Toni Kroos, el francotirador esquivo: los datos que descifran su juego
Resguardado en su posición retrasada, el alemán es el futbolista de Europa que más balones lleva a la zona de peligro
Jürgen Klopp se fue la semana pasada del estadio Alfredo di Stéfano dejando un lamento más profundo que el de haber jugado en un campo “de entrenamiento”. Su equipo, el Liverpool, no pudo presionar porque no encontraba la pelota, y atribuyó el encantamiento al trío clásico del centro del campo del Real Madrid: Casemiro, Kroos y Modric. Al señalar a los culpables coincidió con el análisis de Del Piero, exfutbolista de la Juventus, ahora comentarista en Sky: “La tranquilidad con la que dominan el campo, juegan y arriesgan como quieren es asombrosa”, dijo el italiano.
De los tres, Declan Rice, del West Ham, se quedó prendado de uno: “Ver a Toni Kroos es muy especial”, tuiteó. Verle es especial; padecerle suele resultar dañino, como explica Vicente del Bosque: “Es como si jugase suave, parece que no hace esfuerzo, es estético. Se podría decir que elegante. Lo que hace parece simple, pero siempre elige la mejor opción”.
Esa elección casi nunca es inocente, como dice Amancio, goleador del Madrid de la sexta Copa de Europa: “Kroos es la fuente del equipo, de su creatividad ofensiva”. Los datos recogidos por Opta aquella noche también apuntan ahí: el alemán fue, con cuatro, el futbolista que más ocasiones creó, por delante de las dos de Salah. También fue, como casi siempre, el que más veces tocó la pelota y el que más pases completó. Esas cifras, en ocasiones tomadas como toqueteo, esconden su exploración del campo para encontrar dónde provocar daño.
Esa capacidad la miden los datos de Statsbomb: Kroos es el futbolista de la Champions que más veces hace llegar el balón al último tercio de campo contrario, y uno de los que más lo consigue en las cinco grandes ligas. La empresa británica de analítica llama a este tipo de lance deep progression [progresión al último tercio], y contempla que se alcance ese último tramo a través del regate, la conducción o el pase.
El gráfico dice, además, que Kroos también es excepcional por su contribución a jugadas que acaban en ocasión de gol. Apenas dribla, ni corre con el balón, pero resulta letal en el pase, en el que mantiene una precisión extrema, por encima del 90%, a lo largo de toda su carrera. Así consigue contribuir a crear casi tanto peligro de gol como Messi, aunque desde mucho más lejos.
Kroos explicó el proceso en uno de los fragmentos de las entrevistas que quedaron fuera del montaje final del documental que sobre él dirigió Leopold Hoesch hace un par de años: “Una parte importante de mi juego es que antes de que me llegue el balón, ya sé lo que voy a hacer con él. Saber dónde está el siguiente espacio en el campo que está libre. (...) Cuando tengo el balón, intento llevarlo en la dirección en la que quiero poner presión en el equipo rival”.
Los datos también muestran su labor de director: no solo lleva el balón al área de peligro a menudo, sino que aparece continuamente para hilvanar el juego. Es uno de los tres futbolistas de la Champions que más pases da (más de 80 por partido) y uno de los más precisos: el 90% son buenos. Combinar esa precisión con la capacidad de generar peligro quizá sea su rasgo más excepcional.
Lo explicó este martes Klopp, que le definió como una versión “más rápida y dinámica” de Bernd Schuster: “Es muy difícil de defender porque puede cambiar el juego desde zonas muy retrasadas”. Lo sufrió en el minuto 27 de la ida. Desde un lugar casi más cercano a su área que al centro del campo, Kroos vio que Vinicius Jr. iba a empezar a correr hacia la portería contraria y le mandó un pase de más de cincuenta metros, que el brasileño controló con el pecho y transformó en el 1-0. Sencillo, inesperado y letal. “Fue el pase largo de un genio: colocó el balón entre dos defensas y generó una duda. Son los otros dos goles del Madrid los que se podían evitar. El 1-0 no es reprochable”, dijo este martes Klopp.
Varios analistas ingleses lamentaron que Kroos no se encontraba presionado en el momento del envío, pero la zona por la que transitaba aparentaba ser inocua. Como explica Del Bosque, Kroos también sobresale en la búsqueda de su propio espacio: “Él sabe dónde influye en el juego. Y tiene la inteligencia natural de protegerse donde se encuentra más cómodo”, dice el exseleccionador campeón del mundo. Según los registros de Statsbomb, en los dos últimos años ha retrasado casi tres metros el lugar medio desde el que pasa, mientras ha mantenido la precisión. El último gráfico da pistas de su estrategia: completa más pases largos que nadie mientras pisa las zonas más despobladas.
Kroos es una amenaza conocida, pero en buena parte indescifrable y escurridiza. Muchas tardes el enigma resulta desesperante. El Athletic visitó el Di Stéfano en la Liga en diciembre y Gaizka Garitano, todavía en el banquillo rojiblanco, tenía claro a quién vigilar. Encomendó a Raúl García que persiguiera al alemán: “¡Que no piense!”, le gritaba desde la banda. Pero Raúl García solo aguantó 12 minutos. Dos faltas a su objetivo, dos amarillas.
El siguiente encargado de la guardia, Iñaki Williams, recibía instrucciones aún más estrechas desde el banquillo: “¡Descansa con Kroos!”, le gritaba Garitano cuando el balón se movía lejos de ellos. Ni entonces debía separarse. Si quería coger aire, debía hacerlo pegado a Kroos. Aunque parece que da igual. El alemán fue el futbolista que más veces tocó la pelota esa noche (105), y también el que más tiros a puerta sumó (4), entre ellos el remate desde fuera del área que supuso el 1-0.
Aunque la influencia de Kroos, como apuntó la semana pasada Del Piero, tiene que ver también con que juega al lado de Casemiro y Modric, con quien a menudo se alterna para retrasarse y sacar la pelota de entre los centrales. Y no solo para atacar: los tres se encuentran entre los diez jugadores que más balones han recuperado en esta Champions. Se trata de una alianza feliz, según el croata: “Llevamos muchos años jugando juntos y puedo decir que Toni es uno de los jugadores con quien más me gusta jugar. Disfruto jugando con él”, dijo este martes el Balón de Oro, que ha tenido años para descifrar un tipo que ha intrigado hasta a filósofos.
Wolfram Eilenberger, el autor de Tiempo de magos y del reciente El fuego de la libertad, habla de su interés por Kroos en el documental de Hoesch: “Lo primero que me fascina de él es que no tiene nada especial. No es especialmente alto. No es especialmente rápido. No es especialmente fuerte. A simple vista es un jugador normal. De peso, altura y velocidad normales. Su habilidad especial es ser capaz de ver el juego de forma más clara, rápida y distinta de los demás. Tiene una gran anticipación; no solo de la jugada inminente, sino de las que se podrían derivar. Ve el partido dos o tres pases por delante”, dice.
Fuentes y metodología. Los datos son de la empresa especializada en estadística avanzada Statbomb. Las métricas se expresan por 90 minutos de juego en las dos últimas ediciones de Champions (2019-20 y 2020-21). La selección de jugadores que se muestran sigue dos criterios: son todos los jugadores de campo con buenas cifras en progresiones (más de 6,4 por partido) y asistencias de gol esperado (más de 0,09 por partido).
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