Respiro de alivio para el Getafe a costa del Mallorca
Los azulones vencen un duelo directo por la permanencia gracias a un gol de Mayoral en el 82 y amargan el estreno de Javier Aguirre en el banquillo insular (1-0)
Javier Aguirre debutó en el banquillo del Mallorca con una derrota amarga frente al Getafe (1-0), que falló un penalti en la segunda parte pero reaccionó con la entrada de Gonzalo Villar, clave en la victoria de su equipo con una asistencia estratosférica a Borja Mayoral. El Getafe respira aliviado y abre una brecha de seis puntos de ventaja sobre la zona del descenso que marca el propio Mallorca. Villar es un rara avis en el Getafe. Sin duda, ningún otro de la plantilla del club madrileño tiene su clase. Es un jugador en plena formación que no había tenido muchos minutos desde que llegó en el mercado de invierno. Y, ante el Mallorca, cuando el Getafe no encontraba soluciones pese a jugar con un hombre más por la expulsión de Russo, apareció para salvar a su equipo con la colaboración de un auténtico killer como Mayoral.
Antes, el guión del partido fue otro. Llegaba el debut de Aguirre, que en poco más de una semana entendió perfectamente cuál era el problema del Mallorca, un coladero atrás. De hecho, es el segundo equipo, sólo por detrás del Levante, con más goles en contra. El resultado de su primer diagnóstico lo trasladó al césped y colocó una defensa con cinco hombres con el centrocampista Iddrisu Baba en el centro de la zaga. No fue la única novedad del preparador mexicano. Además de cambiar el dibujo del Mallorca, colocó piezas nuevas sobre el tapete. En parte, obligado por las bajas (Valjent, Jaume Costa y Raíllo). Pero también apostó por otros jugadores y hasta seis nombres lucieron como novedad respecto al once que perdió frente al Espanyol (Maffeo, Russo, Olivan, Battaglia, Salva Sevilla y Fer Niño).
Su cambio táctico provocó un atasco monumental. De repente, tanto el Getafe como el Mallorca, tenían el mismo sistema con una defensa muy poblada. Pero había una diferencia: Quique lleva con el mismo dibujo 22 jornadas, mientras que los jugadores del Mallorca se enfrentaban a una novedad. También había una similitud: la ausencia de Jorge Cuenca por sanción obligó a Quique a colocar a otro centrocampista en el centro de la zaga. Apostó por Okey, igual que Aguirre por Baba. El turco salió peor parado, se le vio mucho menos seguro que al jugador del Mallorca, imperial ante Enes Ünal, y estuvo a punto de dar algún susto en alguna entrega errática a David Soria.
Esa fue prácticamente la única ocasión del Mallorca en la primera parte. Tampoco tuvo más el Getafe. Sólo Enes Ünal, con una falta que lanzó fuera, se acercó a la meta defendida por Sergio Rico. Y es que, jugar al fútbol con dos sistemas tan defensivos, era casi imposible. Consecuencia de tanto conservadurismo, el acto inicial culminó sin disparos entre los tres palos y con un dato relevante: nueve tarjetas amarillas. Tanta amonestación asustó a Quique, que tras el descanso movió piezas aparentemente sin una intención táctica. Juan Iglesias por Damián Suárez y Borja Mayoral por Sandro. Lateral por lateral y delantero por delantero. Fuera, dos de los que tenían tarjeta.
Aguirre reaccionó casi igual. Delantero por delantero. Entró Ángel por Fer Niño. Y nada cambió. La vida siguió igual de aburrida por el Coliseum hasta que llegó la jugada clave del partido en la que entró el VAR. A falta de algo menos de media hora, el árbitro Antonio Mateu Lahoz no vio penalti por una posible mano de Russo a un disparo de Enes Ünal. Tras revisar las imágenes, cambió de opinión y, además, expulsó al defensor del Mallorca. Entonces, Sergio Rico se hizo gigante con una doble parada descomunal. Primero, sacó el penalti a Enes Ünal. Y, después, en el rebote, salvó el remate de Olivera, que cantaba gol con un potente zurdazo que se topó con una mano impresionante. La sucesión de acontecimientos provocó la reacción de Quique. Por fin, con un hombre más, decidió cambiar de sistema. Sacó a dos centrocampistas como Gonzalo Villar y Óscar Rodríguez, quitó a Maksimovic y a Okay y formó con un 4-4-2. Tenía veinte minutos y un hombre más para atacar la férrea resistencia del Mallorca.
Si el plan A del Getafe falló, el B funcionó. La entrada de Gonzalo Villar fue clave. Su magia apareció cuando el Getafe estaba con el agua al cuello. A falta de ocho minutos, filtró un pase espectacular a Borja Mayoral, que rompió la red de Sergio Rico, incapaz de volver a sacar otra mano salvadora. Fue suficiente. El Getafe rompió una racha de seis encuentros sin ganar y se colocó a seis puntos del descenso. Por fin, respiró tranquilo y trasladó la botella de oxígeno al Mallorca.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.