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Red Bull se la devuelve a Mercedes

Verstappen logra en Paul Ricard su tercer triunfo gracias a la cintura del equipo energético, con Alonso octavo y Sainz, el undécimo

Max Verstappen, en su monoplaza, celebra la victoria en el Gran Premio de Francia.
Max Verstappen, en su monoplaza, celebra la victoria en el Gran Premio de Francia.Nicolas Tucat (AP)
Oriol Puigdemont

Red Bull le devolvió la jugada a Mercedes para darle algo más de aire a Max Verstappen al frente del Mundial. Y lo hizo igual que la marca de la estrella bailó a la del búfalo rojo hace unas semanas en Montmeló, donde un certero cambio en el guion permitió que Lewis Hamilton superara al holandés. Los dos equipos intercambiaron sus papeles en Paul Ricard, donde fue Red Bull quien dio un volantazo inesperado en el último tercio de la prueba, que finalmente le dio el triunfo al corredor de Hasselt, el tercero del curso para él.

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Los estrategas de la estructura de Milton Keynes se entregaron a los superordenadores que, sobre la marcha, les plantean las distintas alternativas. Son los ingenieros los que deciden qué camino tomar, y en Francia eligieron el indicado. Red Bull llamó a Verstappen para llevara a cabo una segunda visita a los talleres y le calzaron su monoplaza con gomas nuevas, mientras que Mercedes optó por dejar a Hamilton completamente expuesto a la voracidad de Mad Max, que se merendó a las Flechas de Plata sin ninguna piedad. Una fotocopia del episodio en el Circuit. El británico paró el golpe y terminó segundo, mientras que Checo Pérez cerró el podio después de abrasar a Valtteri Bottas. Fernando Alonso cruzó la meta el octavo y Carlos Sainz lo hizo el undécimo.

La velocidad del monoplaza energético de este curso abre un abanico de posibilidades para quienes dirigen a los pilotos desde el muro. En esta ocasión, en Red Bull lo vieron claro y apostaron fuerte. Conscientes de que la clave de todo pasaba por el nivel de degradación de los neumáticos, los técnicos hicieron que Verstappen abandonara momentáneamente el liderato (vuelta 32) para recolocarle el cuarto, a 20 segundos de la cabeza con 21 giros por delante, pero con los compuestos relucientes. El asunto fue que Verstappen se fue zampando al actual campeón a un ritmo brutal, de dos segundos por vuelta, que dejó completamente desarmado a Hamilton, impotente y casi mudo ante la fuerza con la que llegó su oponente, que le pasó por encima a dos vueltas para la bandera de cuadros. La mejor forma de redimirse tras el patinazo de la arrancada, donde se fue largo en la primera variante y perdió la batuta en favor de Hamilton, esta vez condenado doblemente por los suyos. En la primera visita a los garajes (vuelta 18), un error de cálculo permitió que la principal apuesta de Red Bull volviera a mandar en la carrera, antes de la pirueta de la segunda parada, una auténtica delicia.

“Esta es [culpa] nuestra. Gracias por hacer todo lo que estaba en tu mano. Condujiste de forma increíble”, se disculpó ante Hamilton, a través de la radio, James Vowles, el responsable de la estrategia del fabricante de Stuttgart, que tiene motivos para comenzar a preocuparse, una sensación que perfectamente se puede intuir en la cara de Toto Wolff, el director del tinglado, que este domingo, en Francia, estaba más pálido que un oso polar.

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