El héroe funcionario
Pablo Infante fue el símbolo del Mirandés que llegó en 2012 a las semifinales, ronda que el club burgalés repite este jueves ante la Real
De ocho a tres en la oficina, el horario de invierno de los funcionarios públicos del Ayuntamiento de Burgos, fijado según su convenio. Así es el día a día de Pablo Infante (Burgos, 39 años), el héroe de la inolvidable hazaña copera del Mirandés en 2012, alejado del fútbol, al menos en su aspecto competitivo porque colabora con el canal Gol TV. Se levanta pronto, acude a su puesto de trabajo en el área de Movilidad y Transportes y, en estos días, se vuelve loco recibiendo llamadas y mensajes que le recuerdan lo que pasó hace ocho años, aunque no hace falta.
Lo tiene muy cercano en la memoria: “Fue muy bonito, como lo de ahora. El tiempo pasa rápido, pero aquello no se me olvidará nunca”, asegura. “Yo no fui el héroe. Héroes fueron todos los componentes de aquel equipo que llegó a semifinales. Estábamos en Segunda B y eliminamos a tres equipos de Primera, y a doble partido”. El Mirandés está de nuevo en semis de la Copa del Rey y juega este jueves frente a la Real Sociedad en el Reale Arena (21.00, DAZN/Cuatro) el choque de ida.
Pero entre todos los componentes de aquel equipo fue Infante el que saltó a la fama. Le marcó dos goles en dieciseisavos al Villarreal, que estaba en Champions. El Mirandés ganó 0-2 en El Madrigal después de empatar a uno en casa; otros dos al Racing y otros dos al Espanyol. Además, le dio la asistencia en el último instante a César Caneda para eliminar al equipo perico y entrar en semifinales. “Fueron unos días fantásticos en el primer equipo, el Mirandés, en el que me sentí profesional. Un club al que tengo en el corazón. Yo no soy de Miranda, pero me siento como si lo fuera”.
Infante se entrenaba por las tardes, pero por las mañanas acudía a la oficina de la Caja del Círculo en Quincoces de Yuso. Con una licenciatura en Administración y Dirección de Empresas, ejercía como director. “Quincoces es un pueblo maravilloso, como Frías, el otro en el que trabajé. Éramos una familia. Mantengo todavía la relación con muchos de mis antiguos clientes”, pero, “la banca ha cambiado mucho, le han dado otro sentido. Ya no existe la cercanía que había y me sentía incómodo. Intenté otra cosa”.
Tres años de excedencia
Así que después de agotar los tres años que pidió de excedencia para jugar su último año en el Mirandés y los dos de la Ponferradina, decidió apurar los que le quedaban legalmente en el banco para estudiar una oposición. “Estuve año y medio hincando los codos. La capacidad de retención ya no es la misma que en la Universidad, y había perdido la costumbre de estudiar siete horas al día, pero saqué una de las dos plazas”. Tenía por delante 47 temas para aprenderse de memoria y cuatro pruebas. Durante todo ese periodo siguió una rutina muy exigente. Sólo una hora para comer y echar la siesta. El domingo descansaba, preparaba la comida para toda la semana y dejaba a un lado los libros. Sacó el número uno entre 560 opositores.
Ya es funcionario, una vida muy diferente a la del futbolista, a la de su etapa rojilla: “Cuando yo llegué al Mirandés, estaba en Segunda B. Cinco años antes habían estado en Tercera e incluso estuvieron a punto de desaparecer, pero desde entonces, el club ha progresado. El último año que estuve ya era profesional”. Era y es un ejemplo de seriedad. “Entré en 2005 y salí en 2014, y a pesar de que pasamos momentos de crisis, en todos esos años no tuvieron ni un retraso en los pagos a jugadores. Es un club familiar en el que intentan hacer las cosas bien”.
El Mirandés de Infante cayó eliminado por el Athletic. En el otro bando estaba Andoni Iraola, que es ahora técnico del equipo burgalés. “Lo que hicimos nosotros y lo que están haciendo ahora se puede comparar, porque las dos clasificaciones para semifinales son dos hazañas. No puedo comparar a los entrenadores”, dice; “a Iraola le conozco como jugador y ya entonces era uno de los futbolistas más inteligentes que había en España. Pouso es un fenómeno. Mi relación con él iba más allá de la de un técnico con un jugador. Todavía mantenemos un contacto estrecho”.
Infante sabe que “es muy difícil eliminar a la Real, pero cuando llegas hasta aquí puede pasar de todo, sobre todo si en Anoeta se consigue un buen resultado”, asegura, “pero hay que ver que ellos tienen a gente como Isak o Portu que están enchufadísimos. El objetivo de la Real es llegar a la final, pero bueno. Ninguno de los cuatro semifinalistas eran los favoritos en sus eliminatorias. Puede haber una sorpresa”.
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