El Sevilla se queda corto ante un limitado Lille
Primer tiempo aceptable de los andaluces, que acaban celebrando el empate (0-0) después de una segunda parte muy floja
Al Sevilla le faltó grandeza en Lille, donde sumó su tercer empate consecutivo en esta Liga de Campeones. Un punto que le permite seguir en la pelea por la clasificación a los octavos, pero que le aleja de la primera plaza de un grupo donde el Salzburgo llega a los siete puntos. Al Sevilla no le marcan porque es una roca, pero tampoco anota y eso es un lastre en una competición del nivel de la Champions. El Sevilla jugó un aceptable primer tiempo, donde tocó bien el balón y le faltó el gol, para caerse de manera evidente en el segundo, en el que el Lille le superó en el aspecto físico. Segundo de grupo, el Sevilla jugará ahora dos partidos en casa ante el propio Lille y el Wolfsburgo, en los que ya no tiene más remedio que conseguir triunfos si desea pasar de fase. Los de Julen Lopetegui lamentan mucho la ausencia de En-Nesyri, lesionado. Sin su goleador, el Sevilla no culmina aunque se defienda de manera solvente. La Champions exige más y al equipo andaluz le está costando.
Hay factores que influyen de manera importante en el desarrollo de un partido. El triunfo del Salzburgo ante el Wolfsburgo (3-1) en el otro encuentro del choque y jugado con anterioridad en Austria provocó que el duelo de Lille tuviera tintes muy importantes para el Sevilla. Los andaluces estaban obligados a dar un golpe en la mesa en el norte de Francia ante un rival que también se jugaba sus esperanzas de clasificación.
Lopetegui entendió que este Sevilla que tan bien defiende necesitaba un poco más en el juego de ataque. Por eso dinamizó el centro del campo con la entrada de Suso y Delaney, y mantuvo en el once a Óliver Torres por delante de Rakitic.
El Sevilla esperó al Lille, el campeón de Francia, para pasados los 10 minutos de cortesía hacerse con el mando del choque. Los franceses son un equipo de veloces transiciones en ataque, pero vulnerable ante un rival que ejerza la superioridad técnica con el balón. El Sevilla tuvo la pelota y la movió con sentido, en un intercambio constante de posiciones de sus hombres más adelantados. Ocampos, además, por fin despertó para mostrar velocidad y desborde, cualidades que su equipo necesitaba de manera urgente.
Bien colocado en el campo y con sentido a la hora de tocar el balón, el Sevilla cuajó un primer tiempo de buen nivel. A los 20 minutos, Djalo salvó bajo palos un remate de Mir después de un error del meta Grbic en la salida de la pelota. El Sevilla solo sufrió en un error de Acuña que estuvo a punto de aprovechar Renato Sanches. Bono, siempre eficiente, tapó el remate del centrocampista portugués. El Sevilla, poco a poco, fue acercándose al área del Lille. Suso, Ocampos y Mir se lanzaron sobre la meta francesa en una demostración del dominio del Sevilla, al que le faltó, sin embargo, la pegada de un grande. Ocampos, después de un gran pase de Suso, estuvo cerca de marcar para plasmar en el marcador el buen juego de un Sevilla que había dejado atrás la versión anodina y plana de anteriores citas.
El equipo andaluz no estuvo tan fino en la segunda mitad. La precisión huyó de los pies de los jugadores del Sevilla, que se vio también afectado por la lesión de Rekik, que obligó a Lopetegui a tener que colocar a Fernando de central. Suso y Óliver Torres se apagaron y el partido entró en una fase extraña. El Lille no arriesgaba y esperaba un error en el pase del Sevilla, que poco a poco fue perdiendo fuelle. Los acercamientos al área de los andaluces se convirtieron en acciones muy previsibles, con Suso amagando con disparar para acabar centrando sin que nadie acertara en el remate. El cero a cero se mostraba como un resultado inquietante.
El miedo a un gol del Lille paralizó al Sevilla, que no supo si ir a por el triunfo o amarrar el punto en el último tramo del encuentro. Ni el Papu ni Rakitic le dieron fútbol a un equipo arrugado y con poca pegada. El único disparo a puerta del Sevilla en este periodo llegó en el minuto 81, por mediación de Lamela. Un disparo tan flojo como el sistema ofensivo de un equipo que acabó celebrando el punto. El Sevilla defiende bien y ataca mal, y se quedó corto en Lille.
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