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La semana grande de los hermanos Williams

Iñaki y Nico, concentrados con las selecciones de Ghana y España, determinantes para el buen momento del Athletic

Nico e Íñaki Williams, en un entrenamiento del Athletic.
Nico e Íñaki Williams, en un entrenamiento del Athletic.AIOL (DIARIO AS)
Jon Rivas

Lo primero, la familia: “Sí, mis padres estarán contentos, es un orgullo, estamos muy contentos de poder estar juntos y de poder dar noches como éstas a la afición”. Lo decía Iñaki Williams al terminar el partido contra el Rayo Vallecano, que ha dejado al Athletic en zona Champions antes del parón de selecciones. Marcó un gol después de un partido vibrante, y de una de sus carreras que levantan a la grada; después, su hermano Nicholas, hizo el tercero de su equipo, también por velocidad, con un gran control y una espléndida definición.

Culminaban su semana grande. Después, los dos hicieron las maletas y viajaron a las concentraciones de las selecciones. A la de Ghana el mayor, a la de España el pequeño, la bomba en la lista de Luis Enrique: “Iñaki no ha tenido la oportunidad de venir, e Iñaki me gusta. Nico me gusta muchísimo. La familia estará encantada si se van al Mundial», apunta el seleccionador español. “Y si se vieran en la final sería la repera”.

Iñaki, habitual de las selecciones inferiores con España, jugó un partido frente a Bosnia con Del Bosque en el banquillo, pero no ha tenido más oportunidades desde entonces. En su país de origen, Ghana, que visitó en verano, hacía tiempo que le habían hecho guiños para vestir la camiseta de los black stars. Finalmente, en julio anunció su decisión de regresar a sus orígenes. Estará en el Stade Océane de Le Havre para enfrentarse a Brasil el viernes.

Para Nico, las cosas han ido más rápido, tal vez porque, como decía Iñaki en una entrevista con EL PAÍS, cuando su hermano todavía era juvenil, “tiene bastantes más condiciones de las que yo tenía a su edad”. Empezó en el Pamplona y pasó a Osasuna, pero cuando su madre y su hermano mayor se trasladaron a Bilbao, pasó a la cantera del Athletic, donde ha progresado hasta la élite. “Le falta ese gen de hambre y de ganas de querer comerse el mundo porque lo ha tenido todo más masticado, pero cada vez le veo más maduro”, decía Iñaki.

Siempre la familia, el recuerdo a los padres que saltaron la valla de Melilla en busca de un futuro mejor. Llegaban de Ghana, aunque dijeron que eran liberianos para ser considerados refugiados de guerra. Les acogió Cáritas. María, la madre, estaba embarazada de siete meses. A los Williams les enviaron a Bilbao, una casualidad. En la estación de Abando les esperaba Iñaki Mardones, un aspirante a cura, que les metió en una pensión y unos días después, en un piso; que les acompañó al hospital de Basurto, donde nació Iñaki. El nombre se lo pusieron por él. Tenía mucho pelo aquel niño, y también una camiseta del Athletic regalada por Mardones.

Luego se fueron a Sesma, en Navarra, a trabajar en una granja, y después a Pamplona, donde nació Nicholas, cuando Iñaki ya jugaba al fútbol en el patio del colegio, antes de fichar por el CD Pamplona, convenido del Athletic, y que adoptó el rol de padre cuando Félix, el progenitor, tuvo que irse a trabajar a Inglaterra: “Para mí es un referente, un padre, un hermano, un amigo... lo es todo. Nos ha ayudado a mis padres y a mí para que podamos comer, para que pudiera ir a clase, que me pudiera vestir”, confiesa Nico. Todo eso y también los gestos de complicidad en el campo, las recomendaciones, hasta las advertencias: “¡Póntela!”, le decía con ademanes ostensibles el mayor al pequeño cuando éste se quitó desencantado la medalla de plata en la final de la Supercopa en Riad.

Y ahora pasan a la segunda fase. Los dos son titulares con Ernesto Valverde. Se reparten los goles, dos cada uno; Nico consiguió marcó el primero en la Liga desde que juega en el Athletic, frente al Elche, con un remate espectacular. El sábado, ante el Rayo Vallecano, ambos marcaron. Es la segunda vez en la historia del club bilbaíno que anotan dos hermanos en un mismo partido de Liga. La primera sucedió hace 57 años, lo lograron Eneko y Antón Arieta el 21 de marzo de 1965 en un Athletic-Las Palmas (3-1). En Copa lo consiguieron los hermanos Belauste y los Salinas, en un club muy familiar que ha visto pasar a 28 parejas de hermanos, cinco de padres e hijos y también a un abuelo y un nieto, según los datos que ofrece la Athleticpedia. Sólo los hermanos Rojo jugaron juntos en la selección española, donde también actuaron los Agirrezabala, Arieta y Salinas. Estos dos últimos coincidieron en el campo, aunque Julio ya no vestía los colores del Athletic.

La gran semana de los Williams comenzó después de una decepción tras la derrota frente al Espanyol en San Mamés. Nico protagonizó una pequeña polémica cuando Valverde lo sustituyó, con el marcador en empate, y el delantero salió del campo sin prisas, un tanto enfadado por el cambio. “Soy joven, tengo que aprender”, apuntó. Sin embargo volvió a ser titular en la banda derecha al domingo siguiente en Elche y jugó el mejor partido desde que viste los colores del primer equipo. Estuvo presente en tres de los cuatro goles rojiblancos: se lanzó al remate que acabó marcando en propia puerta otro Nico, el del equipo alicantino, fue objeto del penalti que transformó Sancet y marcó el tercero en una acción brillante. Volvió loco a su marcador.

Con Berenguer en la izquierda, Nico en la derecha e Iñaki en el centro, Valverde parece haber encontrado la fórmula, de la que se aprovechan sus delanteros para brillar. El sábado, en una primera parte espectacular, los hermanos Williams fueron lo mejor del Athletic. Para entonces ya sabían que al día siguiente tendrían que viajar con sus respectivas selecciones. “Ha salido todo redondo. Sábado, nueve de la noche, hemos metido gol los dos hermanos y tres puntos”, decía Iñaki. “La afición y nosotros nos vamos contentos al parón liguero. Estamos en la ola y tenemos que seguir para seguir peleando por lo que queremos, que es estar en Europa”.

Luego las selecciones: “No tenía ni idea de que estaba en la prelista, ha sido una alegría para toda mi familia y voy a rendir aquí”, apuntaba Nico a su llegada a Las Rozas. De nuevo sus padres, su hermano, en el recuerdo. “Mis padres y mi familia entera están orgullosos de mí y ahora hay que seguir”, pero, “con los pies en el suelo, quiero trabajar, que me vea el míster. Le agradezco esta oportunidad y voy a dar lo máximo en el campo”.

El racismo que todo lo ensucia

“Me voy un poco triste por el empate y sobre todo porque he sufrido insultos racistas. Es algo que ningún jugador de raza negra o de cualquier raza quiere escuchar, que está totalmente fuera de lugar”. Lo decía Iñaki Williams al terminar el partido contra el Espanyol en el RCDE Estádium en el que denunció a parte de la grada que le increpó con sonidos y comentarios racistas el 21 de enero de 2020, en un caso que sigue vivo. En su momento, los Mossos iniciaron una investigación para identificar a los aficionados involucrados y se les abrió un proceso por delitos de odio y discriminación. Hace unos días, la Liga anunció que ya ha iniciado el proceso presentando una demanda en la Fiscalía y ahora, una vez el Juzgado Nº2 de Primera Instancia de Cornellá de Llobregat ha trasladado las diligencias, LaLiga también solicitará el inicio de un juicio oral.

No era la primera vez que el mayor de los Williams se sentía humillado por algún sector de la grada espectadores. En la primera jornada de la temporada 2016/17, el árbitro del partido Sporting-Athletic que se jugaba en El Molinón, paró el juego por los insultos racistas que estaba sufriendo el jugador bilbaíno. Clos Gómez escribió en el acta que, “en el minuto 22 he detenido el partido debido a que desde uno de los fondos se profirieron sonidos imitando la onomatopeya del mono dirigido al jugador número 11, Iñaki Williams Arthur. Dicho hecho fue comunicado al delegado de campo”.

Iñaki Williams fue el segundo jugador de raza negra que se vistió la camiseta del Athletic en un partido oficial. El primero fue Jonás Ramalho, a las órdenes de Marcelo Bielsa.

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