Valverde regresa al Athletic con el triunfo presidencial de Jon Uriarte

En Bilbao se preveía lluvia, pero lució el sol. Las inmediaciones de San Mamés bullían como en los días de partido, los restaurantes tenían agotadas todas las reservas y en el cuartel general virtual de Jon Uriarte (Bilbao, 44 años) empezó a correr el cava. Primero, cuando se conoció que el candidato a la presidencia del Athletic había ganado en las 24 mesas electorales. Y luego, pasada la medianoche, cuando se hicieron públicos los resultados.

Su victoria resultó incontestable: 10.979 votos (46,71%) frente a los 7.927 (33,72%) de Iñaki Arechabaleta y los 4.262 (18,13%) de Ricardo Barkala. El joven emprendedor vizcaíno, licenciado en Dirección y Administración de Empresas, hijo del antiguo vicepresidente y consejero delegado del BBVA y muñidor también en su día del Concierto Económico Vasco, Pedro Luis Uriarte, se convirtió en el 33º presidente en la historia del club. Su entrenador será Ernesto Valverde, que abrirá su tercera etapa en el banquillo rojiblanco (2003-05 y 2013-17; como jugador estuvo entre 1990 y 96), después de dos años sabáticos tras su salida del Barcelona.

Desde Luis Márquez Marmolejo, el primer presidente del Athletic, nacido en Moguer (Huelva), hasta Jon Uriarte, han pasado 124 años, y ahora el peso de la tradición cae sobre el candidato más renovador. Una sorpresa, en cierto modo, porque la edad media de los socios del Athletic con derecho a voto es de 50 años, no muy alejada de la del nuevo presidente y que podría hacer pensar en un voto más conservador. Sin embargo, no ha sido así esta vez. Ricardo Barkala, el candidato más veterano (67 años), fue el que menos votos cosechó; e Iñaki Arechabaleta (63), a un paso de la jubilación, no llegó a los números de Uriarte. Las cifras de los avales (Uriarte, 6.254; Barkala, 4.450; y Arechabaleta, 3.304) ya fue un anticipo del resultado electoral.

Creador de una web de adquisición de entradas que vendió a Ebay por más de 150 millones de euros, el nuevo presidente del Athletic trabajaba desde hace unos años junto a un grupo de colaboradores en un proyecto que, finalmente, tuvo su culminación con el ascenso a Ibaigane.

Tal vez contra pronóstico, porque Uriarte, que viste casual y luce una figura longilínea esculpida en el triatlón y el golf, fue el último en incorporarse a la carrera electoral. Llevó a cabo una campaña más atípica, con presentaciones virtuales y teniendo como sede un espacio de coworking en el centro de Bilbao en vez de alquilar un local al uso, como los otros dos candidatos. Además, apuntó en su momento que el director deportivo sería la piedra angular de su proyecto y ganó en las urnas con esa plaza vacante tras el despido del mexicano Carlos Aviña, presentado y despedido a las horas después de un escándalo por varias imágenes subidas a Twitter hace una década con comentarios machista y homófobos.

Pero la polémica apenas duró unas horas. Se diluyó en cuanto Uriarte, a la vez que Barkala, presentó a Ernesto Valverde como candidato a entrenador (Arechabaleta iba de la mano de Marcelo Bielsa). Superó esa crisis y también la anterior, en la que, según confesó, estuvo a punto de arrojar la toalla cuando denunció amenazas sin concretar dentro de una campaña electoral con luces y sombras.

Con la camiseta de la Real

Uriarte vio surcar la gabarra triunfal del Athletic con cuatro años, y lo hizo vestido con la camiseta de la Real Sociedad, porque su tío es Luis Uranga, hermano de su madre, que fue presidente del club donostiarra. Estudió primaria en la ikastola Lauro; el BUP en los Jesuitas de Indautxu, el lugar en el que se celebraron las primeras elecciones democráticas del Athletic, y en el que también estudió Arechabaleta; y la carrera universitaria en la Comercial de Deusto. En la pelea en su casa por el amor a los colores, ganó su padre, que le hizo socio del Athletic hace 25 años, en la tribuna principal alta, a la que acudía junto a su hermana.

Cuando terminó sus estudios, Uriarte se curtió en la City de Londres, primero con un contrato en prácticas en Merrill Lynch, y después ya como fijo en la empresa. Colaboró algunos meses con su padre y regresó a Inglaterra para trabajar en Morgan Stanley, donde conoció a su socio, Ander Michelena, con el que en 2009, creó Ticketbits, la compañía que expandió por 48 países. Seis años después, la vendieron y crearon el grupo All Iron, que incluye una gestora de capital riesgo, una empresa inmobiliaria que compra edificios para su explotación como apartahoteles, y una cadena hotelera puntera en tecnología.

Para intentar su victoria en las elecciones, Uriarte eligió a Valverde en el banquillo, por la necesidad de dar estabilidad al club: “Diseñamos un proyecto transformador en el área deportiva y, para desplegar cambios en la estructura, es necesario contar con estabilidad en el primer equipo. Y el entrenador que más estabilidad puede dar en este club es, sin duda, Ernesto”, aseguró.

Su visión sobre la academia de Lezama se basa en la transformación y especialización. “Fue la mejor escuela del mundo, pero no se ha desarrollado como debería”, dijo. “No está tan mal, pero hemos visitado escuelas punteras que hacen mejor las cosas, se van modernizando y trabajan el rendimiento del jugador. En Bilbao se hace, pero no como en otros sitios. Nos están adelantando y hay que corregir”, advirtió.

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