Alcaraz: “Me veo capaz de ganar Wimbledon”

Casi siempre acertado en la descripción, el ex futbolista Gary Lineker trazaba el paralelismo y venía a decir que Carlos Alcaraz es una especie de todo en lo suyo, que es el tenis y no la pelota. “Qué talento tiene. Se mueve como un futbolista, con la potencia y el paso de Cristiano Ronaldo, mezclado con la destreza del toque y el sentimiento de Messi, pero con una raqueta”, transmitía el inglés en sus redes sociales mientras veía pelotear al murciano, clasificado por primera vez para las semifinales de Wimbledon tras vencer por 7-6(3), 6-4 y 6-4 al danés Holger Rune, en 2h 21m.

Empieza a ser costumbre lo de verle en las estaciones finales de los grandes torneos, pese a que solo tenga 20 años y, en lo que toca ahora, solo haya disputado 16 partidos sobre hierba. Jerárquico con los de su quinta y también entre los mayores, aunque el serbio Novak Djokovic siga llevando la voz cantante en los majors, el español cerró el paso al nórdico con una actuación redonda y seria, sin mostrar instantes de duda o indecisión. Sin embargo, la procesión va por dentro. Así lo transmitió en la charla posterior con los periodistas.

“Cuando juego contra alguien joven como Rune o Sinner siento un poco más de nervios y de presión que contra otro tipo de jugadores. No voy a mentir. Pero, probablemente, en las semifinales voy a estar igual de nervioso contra Daniil [Medvedev], y en otros partidos contra otro tipo de jugador”, introdujo, poniendo en valor el grito que emitió al sellar el primer parcial: “La verdad es que lo necesitaba, empecé bastante nervioso. Hasta el final del primer set no supe cómo controlar esos nervios, esas emociones. Estuve luchando internamente para intentar mejorar, y la verdad es que eso me ayudó a soltarme, a soltar todos los nervios y cambiar un poquito en el juego, a disfrutar”.

Sin haber alcanzado en el trazado hacia la penúltima ronda su pico de juego –todavía por descubrir, dicho de paso–, Alcaraz está desempeñándose en el torneo con la inteligencia de los veteranos. Dosifica cuándo debe, y pega en el instante oportuno para sacar el máximo rédito a cada uno los sobreesfuerzos.

Modificar rutinas

“Siempre he dicho que esa es la diferencia entre los muy buenos y los buenos”, apuntó. “En ciertos momentos, los momentos clave, es donde uno tiene que sacar el buen juego, la valentía que tiene. Para mí es la diferencia. Lo que intento es ser valiente, fiel a mi estilo, e ir a por todas. Por eso, en esos momentos doy un plus de nivel”, prosiguió el número uno, aspirante a convertirse en el tercer campeón más joven en Londres tras el alemán Boris Becker (17 años en 1985 y 18 al año siguiente) y el sueco Björn Borg (20 años en 1976).

De entrada tiene un cruce con Daniil Medvedev, en un compromiso que afrontará con la experiencia adquirida el mes pasado en Roland Garros, cuando sucumbió a la presión ante Djokovic. “He aprendido bastante de lo que hice mal y sé lo que puedo mejorar”, dice, anticipando que contra el ruso propondrá “otra estrategia” a la planteada contra Rune y que quizá haga “algo diferente” en la transición hacia el duelo “para calmar esos nervios” que le atenazaron en su día contra Nole.

Pero, más allá de esto, confía en su fulgor actual. A la pregunta de si se ve capaz de triunfar en la Catedral y alzar el trofeo el domingo, responde con sinceridad: “Sinceramente, sí. Todo el mundo sabe que Djokovic es el principal candidato, eso está clarísimo, pero la sensación que tengo ahora mismo es que soy capaz de ganar el torneo. Tengo la confianza, un gran nivel, y diría que sí, que me siento capaz”.

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