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Morales revienta al Madrid

Un golazo del capitán del Levante manda a la lona a un Real sin pegada que pierde el liderato justo ante una semana alpina con el City y el Barça a la vista

José Sámano
Morales celebra su gol ante el Madrid.
Morales celebra su gol ante el Madrid.Getty

“La pegué con el alma porque no me quedaba gasolina”. Fue más que un golazo. Fue un do de pecho colosal de Morales cuando ya tenía el corazón en los huesos. Llevaba casi 80 minutos de resistencia el Levante cuando su comandante y capitán se aventuró por la izquierda, habilitado por Varane. En posición legal pisó el área seguido por Modric. De repente, la pelota, en bote, salió en estampida hacia la red visitante. Courtois se quedó turbado, demasiado contemplativo mientras el misil se glorificaba por la escuadra más cercana del guardameta belga.

Pese al titubeo de Courtois fue un golazo de lo más sonoro. El indiscutible testamento de un partido bien jugado por el Madrid salvo en el último tramo. Hasta entonces le sobró fogueo. Desde la lesión de Hazard —un golpe en el tobillo derecho— le faltó el gobierno que había tenido. Se tambaleó el Madrid, Morales le mandó a la lona y ya no supo cómo reaccionar.

Sin remedio, el Madrid se fue de Valencia con un azote inesperado que le deja angustiado ante la alpina semana que se le avecina, con citas con el Manchester City y el Barcelona, el líder que el próximo domingo saldrá en Chamartín con dos puntos de ventaja. Dos jornadas de aúpa justo tras los tropiezos ligueros con el Celta y el Levante y el patinazo copero con la Real Sociedad.

Salvo Fede Valverde, en Orriols nada se guardó Zidane. LaLiga nunca fue un simple apeadero para el técnico francés, entusiasta seguidor del torneo doméstico. Fervor que parece haber contagiado a sus jugadores. En Valencia, ante un Levante bizarro como siempre, el Madrid le puso tesón desde Sergio Ramos a Hazard.

Hasta el bajonazo final, el capitán madridista y Varane secaron a Roger y Borja Mayoral, los puñales de Paco López. Un problema despejado. El Levante funciona mejor cuando ataca que cuando defiende. Aplacados sus arietes, todos encontraron a Hazard, amenaza constante para los granota. A la llamada del belga por el costado izquierdo acudían Kroos y Marcelo, y también era puntual Benzema. A Hazard, vivificante pese a su reciente reaparición, no siempre le convienen tantos socios. Entonces, los espacios se reducen en su sector y el hombre se ve obligado a esquivar camaradas y rivales. Con todo, fue el exfutbolista del Chelsea el jugador troncal de la vanguardia visitante.

Al hilo de Hazard, antes del cuarto de hora Aitor ya había acentuado la estadística que le distingue: no hay portero con más tajo en el campeonato. Los rivales suelen acribillar al meta granota, consecuencia de ser el primer atalayero de un conjunto más cosido por delante que por detrás, donde esta jornada tuvo que echar el lazo al debutante Bruno.

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Lo mismo da el adversario. Rara vez tirita el Levante. No lo hizo tampoco contra el Madrid, pese a sufrir varias fases de acoso. Sin Rochina, solo Campaña era un refugio para los de Paco López, necesitados de alguna dosis de balón para sacudirse al Real. Al no ganar sus asaltos Roger y Borja Mayoral, el Levante no tenía otro desahogo que Campaña o el macedonio Bardhi, futbolistas zalameros con la pelota. En Orriols, hasta la angustia final, no compareció el Madrid pedestre y abusón con el juego aéreo de la jornada anterior frente al Celta. Por Valencia pasó un Real mucho mejor articulado, con mayor repertorio. Lo que debiera ser habitual si la pelota transita por los pies de Kroos, Marcelo, Isco, Modric, Hazard, Benzema...

Un cante de Aitor en un sencillo despeje de puños estuvo a punto de cazarlo Casemiro. Más fino estuvo el portero local en dos duelos esgrimistas con Benzema y Hazard, a los que le faltó lo mismo que al Madrid: colmillo. En periodo de sequía Benzema, el Real Madrid precisa de un consorcio para dar con el gol. No lo encontró en Orriols, donde tuvo fútbol, pero no mazo pese a sus oleadas sobre la meta granota. Ni siquiera ante un rival obligado a resistir en su rancho, faceta para la que no está armado. Solo llegado el segundo acto, con el Madrid ya más desatado, Morales —suplente en los últimos tiempos— y sus soldados comenzaron a gotear una contra tras otra.

Por entonces se lesionó Hazard, que se fue con una cojera inquietante para los blancos. Casualidad o no, ido el belga se desplomó el Madrid y se vino arriba el Levante, ya más suelto para los contragolpes. Roger tuvo a Bardhi en la sala de espera del gol, pero le pudo el goleador carpanta que llevan dentro los arietes. El Levante ya no solo apretaba la mandíbula delante de su portero Aitor. El equipo ya tenía horizontes con un Real Madrid más aflojado con el paso de los minutos.

Tan arriba se fueron los azulgrana que Morales clavó el golazo de su vida y reventó a un Real que ya no despegó con Vinicius, Lucas y Valverde, recursos finales de Zidane. En alerta roja, de nuevo emergió ese Madrid rutinario sin otra vocación que una catarata de centros al cielo sin miramiento alguno. Y sin enmienda, el Real Madrid se fue de Valencia azorado. Por lo sucedido en los últimos retos ligueros y coperos y por lo que le espera justo en el momento más vacilante.

Zidane, sobre la lesión de tobillo de Hazard: "No tiene buena pinta"

Todas las alarmas en el Real Madrid saltaron cuando en el minuto 65 Eden Hazard empezó a cojear ostensiblemente sobre el césped. Tras una pugna con Miramón, del Levante, que había pasado bastante desapercibida, el belga se retiró con mala cara al banquillo, justo antes de la semana que puede definir la temporada blanca, con el Manchester City y el Barcelona esperando. “Es un golpe en un tobillo”, informó tras el encuentro Emilio Butragueño, que no quiso especular sobre la presencia del siete blanco el miércoles en la ida de octavos de la Champions y en el clásico del domingo. Más pesimista se mostró Zidane: “Parece que es en el tobillo lesionado [el derecho]. No tiene buena pinta”.

Hazard reapareció el pasado domingo ante el Celta tras casi tres meses fuera por una fisura de tobillo. Su actuación notable disipó todas las dudas sobre su estado físico. También su hiperactividad auguraba que el belga estaba a punto en el momento decisivo. La primera temporada de Hazard en el Madrid se está llenando de problemas físicos. Una lesión muscular le hizo perderse el comienzo de curso. No jugó hasta el 14 de septiembre y dos meses después llegó su fisura de tobillo ante el PSG. En total, el belga se ha perdido 20 partidos oficiales sumando el que se ausentó por el nacimiento de su hijo en octubre.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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