Verstappen afila los colmillos
El holandés de Red Bull se erige como el dominador de la pretemporada y opta a desafiar a Mercedes en el arranque del Mundial
Ante los ensayos de pretemporada en el Mundial de Fórmula 1, uno siempre estaba obligado a tratar de coger algo de distancia ante cualquier conclusión a primera vista, porque la persecución del máximo rendimiento de los monoplazas era casi tan importante como intentar ese verdadero potencial. Sin embargo, la concentración de los entrenamientos de este invierno a solo tres jornadas como consecuencia del impacto de la covid convierte las pruebas que este domingo terminaron en Bahréin en las más fiables de las últimas décadas. Y lo mejor de todo, sobre todo para aquel aficionado que está un poco harto del feroz dominio de Mercedes —siete dobletes en los últimos siete años—, es que existen indicios para pensar que hay partido, al menos para las primeras paradas del calendario que echa a rodar en dos semanas (28 de marzo), en ese mismo circuito de Sakhir. Si hay que guiarse por los datos de los últimos tres días, parece evidente que Max Verstappen afrontará ese primer gran premio del curso con opciones de prolongar la inercia que le llevó a ganar la última prueba del pasado campeonato, en Abu Dabi.
Red Bull aprende de sus errores y el último año cometió uno gordo en el diseño de su RB16, que fue corrigiendo con el paso de las carreras. La inestabilidad del tren trasero del coche llevó a Verstappen a tener que adaptarse a ese escenario, circunstancia que impidió que el holandés pudiera sacar toda esa magia que esconden sus manos. Eso fue un lastre determinante para las aspiraciones de la escudería energética y de su principal apuesta, que cuando fue capaz de ganar su primera cita, la quinta (Silverstone), ya arrastraba una desventaja de 36 puntos respecto de Lewis Hamilton, líder indiscutible de la tabla tras haber encadenado tres triunfos consecutivos. La superioridad de la compañía de la estrella fue tan aplastante que hasta se permitió detener la evolución del W11 antes de llegar al ecuador del campeonato.
El panorama parece muy distinto esta vez, por más que la racha de éxitos del fabricante de Stuttgart llevan, casi por obligación, a otorgarle el papel de favorito, aunque solo sea por miedo a quedar en evidencia. Los tiempos de los ensayos en Bahréin revitalizan las opciones de Red Bull y Verstappen, a la vez que generan dudas acerca del nivel de competitividad con el que Mercedes llegará a ese primer evento. Y no solo porque Mad Max cerrara la pretemporada con el mejor registro de los test y se sacara más de un segundo a Hamilton, quinto. Sino por la solvencia con que la estructura de Milton Keynes (Gran Bretaña) se ha corregido. El nuevo RB16B se ha afinado y afilado, entre otras cosas, con una nueva suspensión trasera al estilo de la que incorporan los prototipos de Hamilton y Valtteri Bottas, más efectiva en todos los aspectos. Esos meneos que sufrió Verstappen en el arranque de 2020 son los que estos días han provocado varios trompos de las Flechas de Plata, mucho menos contundentes de lo habitual, con más percances –una avería en la caja de cambios dejó el coche sin rodar la mitad del viernes– y salidas de pista de lo previsto, seguramente como consecuencia de las nuevas restricciones aerodinámicas obligatorias.
“Hemos mejorado un poco en el equilibrio con el tanque de gasolina cargado, pero los datos que hemos recogido nos dicen que, en ritmo de carrera, no somos tan rápidos como Red Bull”, comentó al terminar las pruebas Andrew Shovlin, el jefe de operaciones de pista de Mercedes. “Hemos tenido problemas con el ritmo en otras ocasiones (en pretemporada), pero fuimos capaces de enderezar la situación antes del primer gran premio, pero seguramente esta vez tengamos mucho trabajo en los próximos diez días”, añade el ingeniero. “Red Bull va muy rápido. Han hecho una gran pretemporada. Tanto Max como su compañero [Checo Pérez] se ven muy fuertes. Este año creo que serán un animal distinto”, coincidió Hamilton.
Del resto de equipos cabe destacar el buen papel hecho por Alpha Tauri, la seriedad de Ferrari y Carlos Sainz (fue el tercero más veloz, a seis décimas de Verstappen), el tremendo trabajo que tiene por delante Alpine, que deberá ponerse las pilas si no quiere que Fernando Alonso (noveno, a 1,3 segundos del primero) saque su versión más guerrera.
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