Europa exige un Barça ganador

El Barça se sostiene en la Champions con solo dos goles después de ganar al Dinamo Kiev por un doble 1-0. El mismo resultado le vale este martes ante el Benfica (21.00 horas, Movistar) para alcanzar los octavos y evitar una eliminación en la fase de grupos que no se da desde la temporada 2000-2001. Los azulgrana se juegan la segunda plaza con los portugueses después de que el liderato haya quedado reservado para el invicto Bayern Múnich.

El marcador del estadio Da Luz de Lisboa deslumbró a los barcelonistas: 3-0. El entrenador era Koeman. Ahora es Xavi, que debutó el sábado en el Camp Nou contra el Espanyol con un triunfo por 1-0. También ganó el técnico interino Sergi Barjuán por 0-1 en Kiev. Ningún torneo refleja mejor las dificultades y la inestabilidad del Barça que la Copa de Europa.

A diferencia del partido de Ucrania, Xavi no podrá contar con Ansu Fati, el jugador que marca las diferencias en un equipo que se ha quedado sin delanteros por las lesiones de Dembélé, Agüero y Braithwaite. Tampoco Pedri podrá celebrar en la cancha el premio al mejor jugador sub-21 de Europa que le ha concedido el diario Tuttosport. El centrocampista continúa de baja precisamente desde el partido de Lisboa.

La alineación y hasta la convocatoria se complica si se tiene en cuenta que no podrán jugar por sanción y no inscripción Ilias y Abde. A expensas de la duda de Dembélé, el equipo se ha quedado sin extremos puros a excepción de Demir. Las alternativas son Gavi, que el sábado ya jugó en el costado izquierdo, o Coutinho si Xavi no recurre a Dest. La mejor noticia, de todas maneras, es la presencia de Busquets, sustituido por molestias ante el Espanyol.

El medio centro y los extremos abiertos son las señas de identidad de un equipo que aspira a controlar el partido a partir de la posesión, consciente de que no es efectivo y no domina las áreas, un defecto mayúsculo frente a un equipo como el Benfica del experto técnico Jorge Jesús.

La presión es máxima para el Barça, deportiva y económicamente —la eliminación supondría unas pérdidas de unos 20 millones ya que el presupuesto incluye el pase a cuartos— y, sin embargo, Xavi advierte “una oportunidad”. “Me gusta el reto, es una revancha”, afirma un entrenador que “ha cambiado el chip del equipo”, según opina Jordi Alba.

“Hay que ser valientes”, añade Xavi. “Preparo al equipo para atacar y defender con la pelota y ganar al Benfica”. La llegada del técnico ha ordenado al equipo y cambiado el Camp Nou: “Nunca había vivido un ambiente como el del derbi. Parecía que había cambiado el campo”, asegura el propio Xavi, sabedor de que el Barcelona ha marcado más de un gol en solo cinco de los 17 partidos jugados en Liga y Champions.

Al Benfica, tercero en la Liga y recuperado de las goleadas encajadas ante el Bayern Múnich, le puede valer el empate porque en la última jornada los portugueses se enfrentan al Dinamo y el Barça visita Múnich. La llave del grupo por tanto está en el partido de este martes en el Camp Nou.

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