil, looks y atrezzo imita conscientemente, pero, quizás excluyendo a la Marion Jones destrozada por su flirteo con el dopaje, ninguna otra sprinter ha cobrado para el atletismo el valor mediático, su imagen, su mensaje de ruptura, que ella encarna.

Lyles y Richardson no son los mejores de la historia, pero con ellos al frente, líderes en la toma del poder de la generación Z, el atletismo sale reforzado del Mundial de Budapest, celebrado 40 años después de su primera edición, Helsinki 83.

El calor no agobia tanto, quizás el hábito, ni la humedad del Danubio ya tantas veces cruzado, a las nueve y poco de la mañana en la plaza de los Héroes, que cede su espacio por última vez al atletismo para consagrar en la maratón masculina a un casi niño ugandés, Victor Kiplangat, atleta que a los 17 años fue campeón mundial de carreras de montaña (13 kilómetros con 860 metros de desnivel, en Premana, al norte de Bérgamo), a los 22 ganó la maratón de los Juegos de la Commonwealth, en Birmingham, y a los 23 es campeón del mundo (2h 8m 53s). Tariku Novales, atleta gallego, 21º y mejor español (2h 12m 39s; 22º fue Ayad Lamdassem; 24º, Ibrahim Chakir), cuenta lo bien que se encontró pese a que se tuvo que parar a atarse los cordones de sus Adidas. “Fui muy rítmico”, dice. Después reflexiona sobre la carrea de los 42,195 kilómetros: “Creo que al final, por mucho que se diga lo contrario, por mucho que falten los mejores, el nivel del maratón es absurdo. Creo que es la prueba del atletismo con más nivel, con diferencia. Falle quien falle siempre va a haber un nivel altísimo. Y fallan hasta los mejores”.

Aunque mayor que el fenomenal Kiplangat, Novales es joven, tiene 25 años. Su entrenador, Juan del Campo, insiste, al lado, en el valor de la juventud. El maratón ya no es asunto de viejos que a los 30 años se sienten lentos en el medio fondo o en los 5.000m. Nada impide, explica, que chavales que a los 20 comprueban que no tienen buen pie para ir a las velocidades que exigen las carreras cortas empiecen a demostrar su buen metabolismo de grasas en las carreras largas.

Ni el fondo es para viejos ni el atletismo ya, podría añadir Del Campo. No solo son jóvenes, o muy jóvenes, nacidas con el siglo, zoomers, las figuras mundiales ya asentadas, las estrellas de Budapest –Femke Bol, la neerlandesa que tras ganar el oro en los 400m vallas le dio a su país el oro en el relevo largo con una última posta que concluyó adelantando en los últimos metros a jamaicanas y británica, tiene 23 años, los mismos que el rey de la pértiga absoluto, el sueco Mondo Duplantis; Jakob Ingebrigtsen, 22, Lyles, Richardson…--, salvo la reina Faith Kipyegon, 29, también pertenecen a la generación Z los mejores atletas españoles, los que han permitido a la excepcional España, cuatro oros, una plata, 10 finalistas en total, mirar casi con vértigo desde el palco en el medallero –tercer país tras Estados Unidos y la sorprendente Canadá en número de oros: “evidentemente no somos la tercera potencia atlética del mundo”, dice José Peiró, director técnico de la federación--, y con seguridad en una clasificación por puntos asignados a los finalistas (séptima, la segunda mejor de siempre tras el sexto puesto de Edmonton 2001, en el esplendor de la década oscura) en la que los países del entorno no se destacan, salvo la potentísima Italia (12 finalistas, un oro, dos platas, un bronce). La ministra de Deportes francesa ha convocado con urgencia a los dirigentes de su federación para que expliquen por qué vuelven a París con solo una medalla de plata, el relevo masculino 4x400m, la última prueba, a 333 días de sus Juegos Olímpicos, y solo ocho atletas entre los ocho primeros en sus pruebas. Alemania (13 finalistas) tampoco ha conseguido medallas, y Polonia, a la que siempre se ha puesto como ejemplo para España, regresa con solo dos platas y cuatro finalistas.

Ninguno de los mejores españoles ha cumplido aún 30 años. La edad media de los ocho (Álvaro Martín, de 29 años, un veterano que debutó en grande en los Juegos de Londres, a los 18 años, y María Pérez, de 27, doblaron oro; Mo Katir, 25;; Adrián Ben, 25; la marchadora Cristina Montesinos, debutante en un Mundial a los 29, zoomer de espíritu, después de llevar ocho años sufriendo lesiones de rodilla y quinta en los 35 kilómetros tras ser rescatada por el técnico Valentí Massana y el fisio Miquel Àngel Cos y entrenamientos en un polígono industrial de Montcada i Reixach, nada de Font Romeu u otras altitudes; Mario García Romo, 24; Fátima Diame, 26, y Tessy Ebosele, 21) no alcanza los 26 años. Y detrás de ellos, rozando las finales de Budapest, aprietan Mohamed Attaoui (21 años), Jaël Bestué (23 años), que pasó a semifinales de 100m y 200m, y María Vicente (22), a centímetros de pasar a la final de triple salto, Marta Serrano (20), Daniela García (20)... Y, lesionados, Mariano García, de 25 años, y campeón europeo al aire libre de 800m, y Asier Martínez, medallista en 110m vallas en el pasado Mundial, y finalista olímpico, de 24 años, se quedaron en España. París 2024 deberán ser los Juegos de todos ellos, los del esplendor zoomer.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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