El Madrid ficha a Camavinga, otro joven para renovar el centro del campo
Cuando toda la atención estaba puesta en Mbappé, que finalmente se queda en el PSG, el club blanco cierra la llegada del medio francés, de 18 años y procedente del Rennes
El Real Madrid adquirió en las últimas horas del mercado de fichajes a otro joven para su camada. Eduardo Camavinga, centrocampista francés de 18 años y procedente del Rennes, fue la sorprendente operación blanca cuando todos estaban pendientes de Kylian Mbappé, que definitivamente continuará en el PSG, al menos, la temporada que le resta de contrato. Como quedó prácticamente confirmado el día anterior, la estrategia económica y diplomática desplegada por la entidad merengue resultó insuficiente para contratar al delantero galo de 22 años. El culebrón se interrumpe, pero no se acaba. Si el atacante no renueva antes de enero, será libre para decidir su futuro.
Mientras la vía Mbappé se diluía en esta ventana, surgió Camavinga, que firma por seis temporadas y se convierte así en el primer desembolso del club (45 millones, bonus incluidos, según L’Équipe) desde enero de 2020, dos meses antes del inicio de la pandemia. Ese invierno llegó por 30 millones el brasileño Reinier, ahora cedido en el Dortmund y todavía sin debutar con el Madrid, y a partir de ese momento las inversiones se cortaron en seco para centrarse en las ventas de jugadores con las que aliviar los efectos de la crisis e ir haciendo caja por si había alguna posibilidad de acometer el fichaje de Mbappé. En este periodo, el club ha ingresado unos 180 millones y la única incorporación hasta esta de Camavinga (David Alaba) no había necesitado traspaso.
El frenazo inversor llegó a afectar al joven francés ahora fichado. Su nombre figuraba hacía dos temporadas en la agenda de seguimiento del Madrid, había recibido las buenas palabras públicas de Zinedine Zidane (“es bueno, joven y con futuro”, valoró hace medio año) y se le consideraba una opción relevante dentro de los planes de renovación de la plantilla. Su aparición con el Rennes había puesto en alerta a varios clubes de la élite europea. Sin embargo, la pandemia varió radicalmente las prioridades en Valdebebas y las opciones de reclutarlo pasaron a un segundo plano. Hasta que en las últimas horas del mercado, coincidiendo con una nueva decepción del Madrid en su intento por adquirir ya a Mbappé, la vía de Camavinga volvió a dispararse y su compra se dio por hecha en cuestión de horas.
Para añadir un poco más de leña al fuego PSG-Real Madrid a cuenta de Mbappé, Camavinga se encontraba entre los intereses del equipo parisino. El jugador, al que solo le restaba un año de contrato en el Rennes, apuntaba hasta hace unos días mucho más al Parque de los Príncipes que al Bernabéu. El United era otro de los pretendientes. Pero, en un giro imprevisto de los acontecimientos, el joven de 18 años se unirá al grupo de Carlo Ancelotti cuando regrese de la sub-21 francesa.
Originario de Miconje (Angola), el canterano del Rennes es el primer medio puro que ficha el Madrid desde Ceballos en 2017 y se presenta como la nueva pieza para rejuvenecer una medular que sigue tirando, salvo Valverde, de jugadores llegados hace entre seis y nueve años. Modric lo hizo en 2012, Isco en 2013, Kroos en 2014 y Casemiro en 2015. El elegido, en principio, para ir avanzando en esa transición era Odegaard, pero al noruego nadie le pudo garantizar el estatus que deseaba y el club vio con buenos ojos una venta al Arsenal por unos 35 millones.
A veces pivote defensivo, otras volante, el fútbol de Camavinga ofrece, sobre todo, movilidad, conducción para romper las líneas de presión, amplia cobertura de campo y buen toque. Llevaba dos campañas en las libretas de los ojeadores de media Europa, desde que debutó con 16 años, cuatro meses y 27 días con el Rennes. El estreno, en 2019 ante el Angers, le convirtió en el primer nacido en 2002 que irrumpía en una de las grandes ligas. En las dos temporadas y media con su club de formación ha sumado 88 partidos, dos goles y cinco asistencias.
Desgracia familiar
Su efervescencia lo llevó, incluso, a la selección francesa, con la que debutó en septiembre de 2020 contra Croacia. Con los grandes ha participado en tres encuentros y abrió la goleada de hace un año a Ucrania (7-1), aunque su campamento base sigue siendo la sub-21. Con ella jugó el último Europeo y se quedó fuera de la Eurocopa absoluta, perjudicado por la alta competencia y el bajón de rendimiento que sufrió en algunas fases del curso pasado.
En todo caso, una carrera de grandes promesas que se vio amenazada pronto por una desgracia familiar. Los Camavinga, de profundas creencias religiosas, habían llegado a Francia desde Angola buscando un futuro mejor. Primero se asentaron en Lille y luego en Fougers, a unos 50 kilómetros de Rennes. Sin embargo, la vida de todos cambió la mañana en que su vivienda ardió por completo. Por suerte, nadie estaba dentro. El padre, que se ganaba la vida en un matadero, se encontraba trabajando. La madre, ama de casa, había salido. Y a los hijos la tragedia les pilló en el colegio.
No quedó nada en pie y los servicios sociales los tuvieron que reubicar en una casa que tampoco reunía las mejores condiciones. De ello se dio cuenta un entrenador del Fougeres, Nicolas Martinais, que organizó una colecta de ropa, muebles y juguetes. Y él es quien siempre recuerda la frase que le dijo el padre del jugador al entonces chaval Eduardo, tercero de seis hermanos: “Tú eres la esperanza de nuestra familia”. El joven, tentado también por el yudo, empezó a hacer carrera en el fútbol y este martes se convirtió en nuevo jugador del Madrid. Vinicius, Rodrygo, Valverde, Militão, Miguel Gutiérrez o Lunin tienen nuevo compañero de promoción.
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