El Atlético no da la talla
El ciclotímico equipo de Simeone, después de un primer tiempo en el que no disparó a portería, rescata un punto de Cornellà ante un combativo Espanyol que sigue colista
Cuando parece que deja en el olvido los fantasmas de una temporada ciclotímica, lejos de reconocerse en su espejo, con individualidades que no terminan de marcar la diferencia, el Atlético volvió a tropezar. Salvó un punto, en cualquier caso, en el campo de un necesitado Espanyol, cada jornada más atrapado en la zona de descenso. El Atlético amaneció apagado, se despertó y volvió a la nana. Solo se sacó las legañas durante un tramo del segundo tiempo. Un zambombazo de Saúl selló las tablas en Cornellà, después del gol en propia puerta de Savic, presionado por la única amenaza del Espanyol: Raúl de Tomás.
El Atlético había consolidado la alegría de la victoria ante el Liverpool frente al Villarreal. No había mejor inflador para los rojiblancos que la Orejona y el cuadro de Jurgen Klopp, líder de la Premier, último campeón de la Champions. Resucitó el viejo Atlético en el Metropolitano ante el Liverpool, consolidó el buen sabor de boca ante un hueso duro como el Villarreal, pero se desvaneció en Cornellà. No es ninguna novedad. En los últimos 11 partidos del Atlético a domicilio, solo consiguió una victoria, ante el Betis, en el último encuentro antes del parón de Navidad. Entre medias, fue eliminado de la Copa del Rey, en León, por la Cultural, un equipo de Segunda B.
Sufre el Atlético cada jornada en la que anda lejos del Wanda. En el RCDE Stadium no fue la excepción. Los rojiblancos no arrancaron cómodos con el balón en sus botas, ni gobernaron los espacios, leitmotiv histórico de los jugadores de Simeone. Ni siquiera el regreso de Carrasco —disfrutó de su primera titularidad tras regresar al club rojiblanco en el último mercado de invierno— le devolvió al Atlético vértigo por las bandas. El belga fue una bicoca para el Espanyol, atacando la banda custodiada por Wu Lei y Javi López, que no se caracteriza por ser una roca en defensa. El Atlético asustó en la primera jugada y se desvaneció. Lo aprovechó el Espanyol, que no tiene muchos más argumentos que Raúl de Tomás, de nuevo en el once después de dos jornadas en la enfermería. El equipo de Abelardo le perdió el respeto al Atlético, le regaló el balón y armó una muralla, difícil de superar, lejos de la portería de Diego López. Y cuando recuperaba el cuero, tenía un solo objetivo en la mirilla, Raúl de Tomás.
La enorme autoestima de RDT contagia a sus compañeros e intimida a rivales. Le pasó a Savic, que, con el delantero madrileño al acecho, se precipitó para despejar el balón que se terminó colando en la portería de Oblak. La genial recuperación del guardameta esloveno no evitó el 1-0. En cambio, Oblak se lució al manotear un potente disparo de Víctor Sánchez que el larguero terminó por rechazar. El infortunio del Espanyol contrastó con el acierto del Atlético. En una acción prácticamente calcada, el misil de Saúl desde el balcón hundió la red de Diego López. Amanecía el segundo tiempo, y en ese primer remate del Atlético, el marcador quedó en tablas.
Un equipo espeso
Apareció otro Atlético. No fue ninguna sorpresa para los blanquiazules. Con poco hacen mucho los rojiblancos, sobre todo si les regalan una segunda jugada. El despiste de la zaga blanquiazul tras un saque de esquina había dejado solo a Saúl. Mal negocio frente a una zurda exquisita como la del 8 rojiblanco. El gol de Saúl cambió la actitud del Atlético. Hasta entonces, los rojiblancos se habían despistado en los duelos individuales y se habían ausentado del área de Diego López. Lo que Simeone recuperó en el vestuario, lo perdió con los cambios. Ni João Félix, ni Vitolo, ni mucho menos Diego Costa consiguieron reactivar a su equipo. Reapareció el Atlético más espeso, perezoso a domicilio. Volvió a crecer el Espanyol, pero no le alcanzó. Oblak atenazó el último testarazo de Bernardo. El cuadro blanquiazul sigue hundido en el último puesto de la tabla, a cinco puntos del Celta que marca la línea de la salvación. El Atlético, lejos del Barcelona y el Real Madrid, alcanza la cuarta posición, la última que da acceso a la próxima Liga de Campeones.
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