Oblak para al Celta y Memphis Depay lo remata
El Atlético se impone al conjunto gallego tras la expulsión de Savić con una actuación estelar del meta esloveno y un tanto del holandés en el minuto 89
Una acción de cazagoles de Memphis Depay al borde del final del partido le dio al Atlético una victoria en la que tuvo que apelar a la heroica por la expulsión de Savic con veinte minutos por disputarse. Cuando el Celta dominaba y lo tenía todo para conquistar el duelo, emergió ese Atlético peleón y traicionero, salvaguardado por Oblak. El primer tanto de Memphis con los rojiblancos fue de esos que desesperan a los contrarios, que incrédulos digieren esa capacidad del equipo de Simeone no solo para sostenerse, sino para poder pegar inesperados golpes definitivos.
Desde el inicio se desató un partido vistoso desde la intensidad. Con los dos equipos luciendo espolón en la multitud de duelos individuales que se daban por el empeño que había en los quites y en la presión. Carvalhal le está impregnando al Celta ambición y alto voltaje. La propuesta casa con el gusto instalado en Vigo desde los tiempos de Víctor Fernández. No hay cabida para entrenadores con el freno de mano puesto entre la hinchada de Balaídos. No negó ese partido el Atlético. Fútbol de mecha corta a todo campo, en el filo: un error o un gramo de temple en los últimos metros podía alumbrar una jugada de gol. No se dio ese afine, pero la batalla era atractiva por la ambición y por esos pulsos individuales. Hermoso con Larsen y con Savić, Morata con Aidoo, al que el rojiblanco le rascó una amarilla, o Reinildo con la cintura alborotadora de Carles Pérez.
Entre esas pujas de jugador a jugador estaba la de dos novatos empoderados. La zancada y la presencia de Gabri Veiga por el Celta y la intención de Pablo Barrios de coser juego vertical. Los dos dejaron detalles y también señales del vuelo que aún les queda, aunque no parezca que falte mucho para ser futbolistas de una pieza. También estaba en cartelera la contienda entre Iago Aspas y Griezmann, los dos jugadores destinados a marcar las diferencias. Aspas fue ahogado por los cierres de los pasillos internos que hizo el Atlético. Griezmann fue orillado por Simeone a la izquierda para darle simetría ofensiva. Reinildo acompaña poco y la diferencia entre lo que puede producir el Atlético en el costado derecho con Nahuel Molina, De Paul y Marcos Llorente con el izquierdo es abismal. Las sociedades que monta el Atlético por ese flanco le cargan mucho el juego a la derecha. Recuperó el puesto en el once Llorente, que fue más acompañante de Morata que Griezmann por eso de tratar de equilibrar el juego por las alas.
Sin rebajar el voltaje se fue el partido al entretiempo. Sin un tiro entre los tres palos, pero con el aroma de cita competida. Y se reanudó con los mismos trazos. Con el Atlético tirando de Carrasco, Griezmann más centrado y cogiendo el mando del ataque. Simeone buscó una solución antes que Carvalhal, intuyendo que la victoria podía caer de un lado u otro a la mínima que una de las delanteras acabara por afinar una jugada. Una combinación entre Carrasco y Llorente la cazó Morata para obligar a Villar a crujirse el costillar para sacar el raso y esquinado remate. Respondió el Celta cuando Javi Galán descubrió las autopistas que abre el regate cuando hay tanta refriega individual. Se desenganchó de su par, se fue hacia adentro y lanzó a Aspas a un mano a mano a la carrera con Oblak. Sibilino como siempre, buscó el palo más próximo, pero al meta esloveno le intuyó la treta y pudo medio frenar el remate. La pelota corrió mansa hasta la línea de gol, de donde Oblak la sacó con un palmoteo.
Simeone también intuyó que el ritmo del juego requería refresco de piernas y dio entrada Depay, Witsel y Correa por Morata, Griezmann y Llorente. Había perdido el Atlético capacidad para mantener ese partido tan intenso y no pareció recuperarla con los cambios. Los momentos de forma de Carrasco y Depay no garantizan la continuidad del patrón de partido que se estaba jugando. Era ya del Celta cuando Savić se comió un saque de banda y no le quedó más remedio que agarrar al recién entrado Seferovic al borde del área. Tercera expulsión del central montenegrino tras el regreso del Mundial y un golpeo franco para Aspas. El latigazo centrado estalló la pelota contra la bajera del travesaño.
Con diez, el Atlético se encomendó al crecimiento y la solidez competitiva que han alcanzado Mario Hermoso y De Paul. Veinte minutos en los que el mayor apuro fue un desenganche hasta el área de Gabri Veiga, una de sus grandes virtudes, que acabó con Seferovic centrando y Reinildo cortándolo con dirección a la portería, donde espera la rápida mano de Oblak para evitar el autogol. Con el empate a punto de confirmarse, llegó una cabalgada de Carrasco, su recorte y un disparo defectuoso que rebañó a la media vuelta y con suavidad Memphis.
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