Iraola y la insólita estirpe guipuzcoana en la Premier

No es un caso de antropología futbolística, pero sí de desafío estadístico. El Bournemouth comunicó ayer la contratación de Andoni Iraola como entrenador del equipo, militante en la Premier y excelente plataforma de lanzamiento para las carreras de jóvenes técnicos. Eddie Howe es un caso reciente. Dirige al Newcastle, alfombrado por los petrodólares de Arabia Saudí, después de alcanzar una considerable notoriedad en el pequeño club del suroeste de Inglaterra. Iraola se añade a una copiosa lista de entrenadores españoles en la Liga más importante del mundo, con una particularidad: excepto Guardiola, todos los demás son guipuzcoanos.

Mikel Arteta (Arsenal), Unai Emery (Aston Villa), Julen Lopetegui (Wolverhampton) y Andoni Iraola son originarios de la provincia más pequeña de España. Gipuzkoa tiene una extensión de 2.000 kilómetros cuadrados y población de 726.000 habitantes, que supone el 1,52% de la población española. Aunque su tradición en materia deportiva está más que acreditada, Gipuzkoa ha trascendido como un peso pesado en el fútbol. Real Sociedad y Real Unión de Irún participaron en la creación de la Liga en 1928, después de destacar en las dos décadas anteriores. Y la aventura del Eibar, equipo de un pueblo de 27.000 habitantes donde apenas hay espacio para un campo de fútbol, es un fenómeno tan improbable como fascinante.

Los datos se enfrentan a la realidad de un territorio que, ni por extensión ni orografía, debería de producir la acumulación de talentos que ha procurado al fútbol español. Desde la noche de los tiempos, por la selección han pasado decenas de jugadores guipuzcoanos, algunos de ellos legendarios. Impresiona también la contribución en el ramo de entrenadores. Desde Benito Díaz, proveedor en los años 40 y 50 de las sofisticadas ideas francesas, hasta hoy, Gipuzkoa ha sembrado de técnicos toda la geografía de nuestro fútbol.

A los cuatro que figuran en la Premier, se agrega Xabi Alonso en Alemania. Alonso llegó al Bayer Leverkusen el pasado año, en medio de la aguda crisis del equipo en la Bundesliga. Cerró el curso en séptima posición y alcanzó las semifinales de la Europa League. En circunstantes parecidas aterrizaron Emery en el Aston Villa y Lopetegui en los Wolves. El caso de Arteta es singular. La mayor parte de su magnífica trayectoria como jugador transcurrió en el Everton y Arsenal. Regresó a los gunners de Londres como entrenador y lo ha devuelto a la posición que merece por su historia. Segundo esta temporada, después de liderar el campeonato durante meses, el Arsenal figura entre los favoritos al título la próxima temporada.

Si Gipuzkoa es un caso tan singular como admirable en el fútbol, Andoni Iraola añade una particularidad aún más sorprendente. Lateral derecho del Athletic, del que fue capitán y bandera, magnífico conductor del Mirandés y el Rayo, la raíz de Iraola se encuentra en el Antiguoko, histórico equipo de barrio en San Sebastián. Antes de partir hacia nuevos rumbos, en el Antiguoko coincidieron Iraola, Arteta, Xabi Alonso y Aritz Aduriz, jugadores inolvidables, curtidos en el fútbol playero, dominados todos por la obsesión competitiva.

No hace tanto, el prestigio de España en el fútbol se consolidó en su masiva exportación de jugadores a la Liga inglesa. De esa época, que coincidió con el éxito de la selección en el Mundial 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2012, se ha pasado a un periodo declinante. España exporta menos jugadores a la Premier, pero el porcentaje de entrenadores se ha disparado. Del césped a la pizarra, una oleada de técnicos se ha instalado en Inglaterra. Que el 80% de ellos proceda de la pequeña Gipuzkoa puede que vulnere las leyes de la estadística, pero vuelve más atractivo ese misterio.

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