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‘Caso Van den Berg’: Alfonso Feijoo dimite como presidente de la Federación de rugby

La alineación indebida del jugador, de origen sudafricano, que pasó más días de los permitidos fuera de España, dejó a la selección sin ir al Mundial 24 años después

Alineacion indebida Van den Berg
El presidente de la Federación Española de Rugby, Alfonso Feijoo, durante la conferencia de prensa ofrecida en Madrid.SUSANA VERA (REUTERS)

El presidente de la Federación Española de Rugby (FER), Alfonso Feijoo, anunció este viernes su dimisión en el Consejo Superior de Deportes: se declara víctima de un engaño, habla de una sanción “desproporcionada” y recurrirá al Comité de Apelación de World Rugby, la federación internacional. El anuncio llega tras conocerse la falsificación de la fotocopia del pasaporte, presuntamente perdido, de Gavin van den Berg, jugador del Alcobendas, que limitaba su ausencia del país a dos meses —del 8 de julio al 4 de septiembre de 2019— justo dentro del plazo máximo de 60 días en que un jugador puede abandonar al año su país de acogida para ser elegible con la selección. Pero pasó más días de los permitidos. Una falta que deja a España fuera del Mundial de rugby tras descontar los puntos cosechados en los dos partidos que disputó Van den Berg. Se considera que fue alineado de manera indebida y de ahí la sanción.

La clave es una boda y las fotos de la misma: el 15 de junio de 2019 dos personas se casaron en Sudáfrica y un país lejano se quedó sin Mundial. El efecto mariposa lo protagoniza Van den Berg, que acudió a aquel enlace nueve meses después de debutar en División de Honor. La foto de esa boda destapó la falsificación de la fotocopia del pasaporte.

“Nunca había pensado que nadie pudiera falsificar un documento oficial en rugby”, resumió Feijoo, que acudió al trance parapetado por sus técnicos: “Voy a leer un comunicado porque no soy un gran orador”. Anunció su dimisión cuando acabe el procedimiento y amagó con timidez apretar el botón del micrófono mientras esperaba que el presidente de la comisión de elegibilidad, José María Epalza, llevara el peso la rueda de prensa. El seleccionador, Santiago Santos, fue el primero en sentarse, tan ávido de información como los periodistas.

Epalza narró entonces los hechos. La normativa exige a los clubes españoles alinear al menos a nueve jugadores de formación, es decir, elegibles para la selección. El 29 de octubre del año pasado, el manager del Alcobendas remitió la información de Van den Berg tras cumplir tres años de residencia en España. Se intercambiaron entonces varios correos electrónicos, pues el sudafricano tenía un pasaporte nuevo de septiembre y la FER solicitó el antiguo. El club remitió entonces un certificado de la comisaría en el que denunció un extravío en junio de 2021. Pero la FER no lo aceptó. No hasta que el 18 de noviembre, el Alcobendas envió una fotocopia del pasaporte antiguo, en el que figuraban todos sus desplazamientos en los tres años anteriores. En 2021 no tenía ninguna salida; en 2020, tampoco. Y en 2019 se acreditaba una salida de 58 días a Sudáfrica. Como estaba en el límite de los 60 días, la FER consultó a World Rugby y, con el visto bueno, dio al jugador la categoría de elegible.

El jugador disputó dos partidos, en diciembre y en febrero, con victoria holgada de España. Pero el 7 de marzo, una semana antes de que la selección certificara el billete para su primer Mundial en 24 años, llegó un comunicado de World Rugby con una denuncia de Rumania, que incluía la foto de la boda, tres semanas antes de su presunta llegada a Sudáfrica. “Convocamos al jugador y le preguntamos que si era él o tenía un hermano gemelo. El jugador admitió que era él y dijo desconocer por qué salía en el pasaporte que llegó al país el 7 de julio”, resume Epalza.

Dos semanas después, el 24 de marzo, la Federación recibió un escrito del Alcobendas en el que tres miembros del club reconocían haber falsificado el pasaporte. La FER informó a World Rugby de este hecho y esgrimió las “circunstancias excepcionales” por las que el jugador extendió su estancia en el país —la supuesta enfermedad de su padre—, aportando documentación médica. En la vista del jueves, la FER convocó a los tres confesos falsificadores —dos inductores y un ejecutor— pero no acudieron. Solo testificó, desde su casa de Alcobendas, el propio Van den Berg.

“Me voy sin culpa. Responsabilidad sí, pero culpa no”, se defendió Feijoo, que ya presidía la Federación cuando España fue excluida por alinear a dos jugadores franceses en 2018. Y recurrió a la metáfora del cornudo, el último en conocer la infidelidad, para suponer de dónde sale la foto. “Hay que reconocer que en España hay mucho jugador rumano y todos hablan entre ellos. Los jugadores saben más que la federación”.

También esgrimió la falta de medios. “Si fuera la federación de fútbol, tendría a 10 personas dedicadas a ver qué hace el jugador en Sudáfrica, pero vivimos con un presupuesto limitado. Por suerte o por desgracia, nuestra política es invertir el máximo en el deporte. Si hubiéramos tenido a gente en la federación dedicada a esto, bien, pero seguramente hubiéramos tenido peores resultados”. Habrá apelación, una vez que llegue la resolución escrita, algo que aún no ha sucedido, pero Feijoo no adelantó los argumentos. “La sanción no se corresponde con la falta, es totalmente desproporcionada. Nosotros agotaremos todas las vías para intentar volver al Mundial”.

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