Jonas Vingegaard: “El año pasado tuve una sensación de vacío tras ganar el Tour, pero este año será diferente: correré la Vuelta a España”

Terminado el Tour del año pasado, el de su primera victoria sobre Tadej Pogacar, a Jonas Vingegaard se le tragó la tierra. Recibió un homenaje histórico en Copenhague, toda la capital danesa en la calle, y desapareció de la vida pública. No tardaron en surgir rumores. Estrés. Depresión. Agobio.

Este año no habrá espacio ni para la palabrería ni para los rumores. Este año será diferente todo. Este año, como medida terapéutica decidida en invierno, el ganador del Tour correrá la Vuelta a España, una carrera que disputó por única vez en 2020, la Vuelta de noviembre y la pandemia, un desconocido danés, un renacuajo que sumaba trabajo en el Jumbo del intocable Primoz Roglic y que hizo girar la cabeza con admiración a muchos por su ascensión al Angliru. Lo anuncia así, en mitad de la entrevista con EL PAÍS la mañana del domingo:

Pregunta. ¿Cuál es la sensación más intensa que le deja la segunda victoria en el Tour? ¿Felicidad o algo parecido al vacío que pueden sentir las mujeres después de dar a luz? ¿Puede ser lo mismo ganar el Tour?

R. Para ser sincero, el año pasado tuve un poco la sensación de vacío después del Tour, pero este año es diferente. No voy a tener tiempo para pensar mucho en ello.

P. ¿Y eso?

R. Porque ya tengo otros objetivos para este año. Sé cuál será mi próxima carrera. Iré a la Vuelta.

P. ¿La Vuelta este año? ¿Cuándo lo ha decidido? ¿Hoy mismo?

R. No, no. Lo anuncio ahora, pero este era el plan de todo el año, hacer la Vuelta.

P. ¿Irá para ayudar a Primoz Roglic que buscará ganarla por cuarta vez?

R. No. Iremos, los dos como líderes. Así lo decidimos en diciembre pasado, ir juntos e intentar ver si podemos ganarla también. Sería un pleno, porque Primoz ya ha ganado el Giro este año…

Las precisiones, quizás, sobran. La mayor fuerza del Jumbo, la revolución neerlandesa que todos quieren imitar dirigida por Richard Plugge y Merijn Zeeman, es su capacidad de organización, de planificación, de no tomar decisiones precipitadas de un día para otro, ni caprichosas. Terminado el Tour, Jonas Vingegaard solo cuenta con 47 días de competición en 2023, todo acumulados en pruebas por etapas: O Gran Camiño, en febrero (terminó primero), París-Niza en marzo (segundo, tras Pogacar), Itzulia en abril (primero), Dauphiné en junio (victoria) y Tour.

Como medida terapéutica también, pero a la inversa, parece imposible la presencia en la ronda española de Tadej Pogacar, cuyo entrenador, Íñigo San Millán, recordando que la caída del 23 de abril le impidió al danés cubrir los dos bloques de entrenamiento necesarios para disputar el Tour con máximas garantías, ha precisado que ahora necesita “descanso físico y mental”.

Para la Vuelta falta un mes justo. Comienza el 26 de agosto en Barcelona. Con Vingegaard tendrá, quizás, la mejor participación de la historia. Estarán los jóvenes que reclaman su hueco a codazos, Remco Evenepoel, el campeón del mundo aún, que defenderá su victoria en la Vuelta pasada después de haber tenido que retirarse de un Giro que lideraba al padecer covid, y Juan Ayuso, que ocupó el tercer puesto el año pasado detrás de Enric Mas, el líder del Movistar que abandonó el Tour el primer día al caerse camino de Bilbao.

“Estamos encantadísimos de que el ganador del Tour decida nada más terminar el Tour venir a la Vuelta”, dice Javier Guillén, director de la Vuelta, que se enteró de la noticia al leer la entrevista a Vingegaard. “Siempre hemos dicho que el doblete pasa por la Vuelta y desde luego que Vingegaard haya decidido venir en lo que ya estaba siendo una participación estelar es la guinda”.

Vingegaard será solo el cuarto ganador del Tour que participe en la Vuelta el mismo año después del traslado de la carrera española a septiembre, en 1995. Óscar Pereiro, en 2006, Carlos Sastre, en 2008, y Chris Froome, en 2017, que subió en septiembre a lo más alto del podio de Cibeles mes y medio después de ganar su cuarto Tour. También en Barcelona el 26 de agosto estará el podio completo del Giro, Primoz Roglic, Geraint Thomas, Solo en 2008, cuando Alberto Contador, vetado en el Tour de Francia por pertenecer al equipo Astana, expulsado el año anterior de la grande boucle tras los dopajes sanguíneos de Alexander Vinokúrov y Andrej Kashechkin, y Carlos Sastre tomaron la salida, coincidieron antes los ganadores de las dos grandes anteriores, Giro y Tour.

Mientras el doblete Giro-Tour en el mismo año, el más valorado por los aficionados, lo han conseguido siete corredores, entre ellos los más grandes de la historia, Fausto Coppi (dos veces), Jacques Anquetil, Eddy Merckx (tres), Bernard Hinault (dos), Stephen Roche, Miguel Indurain (dos) y Marco Pantani, el último, en 1998, la combinación Tour-Vuelta es mucho más rara: Anquetil (1963) e Hinault (1978), cuando la Vuelta se corría en abril, y Froome, son los únicos tres que lo han logrado.

La Vuelta a España, que se disputa desde el 26 de agosto al 17 de septiembre, saldrá desde Barcelona y terminará en Madrid. En total, 21 etapas que cubrirán una distancia total de 3.153,8 kilómetros por la península ibérica -incursiones por Francia y Andorra incluidas- con siete etapas de montaña, seis de media montaña y cuatro llanas. De la próxima edición destacan dos colosos: Tourmalet, por primera vez final de etapa, y el despiadado Angliru.

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