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Muere a los 81 años Antonio Gómez del Moral, el coloso de Cabra

Fue uno de los más famosos corredores españoles de los años 60 y maglia rosa del Giro de 1967 durante tres días

Carlos Arribas
Antonio Gómez del Moral, con el maillot del Kas, en el Giro de 1967.
Antonio Gómez del Moral, con el maillot del Kas, en el Giro de 1967.

Antonio Gómez del Moral, que de chavalillo vendía carbón y leña que llevaba en su bicicleta por las calles de Lucena y Cabra, era el ejemplo de todos los que querían ser ciclistas profesionales en los años 60. Su hermano mayor, José, también ciclista, formó parte de la selección nacional que ayudó a Federico Martín Bahamontes a ganar el Tour de Francia de 1959. Entonces era solo José Gómez Moral, pero después de la victoria se añadió el ‘del’ entre apellido paterno y materno para dar más prestancia a ambos. El hermano pequeño fue mejor ciclista todavía, un coloso que a los 22 años, en 1962, le ganó el Tour del Porvenir nada menos que a Jan Janssen, el holandés que luego, antes de la llegada de Eddy Merckx, ganaría el Tour del 68.

El coloso Gómez del Moral, nacido en Cabra (Córdoba), el 15 de noviembre de 1939, falleció un 14 de julio, 81 años más tarde, este miércoles. El jueves 15, justo cuando se cumplen, día por día, 49 años de su victoria en el Porvenir, fue enterrado en Priego de Córdoba.

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Toda Cabra aún recuerda el recibimiento que la ciudad le hizo cuando volvió de Francia, en pleno mes de julio, y la exvicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, de Cabra también y con cinco años entonces, habla de la fama de los hermanos, los más conocidos de la tierra, de cómo los días que pasaba la Vuelta por allí cerraban la escuela para que todos los niños salieran a animar a los ciclistas y de una cena muchos años más tarde en la que Bahamontes le habló maravillas de Antonio Gómez del Moral, “un grandísimo”, que era muy amigo suyo y con quien cuando iba a Cabra a entrenarse subía en bicicleta hasta el picacho de la Sierra, a más de 1.200 metros.

Era la segunda edición del Tour reservado a los corredores aficionados; Gómez del Moral, formando en un equipo con Momeñe y Eusebio Vélez, entre otros, fue el primer español que consiguió una victoria que marca para siempre las expectativas de cualquier ciclista que la gane, también las de Gómez del Moral, y cuando Luis Ocaña llega al pelotón español, en 1968, en su primera carrera, la Vuelta a Andalucía le dicen que adónde va tan fino y flaco en febrero, que las carreras de invierno están para adelgazar y que se fije en Gómez del Moral, un trullo que adelgazará y será imbatible, le anuncian.

Con Ocaña, junto al equipo Kas y el Fagor, el símbolo del esplendor ciclista español de los años 60 y primeros 70, Gómez del Moral volvió a coincidir unos meses más tarde, cuando el conquense de Priego y de Mont de Marsan, seis años más joven que Gómez del Moral, le derrotó en los campeonatos de España contrarreloj, aventajándole en dos minutos y medio en un trazado de 75 kilómetros, en Mungia (Bizkaia). Con Ocaña, de nuevo, comparte una experiencia excepcional en la Vuelta a España de 1969. Ambos ganaron el prólogo de la ronda, en Badajoz, a igualdad de tiempos, y como era imposible diferenciarlos, ninguno de los dos vistió el maillot amarillo, lo que nunca antes ni después ocurrió y volvió a ocurrir. Esta historia del maillot amarillo, que habría marcado el espíritu de cualquiera, no le duró en el cerebelo a Gómez del Moral más que unas horas.

Al día siguiente, el 24 de abril de 1969, el ciclista andaluz no toma la salida de la Badajoz-Badajoz. La noche anterior ha recibido un telegrama en su hotel comunicándole la muerte de su madre. El ciclista viaja rápido a Cabra y su historia conmueve a España, y más la conmoverá al día siguiente pues, mientras está velando a su esposa, muere también repentinamente el padre del corredor del Kas. Gómez del Moral tiene 29 años entonces y era, quizás el ciclista más conocido de España junto a Julio Jiménez. Entre 1960 y 1972, corrió en el Licor 43 junto a Julio Jiménez, en el Faema de Van Looy, en el Ignis de Varesse y de Poblet, en el Kas y en el Karpy. En su palmarés contaba ya con dos victorias de etapa en la Vuelta (el prólogo sin maillot fue la tercera), un campeonato de España (1965), una Volta a Catalunya (1965) y dos circuitos de Getxo. Aunque quedó dos veces undécimo del Tour, Gómez del Moral era más hombre Giro que hombre Tour. El triunfo internacional que más resonancia tuvo fue la victoria en la La Spezia, en solitario, en la segunda etapa del Giro de 1967 por delante del jovencísimo caníbal Eddy Merckx. El triunfo le permitió vestir tres días la maglia rosa de líder y aumentar más aún su fama.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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