Alcaraz, Sinner y Musseti, tres rebeldes que piden paso

Mientras Francia digiere como puede una realidad más que cruda, puesto que por primera vez en la historia no cuenta con un solo representante de su tenis en la tercera ronda (ni masculino ni femenino) y su crisis se agrava, España e Italia no pueden evitar la mueca de optimismo.

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Por ahí desfilan a buen paso y con brillo tres chicos que garantizan un futuro próspero y auguran alegrías. Pisa firme Yannik Sinner, el gigantón tirolés que ni sufre ni padece mientras pelotea; engancha Lorenzo Musetti con su creatividad y ese perfil reivindicativo que lucha contra la robótica tendencia de la actualidad; y asoma la cabeza Carlos Alcaraz, Carlitos, el murciano que alumbra el paisaje del mañana en clave nacional, hasta hace no mucho demasiado sombrío y sin linterna.

Ellos son, si no se tuercen las cosas, el tridente llamado a marcar el paso de la última generación. La punta de lanza de una hornada que va llegando, e incluso adelantando, a un buen puñado de promesas de la anterior. Potencia París el grito: por primera vez desde 2001, tres jugadores menores de 20 años figuran en la tercera estación de Roland Garros, entre los 32 mejores jugadores del grande francés. Hace exactamente dos décadas lo consiguieron Roger Federer (19), Andy Roddick (18) y el español Tommy Robredo (19).

Sinner (19) pelotea como un veterano, Musetti (19) juega con un pincel en la derecha y Alcaraz (18), el más joven de los 128 tenistas que lograron el acceso al cuadro principal del torneo, está metiéndose a los parisinos en el bolsillo con su repertorio ofensivo y su determinación. “No me está sorprendiendo mi actuación. Confío mucho en mí mismo, es una virtud que he tenido siempre y creo que me ha ayudado”, dice el del Palmar, que este sábado (segundo turno de la sesión que arranca a las 11.00; Eurosport) tendrá la oportunidad de darle otro mordisco a la historia y seguir enarbolando la rebeldía juvenil de esta edición.

Se mide con el alemán Jan-Lennard Struff, doce años mayor que él. “Sinceramente, creía que me ibas a preguntar por él, que es el que me toca en la siguiente ronda. No te puedo hablar ni de Schwartzman ni de Rafa”, le contesta a un periodista precipitado que se ha saltado dos peldaños y lo empareja con Nadal, sabiendo que en los Grand Slams cada partido es un mundo. “Los jóvenes estamos ahí, demostrando un buen nivel. Como he dicho muchas veces, yo sigo concentrado en mí y en lo que debo mejorar, y cada uno debe seguir su camino”, se refiere a su ascensión y la de los dos italianos.

Dos meses después de que Alcaraz naciera, Federer conquistó en Wimbledon su primer grande. Ahora, ley de vida, el suizo apura una esplendorosa carrera mientras el empuje de la juventud va abriéndose inexorablemente paso. Aquellos que encabezaron la llamada NextGen ya han metido los codos –Daniil Medvedev (25), Alexander Zverev (24), Stefanos Tsitsipas (22), Denis Shapovalov (22)…– y en los últimos tiempos han empezado a llamar a la puerta con fuerza la nueva quinta, en la que sobresalen los nombres del español, Sinner y Musetti.

Este último, ganador del Open de Australia como júnior en 2019 y semifinalista en Acapulco (ATP 500) esta temporada, ya es potencialmente el 65º del mundo. “No esperaba ir tan rápido”, admite antes del choque con Marco Cecchinato. Mientras, Sinner, citado con Mikael Ymer, dibuja un salto todavía más abrupto: se ha asentado en el top-20, ha sido finalista en Miami este curso y en el pasado alcanzó los cuartos en París. “Hay posibilidades de que gane Roland Garros”, se moja el histórico Mats Wilander. Y Alcaraz (97º) continúa creciendo como la espuma, en boca de todos los aficionados y bajo la lupa de los especialistas: “El joven prodigio español”, le define el diario L’Èquipe.

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