El Liverpool se dosifica ante el Benfica
Klopp reparte esfuerzos entre sus estrellas para firmar una igualada que le da el pase y se enfrentará al Villarreal en semifinales
El Liverpool será el rival del Villarreal en las semifinales de la Liga de Campeones después de superar al Benfica en una faena sin alardes, pautada desde la cosecha de dos goles lograda en el duelo de ida. El calendario condicionó al equipo inglés, que busca su séptimo entorchado en la máxima competición europea, pero también atiende a lo doméstico: el sábado se cruzará con el Manchester City en una semifinal copera en Wembley que llega tras su frenético duelo en la Premier del pasado fin de semana. Ante el Benfica, dos arriba y en Anfield, Jürgen Klopp diseñó una alineación alternativa y guardó en la reserva a Van Dijk, Alexander-Arnold, Robertson, Fabinho, Thiago, Salah y Mané. Le sobró para controlar la situación.
Vista la pizarra el Benfica se animó. Además tiene casta y orgullo el cuadro lisboeta, inferior a su rival, pero siempre dispuesto a la brega y con dinamita arriba porque Darwin Núñez ha crecido y se ha convertido en un delantero de postín, potente, con capacidad para el desmarque y definición. El Liverpool sacó fruto de su superioridad en el balón parado. Dominó el juego aéreo en ambas áreas y Konaté, como en Lisboa, no perdonó para volver a poner en ventaja de inicio a los reds. El empate llegó antes del descanso para premiar la porfía lusa. Marcó Gonçalo Ramos tras un error de Milner. Poco antes lo había hecho Núñez, frustrado por un ajustado fuera de juego.
No estuvo cómodo el Liverpool en la primera parte, pero tampoco pasó por malos ratos. Trabajó en la presión, pero no encontró el vértigo habitual. Pareció que tampoco le interesaba engranar marchas largas. Jugó con la mirada en el cronómetro y se alivió a media hora del final con un gol de Firmino tras una cadena de desastres propiciada por Vlachodimos y Vertonghen. Klopp le dio cancha entonces a Salah, Fabinho, Thiago y Mané para gestionar esfuerzos. Tomó la pelota, empezó a mover al rival, subió líneas en la presión y pareció sentenciarlo todo con otro tanto de Firmino.
Demasiada confianza ante un Benfica férreo, que explotó los espacios tras la zaga inglesa y marcó dos goles por mediación de Yaremchuk y Núñez en un tiempo que parecía de trámite. Con el partido empatado y diez minutos por jugar Alisson se estiró al límite para evitar un nuevo gol del delantero charrúa que hubiera desmontado todo el teatrillo local. Todavía volvió a anotar sobre la hora el exjugador del Almería, voraz en el área. Y de ahí se puede extraer una doble lectura: el Benfica siempre fue digno en su despliegue y el Liverpool esbozó una veta que el Villarreal puede explotar.
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