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Víctor Font: “Soy honesto, no ingenuo”

El candidato a la presidencia presume de un equipo con figuras como el periodista Antoni Bassas, el entrenador tenístico Toni Nadal y el doctor Ramon Cugat

Victor Font, candidato a la presidencia del Barcelona en su sede electoral.
Victor Font, candidato a la presidencia del Barcelona en su sede electoral.Gianluca Battista

Víctor Font (Granollers, 48 años) es un empresario del sector de las telecomunicaciones, contenidos y tecnologías, cofundador también del diario ARA, que aspira a presidir el FC Barcelona. Apelar a la racionalidad en un escenario tan emotivo como el del fútbol, y más cuando se trata de un club tan pasional como el Barça en el actual marco de Cataluña, parece una temeridad y, sin embargo, asume el riesgo de presentar su candidatura con tanta firmeza que solo le faltaría decir: “No entiendo cómo no me votan”. No es pedantería, sino seguridad y convencimiento en que su proyecto es la mejor solución para el Barça. Más empresario que político, más metódico que carismático, su equipo presume de figuras como el periodista Antoni Bassas, el entrenador tenístico Toni Nadal y el doctor Ramon Cugat.

Pregunta. Tanto usted como Bassas y Albert Roura, el responsable de su campaña electoral, figuran a la cabeza de la lista de personas que supuestamente buscó difamar el expresidente Josep Maria Bartomeu.

Respuesta. Hace tiempo que trabajamos en un proyecto de futuro sin tener nada que ver con el pasado, sin formar parte por tanto de la guerra cainita que existe desde siempre, y de ahí que me sorprenda mucho.

P. Avalaría que, antes de la presentación de Laporta, usted estaba considerado como la alternativa a la candidatura continuista que aún no tenía líder.

R. Sí, pero no solo eso. El hecho de haber construido un proyecto con tiempo y con gente con tanta credibilidad también causaba sorpresa en el entorno del Barça. Nos veían como un rival que podía tener según qué intereses detrás y nos comenzaron a estigmatizar.

P. ¿Ideológicamente, tanto política como deportivamente, usted está más cerca de Laporta que de Toni Freixa?

R. Nuestro proyecto es transversal, hay todo tipo de ideologías. Solo coincidimos con Laporta en la fidelidad a un estilo de juego; no en cuanto al modelo. Hay uno que pertenece al pasado, por presidencialista y de macho alfa, mientras que el nuestro es totalmente diferente. Y, ante el contexto complicado como el que atraviesa el club, el Barçagate refuerza esa idea.

P. ¿Por qué?

R. Si no pasamos página y se construye un nuevo modelo de gestión de club, estas situaciones se pueden repetir. El Bartogate es excepcional, pero los problemas derivados de la falta de moralidad y de judicialización del club se repiten desde la época de Núñez y también existieron con Laporta. La falta de transparencia se genera cuando el que gobierna el club actúa como si fuera el propietario: los mecanismos de control no son entonces efectivos porque en las comisiones estatutarias están los amigos y porque las asambleas de socios compromisarios están gestionadas por el mando.

P. ¿No cree que su modelo exige una pedagogía difícil de visualizar y aplicar en unas elecciones?

R. El culé está hasta las narices por las situaciones que afectan la reputación del club. Y el socio, que lógicamente prioriza la pelota, llega un momento en que se cansa. Algo similar a lo que pasó en las elecciones de 2003 [ganadas por Laporta]. No era exactamente igual, pero el club sufría también muchísimo. Explicar el cómo es más técnico, pero todo el mundo entiende que conviene pasar página. La opción de Laporta parece un acto de fe y, como tal, da la sensación de que no se puede rebatir, ni repasando el pasado. Intento combatir las apariencias, no dar por sentado lo que no es firme, y los datos aseguran que hay 35.000 socios indecisos.

P. ¿Y cómo les convence?

R. Con perseverancia y tiempo. Si la gente no te conoce y los altavoces mediáticos se centran en un período corto, es bueno tener días para explicarte, sobre todo cuando otros candidatos que no han hecho los deberes intentan desprestigiarte y tumbarte.

P. ¿Ha sido un ingenuo al presentar en su organigrama a activos del club como Xavi o Jordi Cruyff cuando sabe que podrían regresar al club con cualquiera de los que pueden ser presidente?

R. Soy honesto, no ingenuo. He explicado nuestra apuesta sin hacer encaje de bolillos, sino delimitando responsabilidades. Lo que no es bueno para los intereses del Barcelona es decir que no son exclusivos míos e intentar desprestigiarme. Apostamos por Xavi como líder del proyecto para los próximos 10 años y los rivales intentan desmentirnos con el argumento de que es un activo del club, cuando ninguno de los dos cuenta con Xavi. Freixa dice que lo quiere para el Barcelona B y Laporta señala que no tiene experiencia. Entonces no me vale que digan que nos aprovechamos de Xavi. Intentan engañar y confundir. Yo digo: ¿Quién nos ha desmentido?

P. Jordi Cruyff marcó distancias respecto a su proyecto cuando se vio como director deportivo.

R. No dijo que era mentira. Pero se ha filtrado a la prensa que ahora sería secretario técnico del Barça si gana Laporta. El juego es sencillo: estás conmigo o en mi contra, ponen a la gente entre la espada y la pared, y si no dan el paso entonces no cuentan con ellos. Xavi no lo ha dado y por eso no cuentan con él. ¿Eso es cuidar a los activos del club?

P. ¿Qué responde a quienes dicen que usted sería mejor presidente que candidato?

R. Muchos no me conocen. Algunos entienden que me falta carisma y que soy cuadriculado. Si me ven raro es porque hago las cosas diferentes. Pero la gente se sorprende cuando interactúo con ella. Hay personas que me han dicho: “He votado por correo y no te he votado. Una lástima porque ahora que te conozco te votaría”.

P. ¿Le cuesta convencer al mundo mediático?

R. Creo que algunos han asumido el papel de favorito inicial de Laporta y han ido tras él.

P. ¿Es posible hablar de las elecciones del Barça sin hablar de Laporta?

R. Desde un punto de vista periodístico se busca esa confrontación. Nosotros, en cambio, pensamos en construir y sumar la mayor cantidad de talento posible para afrontar la tormenta perfecta que nos viene encima. Yo le he dicho a Laporta que su experiencia es muy útil para afrontar el reto del futuro, pero no con su estilo de liderazgo y de presidencialismo. Eso no es lo que el Barça necesita.

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P. Un modelo no presidencialista parece ajeno al mundo del fútbol.

R. En un club hay muchas actividades dispares y se necesita talento diferente para tomar distintas decisiones. El mundo del fútbol no tiene nada que ver con el del baloncesto: si cuentas con la misma persona para tomar decisiones en los dos ámbitos estás equivocado. En el apartado empresarial del club, también. Si queremos proteger el modelo de propiedad y seguir ganando Copas, Ligas y Champions contra los clubes que son más ricos, tenemos que tener la capacidad para generar más ingresos que gastos. El modelo del Superman que lo hace todo ya no existe. El mundo de hoy no tiene nada que ver con el que había en 2003.

P. ¿A Messi cómo lo convence?

R. Messi toma sus decisiones en función de quién le merece más credibilidad y en base a un proyecto deportivo ganador. ¿Y en este contexto quién tiene más credibilidad, Xavi o un expresidente? Tengo claro cuál de las dos cartas lo convence más.

P. ¿Su carta para que Messi se quede es Xavi?

R. La carta para convencer a Messi es un proyecto deportivo ganador. Guardiola siempre ha dicho que el reto de un entrenador es convencer al jugador.

P. Habrá que arreglar antes la situación económica del club.

R. Seguro que no se arregla diciendo que de la misma forma como se arregló en el pasado. No nos podemos endeudar más. Hay que mejorar las líneas de ingresos y adaptarlas a la actualidad. Se necesita un plan y una experiencia en gestión empresarial para aplicar un modelo diferente al que está acostumbrado el mundo del fútbol. Apostamos por el futuro y eso significa cambiar hábitos, inercias, formas de gobernar y maneras de hacer que ya no tienen sentido si no se afrontan de forma colegiada y profesional.

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