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Verstappen se lleva un golpe durísimo

El holandés sufre un brutal accidente en Silverstone mientras se las tiene tiesas con Hamilton, que gana a pesar de una sanción de 10 segundos. Sainz, sexto y Alonso, séptimo

Oriol Puigdemont
GP Gran Bretaña F1
El Red Bull de Verstappen tras el accidente con Hamilton.

Los acontecimientos transcurridos durante la media hora larga que el Gran Premio de Gran Bretaña se mantuvo neutralizado reflejan perfectamente la relevancia del componente político en el Mundial de Fórmula 1. El aterrador accidente que sufrió Max Verstappen en Silverstone y que provocó la bandera roja anticipó una partida de ajedrez entre Red Bull y Mercedes, volcados en tratar de influir en la decisión de los comisarios mediante mensajes de radio mandados a Michael Masi, el director de carrera, que se dedicó a mandar balones fuera. “Es una de las curvas más rápidas del campeonato y Max tenía la trazada buena”, justificó Christian Horner, director de Red Bull. “Michael, te he mandado un mail con unos diagramas que deberías analizar”, contraatacó Toto Wolff, su homólogo en la marca de la estrella. La sanción de diez segundos que le cayó a Lewis Hamilton no satisfizo a nadie, por más afortunada que se sintiera la escudería energética al comprobar que su niño maravilla salió ileso de uno de los trompazos más escalofriantes de su vida.

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Colocado en la pole, Verstappen sacó las garras para defenderse de los ataques de Hamilton, que arrancó como un león y le metió el morro de su coche en cada una de las curvas de la primera vuelta hasta llegar a Copse, una de las más rápidas del calendario. Con el holandés al frente, el británico se abrió al interior y se marchó un pelo largo, circunstancia que propició el contacto entre el neumático delantero derecho del Mercedes y el trasero izquierdo del Red Bull, proyectado a la deriva a casi 300 kilómetros por hora, directamente contra la barrera de neumáticos, a la que se estrelló lateralmente de forma brutal. Según los datos del equipo del búfalo rojo, el impacto generó una energía de 51′s que dejó a Verstappen medio grogui y que le llevó a la enfermería, donde los exámenes que se le practicaron descartaron cualquier lesión. El golpe fue durísimo para el chico de Hasselt, tanto por los moratones que seguramente aparecerán en su cuerpo cuando se levante este lunes, como por los 25 puntos que le birló Hamilton en la gresca por el título (185-177 ahora en el Mundial a favor de Verstappen).

Lo ocurrido este domingo no deja de ser el cruce natural de dos trayectorias que estaban condenadas a encontrarse desde hace mucho tiempo, y que si no lo habían hecho hasta ahora era por la tremenda superioridad de las Flechas de Plata, un dominio que esta temporada Red Bull ha conseguido minimizar y, en según qué escenarios, incluso eliminar. Verstappen tiene talento para dar y vender y al fin dispone de un bólido tan rápido como el que más. Una combinación esperanzadora que se convierte en explosiva al medirse con un portento como Hamilton, el piloto más fructífero de la historia del certamen y alguien que, a pesar de ello, parece tener la misma hambre que demostró en 2007, cuando debutó.

Una vez cumplida la penalización en su única visita a los garajes (vuelta 28 de 52), el actual campeón se reincorporó a la pista el quinto, a más de 13 segundos de Charles Leclerc. A un ritmo de más de un segundo por vuelta, el corredor de Stevenage fue comiéndole metros al monegasco de Ferrari, que lleva casi dos años, desde Singapur 2019, sin celebrar una victoria. Hamilton contactó con el trasero del monoplaza de Leclerc a falta de dos giros para la bandera de cuadros, pero el diferencial de velocidad entre los dos coches hizo inútil el esfuerzo del piloto de la Scudería, imponente ante el ataque de Hamilton, precisamente en el mismo punto en el que se tocó con Verstappen. El triunfo es el cuarto del curso para el heptacampeón, el octavo en su circuito y el 99º de su hoja de servicios. Leclerc terminó el segundo y Valtteri Bottas completó el podio, mientras que Carlos Sainz cruzó la meta el sexto, condicionado por una parada muy lenta, y Fernando Alonso, el séptimo.

Tras este ajetreado fin de semana, la temperatura se dispara al frente de la tabla que posiciona a los pilotos y también a los constructores. Mercedes llegó a Silverstone con la necesidad de un cambio de dinámica que terminó por ser mucho más favorable de lo que se podían imaginar los responsables del constructor de Stuttgart, que, en un solo evento, le birló 40 puntos a Red Bull, cuya única satisfacción fue ver a Mad Max salir ileso de un castañazo espeluznante.

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