Ter Stegen, en el nombre del abuelo
El alemán busca revancha en el estadio en el que encajó el 2-8 contra el Bayern
Le esperaba a la puerta del colegio con un pastelito para llevarlo al entrenamiento de la cantera del Borussia Mönchengladbach. Así cada día, hasta que Marc André Ter Stegen pudo sacarse el carné para conducir su scooter. “Abuelo”, le dijo el hoy portero del Barça; “a partir de ahora voy a ir solo a entrenar”. Resignado, aceptó la decisión de su nieto. “Pero cuando llovía me llamaba para llevarme. No le podía decir que no”, recuerda Ter Stegen. “Siempre estuvo ahí para apoyarme y cuidarme en mi carrera. Nunca me presionó”, añade el guardameta alemán. Su abuelo, cada vez que puede, lo visita en Barcelona. Nada de vuelos privados ni de asientos en primera clase. Coge su maleta y busca un low cost. No deja que su nieto le pague nada. “Es una cuestión cultural, pero también le permite decirle lo que piensa. No tiene miedo de que Marc se enfade. No depende económicamente de él. Es la misma relación de siempre: de cariño y de paz”, cuentan desde el entorno del portero.
La conexión con su abuelo es justamente el símbolo de lo que busca Ter Stegen en las relaciones. Mantiene a sus amigos de toda la vida cerca: le une un fuerte vínculo con Mario Götze y Marco Reus, compañeros desde juveniles de Alemania, conserva el mismo agente de siempre y se refugia en su mujer y en su hijo. Con todos ellos habla poco de fútbol. O casi nada. “Puede ser que tenga una vida demasiado monótona o aburrida. Pero es lo que necesita”, cuentan los que lo conocen. Y es esencialmente lo que busca: tranquilidad.
Antes de un compromiso importante se olvida del teléfono y pide no hacer actos comerciales. Pocas semanas más trascendentales para el portero alemán que la presente. Ronald Koeman ya se la jugaba frente al Levante en el Camp Nou, antes de visitar este miércoles al Benfica (21.00, Movistar) y de viajar el sábado al Metropolitano.
El duelo frente al Atlético guarda, para el alemán, una carga implícita en su lucha por el mejor cancerbero de la Liga. Como lo era también el partido frente al Bayern Múnich, en los cuartos de final de la Champions League en 2020, la última vez que Ter Stegen pisó Da Luz, campo al que regresa esta noche. En Alemania se prestaba esa noche especial atención a las porterías. Nada nuevo en el pulso entre Neuer y Ter Stegen. Pero el Barça se llevó una tunda de Lisboa (2-8) y pocos días después de la goleada frente al Bayern, Ter Stegen pasó por el quirófano por un problema en la rodilla derecha.
Este verano tuvo que volver a visitar al cirujano. Se perdió la Eurocopa y reapareció en la jornada 3 ante el Getafe. Lleva cinco partidos y ha recibido cinco goles, tres nada menos que ante el Bayern. De nuevo, en los focos ante el gigante alemán.
Por eso, Ter Stegen espera con ilusión el próximo parón de selecciones. Nuevo entrenador —Hans-Dieter Flick relevó a Joachim Löw—, nuevas dinámicas en el seno de la Mannschaft. El meta alemán busca protagonismo en Alemania, como también en el vestuario azulgrana.
Llamado a ser uno de los líderes de la plantilla, Ter Stegen se quedó fuera del cuarteto de capitanes. Busquets, Piqué, Sergi Roberto y Jordi Alba, catalanes y formados en La Masia, fueron los elegidos. Nadie, sin embargo, ignora la personalidad del alemán, uno de los pocos en reconocer sus diferencias con Leo Messi. “Aunque de vez en cuando no compartimos la misma opinión, siempre fuimos hacia la misma dirección”, se sinceró en su mensaje de despedida al 10. Sin embargo, se emocionó en el acto del adiós del rosarino en el Camp Nou. Messi siempre respetó a Ter Stegen, al que acostumbraba a buscar para abrazar después de cada duelo.
No es menor el peso del alemán en el vestuario, ni tampoco en el Barcelona. Renovado por Josep Maria Bartomeu hasta 2025. Por entonces, Ter Stegen llevaría 11 años en el club azulgrana. Aunque dejó el barrio del Eixample, en el centro, para mudarse a Castelldefels, no es extraño que el portero regrese de paseo a la ciudad. De hecho, su vínculo con Barcelona trasciende lo deportivo y lo sentimental. La primera inversión que realizó, más allá de los inmuebles, la hizo en una start-up de bicicletas, Kleta, dedicada a la suscripción mensual para uso personal en Barcelona. “Me gusta la vida saludable y lucho por la sostenibilidad. Cuando vivía en la ciudad, me movía en patinete o en bicicleta”, explica Ter Stegen, que invirtió cerca de 400.000 euros.
Cambió el scooter por la bicicleta, pero mantiene a su abuelo cerca. Ter Stegen se abraza a la tranquilidad, mientras busca su revancha en Lisboa y su oportunidad en la selección alemana.
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