Los penaltis mortifican a España en las finales
La selección de Martín, que cae ante Hungría, repite la plata de Barcelona y Gwangju
El waterpolo español regresó de Budapest sin el doblete Europeo. Los malditos penaltis volvieron a condenar a la selección de David Martín en la final disputada contra Hungría. El equipo masculino no pudo igualar el oro alcanzado por el femenino ante Rusia. El último tiro de Álvaro Granados fue detenido por el portero suplente Soma Vogel. Un final igual de cruel que el del pasado Europeo de Barcelona —perdió en la rueda de los penaltis con Serbia— y una derrota también en el partido para el título en el Mundial de Gwanju contra Italia. La revancha aguarda dentro de seis meses en los Juegos de Tokio.
HUNGRÍA, 9 (14); ESPAÑA, 9 (13)
Hungría: Nagy, Vamos (1), Hosnyanszky, Erdelyi, Varga (2), Harai (1), Pohl —equipo inicial—, Angyal (1), Manherzcz (2), Zalanki (2), Jansik, Mezei y Vogel (ps).
España: López Pinedo, Munárriz (3), Granados (1), Larumbe (1), Tahull (1), Perrone (1), Bustos —equipo inicial—, Del Toro, Delgado, Fran Fernández, Mallarach (2), Sanahuja y Lorrio (ps).
Árbitros: Margeta (SLO) y Stavridis
Parciales: 1-3, 3-0, 2-2, 3-4. Penaltis: 5-4. 1-0: Varga. 1-1: Perrone. 2-1: Vamos. 2-2: Munárriz. 3-2: Manhercz. 3-3. M: Delgado. 4-3: Hosnyanszky. 4-4: Larumbe. 5-4: Zalanki. 5-4: Vogel para el tiro de Granados.
Duna Arena. Lleno: 5.000 personas
El director de cine Rubén Ríos no tenía opción a premio en la Gala de los Goya que se celebró el sábado en Málaga, a diferencia de la edición del año pasado, cuando acumuló ocho candidaturas. Pero el fin de semana no estuvo vacío de trofeos para él. Su documental Máis ca Vida fue el agitador de las selecciones españolas de waterpolo, una fuente de inspiración para lograr, a la postre, un título y un subcampeonato. A finales de diciembre, Rubén Ríos visitó el CAR de Sant Cugat. David Martín, el seleccionador masculino, había visto Máis ca Vida y pensó que la cinta podía ser un estímulo para los deportistas de cara a un Europeo que se preveía de alta exigencia física pero, también, mental.
El documental cuenta las dificultades con que topa un grupo de personas con discapacidad intelectual y se proyectó para insuflar una motivación extra a los waterpolistas. También Miki Oca sentó a sus chicas en la sala de vídeo. Trabajar “la tensión emocional” era el objetivo, cuentan en la Federación. Miguel de Toro destaca el “montón de valores” que rezuma la película y Felipe Perrone confiesa el impacto emocional que le causó: “Nunca había tenido la sensación de entrar tanto en los personajes”. No es raro que el staff de la selección explore estrategias para entonar a los deportistas. “Nosotros preparamos los partidos al cien por cien, David es un maniático en esto, por eso podemos competir contra estos colosos del waterpolo”, confiesa el portero Dani López Pinedo. Y los internacionales sabían de la dificultad que suponía enfrentar al anfitrión en el repleto Duna Arena: 5.000 espectadores.
La última posesión
Elpartido no tuvo tregua, fue eléctrico de principio a fin, cuando España dispuso de la posibilidad de ganar en la última jugada antes de llegar a los penaltis, después que el portero Nagy rechazara el disparo de Blai Mallarach. España dominó el primer periodo (1-3), Hungría recuperó su puntería y la defensa en el segundo (3-0). La igualdad se mantuvo en el tercero (2-2) y el empate se certificó en el cuarto (3-4). El guion deparaba un desenlace tan conocido como mortificador para la invicta España. Apareció el portero suplente húngaro y rechazó el quinto penalti de Álvaro Granados. El 55% de acierto de López Pinedo, con 11 paradas sobre 20 lanzamientos, no pudo tener continuidad en la rueda de la fortuna, que cayó de parte de Hungría, campeona por 13ª vez del Europeo.
El único título que se resiste a un gran equipo
Era la tercera vez que España disputaba una final del Europeo, torneo que se le resiste después de haber ganado un oro olímpico en Atlanta (1996) y los Mundiales de Perth (1998) y Fukuoka 2001). Por contra, perdió las finales continentales con Serbia en Barcelona, (2018), ante Yugoslavia (1991) y la de ayer en Budapest con un equipo formado prácticamente por jugadores del Atlètic Barceloneta: nueve de 13. Únicamente Adrià Delgado (CN Barcelona), Eduardo Lorrio (CN Sabadell) y Bernat Sanahuja (CN Terrassa) no pertenecen a la entidad marinera.
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