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Egan Bernal: “Cuando uno gana el Tour se queda un poco pasmado”

Entrevista al único colombiano que ha ganado la 'grande boucle', quien se siente ya "como viejo" a los 23 años en un pelotón que vive una revolución generacional

Egan Bernal, en la Vuelta a Colombia.
Egan Bernal, en la Vuelta a Colombia.JUAN BARRETO (AFP)

El ciclismo mundial es Colombia y Egan Bernal (Zipaquirá, 23 años) es el único colombiano que ha ganado el Tour. De carácter más reservado que Nairo, no le preocupa tanto la popularidad como la tranquilidad, el equilibrio, para afrontar mentalmente el gran desafío de 2020, imponerse como líder del mejor equipo del mundo. “Se trata de hacer las cosas bien, llegar en buen estado de forma y tratar de ganar de nuevo”, dice en una entrevista concedida a dos medios.

Pregunta. Froome, Thomas, usted, Carapaz… ¿No da un poco de vértigo, tres ganadores de Tour, ahora llega un ganador de Giro, en el mismo equipo, el equipo de las figuras? No sería temerario pensar que dentro se desarrollará un Juego de Tronos...

Respuesta. No sé, es complicado. Hablando aquí sentados es muy fácil decir ‘no, no va a haber ningún problema, todo va a estar tranquilo, bla, bla, bla’, y tal vez en la carretera se compliquen las cosas. Pero en este momento para mí no tiene caso ponerme a pensar y a matar mucho la cabeza en eso.

P. ¿Pero va a ir al Tour como líder del equipo o va a haber discusión con Froome y Thomas?

R. Creo que es una muy buena pregunta, y ni siquiera yo mismo en estos momentos sé la respuesta. En eso, Dave [Brailsford, el mánager del Ineos] es muy, muy inteligente, y sabe organizar las cosas muy bien para que cada uno se sienta contento de cómo va a ir al Tour. Uno habla con él, que es quien decide, y le hace sentir, a mí me hace sentir, que va a tener todo el respaldo del equipo. Para mí, eso es en estos momentos lo que más me importa. Sentir que Dave me da la palabra a mí de que voy a tener el respaldo del equipo. Seguramente también se lo dirá a Thomas y se lo dirá a Froome, pero una vez que estemos en el Tour, con tal de que me lleven a mí en las etapas llanas, que nos lleven protegidos, una vez que llegue la montaña, con un corredor como Thomas, o como Froomey, y lo digo de verdad, es relativamente fácil encontrar una comunicación, y uno va tan a tope en un Tour, tan a tope, que no puede fingir cuándo va bien o cuándo va mal. Y si alguien está más fuerte que el otro, se va a ver, se va a ver, y el equipo va a tener que tomar una decisión [y chasquea los dedos] porque no van a dejar escapar el Tour. Yo, en este momento, veo que voy a tener dos compañeros de equipo muy buenos, que cada uno ha ganado el Tour, y se merecen todo el respeto del mundo, así como yo también me lo merezco, y es una motivación incluso para entrenar duro y para decir, yo me voy a ganar ese puesto en el equipo. Y si uno de ellos dos está más fuerte, va a ser difícil, pero voy a tener que aceptarlo y, tal vez, voy a tener que ayudarlos. Si están más fuertes. Y yo creo que de esa forma deberían estar pensando también ellos. Si alguien está más fuerte, qué se puede hacer, nada.

P. ¿Así fue también el año pasado?

R. El año pasado, en el Tourmalet, por ejemplo, Thomas me llevaba, no sé, el minuto y medio que me había sacado en la crono, y allí él se queda y yo estaba muy bien, y yo en esos momentos estaba delante, creo que intentando cerrarle un hueco, y cuando se queda, yo le pregunto, ‘¿qué hago? ¿Lo espero o sigo?’ Y él me dijo, ‘no, siga, siga, que yo voy muerto’.

P. Le pasó el testigo...

R. Y hubo otras etapas que yo sentía que estaba muy fuerte en la montaña, y que todo lo que quedaba era montaña, y siempre, para cualquier cosa, yo le decía, ‘Thomas, Thomas, ¿qué hago?’ Siempre tuve ese respeto hacia él y es el mismo respeto que yo creo que en este Tour nos tendremos los unos a los otros, Es difícil, obviamente, trabajar para uno de ellos, porque yo digo, soy el último ganador del Tour. En otro equipo sería líder, seguro, pero las cosas son así, y se respeta y tenemos un equipo trabajando todos por lo mismo. No vamos a arruinarlo por una pataleta.

P. ¿Pensó de verdad que podría doblar este año Giro y Tour?

R. Lo pensamos, sí, pero vimos enseguida que no era el mejor año. Uno, porque tengo 23 años, y nunca he hecho dos grandes, y, obviamente, si voy al Giro después de haber ganado el Tour, lo mínimo que va a esperar la gente es que lo haga muy bien, y hacerlo muy bien es ganarlo o hacer podio. Y después tendría que ir al Tour a defender el título. Y, ahorita, hay una semana menos entre ambas que en el 19, y una semana... Pucha, yo después del Tour estaba muerto. Preferimos estar tranquilos, con calma. Tengo muchos años por delante. El Giro es una carrera que me gusta demasiado. Estuve viviendo dos años allá, y está en mi cabeza hacerlo, pero entiendo al equipo. La mejor decisión es centrarme en el Tour. El Giro para el siguiente año.

P. Habla de 23 años, y dice que es muy joven, pero, Higuita, que es un año más joven, dice que va todo tan rápido que a veces se siento viejo en el pelotón. ¿Se siente usted igual?

R. Seguro, seguro. Yo, la verdad, es que la gente y los periodistas, todos hablan de los ciclistas nuevos, de los jóvenes, y yo siento que a mí no me meten ahí, en ese paquete de los jóvenes. A mí ya me descolgaron de ese paquete, entonces, por eso mismo, ya también yo me siento como muy mayor. No estoy viejo... ¿Qué pasa? Tengo 23 años... Pero, claro, viene Remco que tiene 20, Pogacar también es superjoven y cuántas etapas ha ganado, pucha, es impresionante... Son ejemplos, esos dos. Higuita, también, que igual ya se siente viejo pero que es más joven que yo, y a mí ya me excluyen de ese paquete... Ya, con 23 años, yo igual soy consciente de que soy joven, pero sí, la verdad, a veces me siento excluido.

P. ¿Ser campeón le ha generado nuevas responsabilidades?

R. Pufff... Hay muchas cosas que a veces uno se cansa, tal vez. Uno no deja de ser, o yo, por lo menos, siento que no dejo de ser la misma persona. Yo soy como tranquilo, me gusta que me dejen tranquilo. Yo no me meto con nadie pero no quiero que tampoco me molesten. Quiero estar como tranquilo, ¿no? Y, claramente, ahora, salir a la calle es casi imposible. Pero son responsabilidades que uno tiene que aceptarlas. Pero yo también soy humano, yo también soy humano. Mucha gente me ve como campeón del Tour, pero no dejo de ser un muchacho que tiene 23 años, que todo es nuevo para mí. Muchas veces cometeré errores. Pero es normal, es normal. Uno sigue siendo una persona pues, no sé, como ustedes.

P. ¿Es un deber de los deportistas ser un ejemplo para la sociedad?

R. No sé si un deber, pero uno siente una responsabilidad. Uno viene a esta carrera [el Tour Colombia] y la quiere hacer tranquilo, pero, pucha, hay mucha gente que viene acá a verme correr, entonces siento esa responsabilidad de ser campeón del Tour, y trato de hacerlo lo mejor posible. Eso es bueno para mí y también es bueno para ellos.

P. ¿Disfruta en la bici o solo es un trabajo?

R. No... Yo creo que disfruto bastante. Me gustaría seguir disfrutándolo, la verdad. Gané el Tour disfrutando de la bicicleta. Disfruto de la adrenalina, de estar en la carrera y mirar el viento, de dónde viene, qué equipo está tirando, qué no... Ese pensamiento que uno tiene que tener siempre en carrera para estar adelante. Por eso me gusta mucho la París-Niza, uno tiene que estar siempre muy metido en la carrera, y tiene que estar luchando y peleando, y esa adrenalina me gusta bastante, y es algo que no quiero perder por ser ahora el campeón del Tour.

P. Se ha preguntado alguna vez, con desilusión, ¿ah, pero ganar el Tour era esto? ¿Para esto me he dejado la vida en Francia?

R. No había pensado cómo iba a ser el ganar el Tour de Francia, fue algo muy inesperado para mí... Claro, iba pensando ‘quiero hacerlo bien, quiero ganar, quiero ganar’, pero cuando uno lo gana, queda un poco pasmado. ‘Sí, lo gané’. Y una vez que pasó eso, no sabía qué esperarme, así que todo ha sido algo nuevo... Casi que no puedo responder a esa pregunta porque era algo que no me lo esperaba.

P. Pero, al menos ¿los siete meses que han pasado desde que ganó el Tour han sido algo dulce?

R. Ah, sí, sí, seguro, seguro... La vida me ha cambiado bastante, ha sido algo muy bonito y se siente eso, que la gente ya me reconoce un poco por ser el campeón del Tour de Francia, y eso digamos que es algo chévere.

P. ¿La vida ha cambiado más para usted o para su familia?

R. Para todos. Ha sido un cambio muy grande para todos, también para mis amigos. Ha sido algo que ni ellos se lo esperaban. Mi mamá, claro, decía lo que dicen las mamás, ‘venga, Igan, vas a ganar el Tour’, y lo decía sin esperarlo, pero cuando llega es algo que impacta. La vida de mi familia ha cambiado bastante en el sentido positivo.

P. ¿Deja que otros le llamen Igan, aparte de su madre?

R. No... Ni me fijo en eso. Para mí suena mejor Egan, porque en español se lee Egan, solo que acá, no sé, se creen ingleses, y le dicen Igan. Pero me da igual.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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