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Ilusión y realidad de un campeonato con mucho peligro

El Madrid juega con colchón, pero Barça, Atlético, Sevilla, Villarreal y Valencia caminan por un suelo de cristales rotos

Getafe - Atletico de Madrid
Joao Felix conduce el balón durante el trofeo Carranza, en Cádiz, este verano.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)
Diego Torres

Florentino Pérez, el hombre más poderoso del fútbol español, se plantea un objetivo primordial: conseguir que el Madrid levante la Liga 22-23. Sus asesores creen que el club se encuentra ante una oportunidad única: sería la primera vez que el presidente más exitoso de la historia madridista desde Bernabéu logre dos títulos ligueros consecutivos, algo que en Chamartín parecía muy a mano hasta que Johan Cruyff se sentó en el banquillo del Camp Nou.

Ahí se acaban las ilusiones del Madrid, club cuyo gran secreto consiste en la gran capacidad de sus líderes —en especial Carlo Ancelotti— para adecuar la estrategia a la realidad. El Madrid afronta la Liga más tranquila de los últimos años. Goza del privilegio de ser el único equipo del torneo que juega con colchón.

Atenuada la presión social de la exigencia de títulos gracias a la Liga y la Champions obtenidas en mayo, sus estrategas señalan al Atlético como al adversario más amenazador en un campeonato que encierra mucho peligro para todos los que no se vistan de blanco, especialmente el Barça.

Favoritos

El Madrid por la estabilidad de su proyecto; el Atlético, porque reúne una plantilla espléndida y disciplinada en un periodo de escasa presión ambiental; y el Barcelona, porque ha invertido 200 millones de euros en reforzar un equipo que quedó segundo en el último campeonato, son los primeros aspirantes a ganar la Liga.

Real Madrid. Tiene 200 millones de euros en caja y sus dirigentes aseguran que no se los piensan gastar. No lo creen necesario para contrarrestar los fichajes del Barcelona. Les basta con Tchouaméni y con Rüdiger, dos jugadores que refuerzan el pragmatismo de Ancelotti. Aprovechando que la hinchada no exigirá buen juego con la vehemencia de otros años, el italiano espera actuar con más libertad. En caso de dudas, pondrá el cerrojo alrededor de Courtois y presionará menos para proteger las piernas cansadas de Casemiro, Kroos, Modric y Benzema, sin temor a que el Bernabéu se moleste por el exceso de conservadurismo. Cuando disminuye el apremio de la excelencia es más fácil reconocer carencias y potenciar virtudes. Aferrado a viejas fórmulas, alredededor del eje Benzema-Courtois, el Madrid confía en su regularidad para encauzar la era más exitosa en el campeonato local en décadas.

Atlético. No fue casual el 0-4 a la Juve en Turín. Después del conato de motín que encabezó Luis Suárez en primavera, Simeone ha recuperado el pulso del vestuario. Sensible en la gestión, el técnico plenipotenciario una vez más, se muestra clemente con los desterrados. Morata y Saúl regresan deseosos de obtener el perdón en un orden de sobra conocido. Lo corona la que quizás sea la mejor delantera del campeonato: Carrasco, Griezmann y João Felix. Si el portugués da otro salto de calidad, todo es posible.

Barcelona. Lo repiten en las secretarías técnicas del Sevilla, el Madrid y el Atlético, rivales directos: los 200 millones invertidos refuerzan la plantilla y redoblan las expectativas de triunfo pero no garantizan el desarrollo del juego del Barça en un contexto como el de la Liga. Pocas veces en España los entrenadores han dedicado más esfuerzos a cerrarse atrás y hacer intransitables los accesos al rival. Puede que Lewandowski, Raphinha, Kessie, Koundé y Christensen ilusionen a Laporta, pero no son los mejores elementos para que el juego fluya en espacios reducidos. Especialmente sin la concurrencia de Frenkie de Jong, el mejor centrocampista del mundo para desarrollar el juego de posesión, que en la pretemporada perdió el respaldo hasta de Xavi y que, según informó The Athletic, incluso fue objeto de un chantaje por parte de la directiva para obligarle a fichar por el United bajo amenaza de denuncia por un presunto delito de fraude en su contrato que el club nunca explicó. Si existiera un ránking de diferencia entre realidad y deseo futbolístico, el Barcelona ocuparía el top 1.

Atasco por la UEFA

La segunda oleada de la Liga es tan heterogénea como competitiva, considerando las limitaciones financieras. En ningún segmento del torneo hay más igualdad como en esa fracción que componen, por orden de potencial, Villarreal, Sevilla, Real, Betis, Valencia, Celta y Athletic, todos decididos a clasificarse al menos en las plazas quinta y sexta, que dan acceso a la Liga Europa, puerta de la lucha por El Dorado de la Champions.e

Villarreal. Libra por libra, está de sobra entre las cuatro mejores plantillas de la Liga. El club se ha fijado como objetivo clasificarse para Champions: es un listón ambicioso pero realista. Si no lo supera, la institución se revolverá contra el entrenador en el que confía sin fisuras. Unai Emery empleará la Conference League para entrenar reservas y pondrá todo su ingenio táctico al servicio de la Liga. La empresa promete regularidad y es motivo de alarma entre rivales como el Atlético o el Sevilla, que le ven como un escollo.

Sevilla. El proyecto de Lopetegui da síntomas de agotamiento desde el último tercio del curso pasado. Sin el sobrio Diego Carlos, la clave de la defensa adelantada de otros años, el Sevilla ha dado un paso atrás. Monchi empleará las cinco primeras jornadas para tomar una decisión tajante. En la secretaría técnica sobrevuelan nombres como el de Marcelino y Pochettino. Cunde el temor de quedar fuera de la Champions, sustento de los principales contratos de la plantilla.

Real Sociedad. El objetivo del club es entrar en Liga Europa. El cambio de Brais por Januzaj no ha modificado ni la forma ni el contenido de una de las aventuras más interesantes que ha ofrecido el fútbol español en la última década. El ciclo de Alguacil que parecía cerrado en invierno, cobró vida en primavera y ahora el equipo proyecta buenas sensaciones por juego y ritmo. Ha conservado futbolistas importantes como Merino, Isak y Zubimendi. Maduros y expertos en el desarrollo del 4-3-3, son garantía de buen juego.

Betis. Ganó en convicción y competitividad, y se reforzó con Luiz Felipe. El central fichado al Lazio le brinda solvencia defensiva. En ataque no deja de crecer gracias a Borja Iglesias y, sobre todo, al avance de Nabil Fekir. El francés demuestra el rigor y la clase de los jugadores de máximo nivel.

Valencia. Contra los prejuicios que suscita su imagen y su pasado, Genaro Gattuso es lo más refinado en Mestalla. La plantilla es deficitaria pero el técnico se ha propuesto meter al equipo entre los siete primeros a base de un fútbol dinámico en defensa y en ataque, agresivo sin dar patadas, y siempre valiente. Sin más torneo que la Liga, con el empuje de la afición y la inteligencia de Gattuso para tener a la tropa entusiasmada, a falta de dinero el Valencia se aferra a los intangibles.

Celta. Da muestras de crecimiento. El infatigable Coudet, su entrenador, sabe ordenar presión y circulación, todo amalgamado por el sentido de Iago Aspas. Ningún jugador en la Liga, ni Benzema ni Lewandowski, podría generar en el Celta el rendimiento que produce Aspas.

Athletic. Confirmado el impulso vivificante de Marcelino, ahora el equipo se encuentra en un cruce de caminos. Nadie sabe por dónde tirará Ernesto Valverde, que regresa a la faena tras ser despedido del Camp Nou. Atención a Álex Berenguer, un jugador a la altura de su excelente reputación en el calcio.

Objetivo permanencia

Allí donde la atmósfera está más enrarecida, en el tercio de tabla de planteles restringidos por las estrecheces logísticas, económicas y técnicas, los profesionales están condenados a la tensión o a la angustia. Sin término medio, la permanencia en Primera no es cuestión de destreza sino de espíritu. En la zona más superpoblada de la Liga mandarán la cohesión, la determinación y el entusiasmo.

Rayo y Elche. Nadie arranca la Liga con más riesgo de descenso que el Rayo y el Elche, dos equipos que vienen de salvar la categoría dando recitales futbolísticos sin que sus figuras —Pere Milla, Boyé, Fidel, Isi o Fran García— hayan obtenido el premio de una transferencia a un club con mayores aspiraciones. Esto suele desazonar, con consecuencias nefastas en unos márgenes que exigen máxima devoción.

Cádiz y Mallorca. Ninguna plantilla vivió un final de temporada más estresante en la última Liga que los grupos que componen estos dos equipos de los márgenes. Aterrados ante la idea de volver a sufrir el tormento más temido por los profesionales del fútbol, Mallorca y Cádiz arrancan mentalmente enchufadísimos. Los conducen Javier Aguirre y Sergio González, dos entrenadores expertos en vivir, y sobrevivir, peligrosamente.

Getafe. Equipo de juego gris por antonomasia, ha completado la que probablemente sea la peor pretemporada del fútbol europeo. Motivo de susto y estímulo para una plantilla ultra competitiva, bien reformada con Luis Milla, y que aborda el campeonato espoleada por la idea de unirse para evitar angustias postreras.

Almería. El dueño, el saudita Turki al-Sheikh, compró el club para situarlo en Champions. El hombre tiene 1.000 millones de liquidez para invertir. Pero el fair play financiero de la Liga lo constriñe a la pequeñez.

Osasuna. En la relación potencial-rendimiento, se trata del equipo más solvente del tercio más modesto de la tabla. Jagoba Arrasate no solo ha construido un hueso. Da espectáculo.

Espanyol. Lo más emocionante del Espanyol lo ofrece su técnico, Diego Martínez, que regresa a la Liga dando guerra: todos al ataque. Lo primero que hizo es decirle a Raúl de Tomás, la estrella, que si no presiona, que se vaya.

Girona. La franquicia del Manchester City vuelve a meterse en la élite del fútbol español con Miguel Ángel Sánchez Muñoz, Michel, en su segunda incursión en Primera tras fracasar en el Huesca, y Taty Castellanos, máximo goleador del New York City, como gran novedad.

Valladolid. El club de Ronaldo Nazario regresa a Primera con un prodigio de la inteligencia emocional en el banquillo. Se llama José Rojo Martín, Pacheta, y es capaz de convertir el plomo en oro. Necesitará de su magia para mantener la categoría.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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