El Betis golea a la Real Sociedad y se une a la pelea europea
Gran partido del equipo de Rubi, que bate a un cuadro realista flojo en defensa
Resulta algo desconcertante este Betis de Rubi. Perdido en la mitad de la tabla, reaparece con enorme solvencia y autoridad para dibujar partidos de una gran talla, forjados con un estilo y un fútbol magníficos. Cualidades que sirvieron este domingo para doblegar de manera cualificada a un buen equipo como la Real Sociedad, que llegó al Villamarín con la posibilidad de acercarse a la cuarta plaza y se llevó un soberano revolcón. El Betis recuperó las esencias de la etapa de Setién, a las que añadió un puñal por la banda derecha llamado Emerson y un partidazo de Guardado. El mexicano fue un puntal tanto en defensa como en ataque, articulando el juego de un Betis que volvió a disfrutar.
El partidazo del equipo andaluz se asentó también en las conducciones de Canales y los detalles del incombustible Joaquín, que anotó su séptimo gol en la LaLiga. La Real Sociedad no pudo con el vendaval bético en la primera media hora, cuando fue ampliamente superada por su rival, para mejorar en la segunda parte. No obstante, la reacción fue tardía porque el partido había quedado definido. Aún así, el segundo tiempo dejó jugadas memorables. Por ejemplo, un disparo desde el centro del campo de Merino con Robles adelantado que dio en el larguero. También con un córner de Joaquín directo a gol que Remiro sacó de forma milagrosa. La jugada de Merino hubiera metido a la Real en el partido. Se salvó el Betis, que se defendió bien y todavía hizo el tercer gol en un contragolpe fantástico. El cambio de juego de Loren, la asistencia de Guardado y la finalización de Canales pusieron una excelente rúbrica al buen triunfo del Betis.
La victoria andaluza acerca bastante al cuadro verdiblanco a la pelea europea. Durante toda la semana, el choque había sido preparado como una final, ya que se considera a la Real como un rival directo. El tercer gol de Canales tiene su importancia, puesto que permite remontar el 3-1 cosechado por el Betis en Anoeta. En caso de empate final a puntos, los de Rubi estarían siempre por delante de la Real.
Todo le salió bien al Betis en un primer tiempo primoroso. Tocó como en los tiempos de Setién, pero además le metió una marcha más a su fútbol. Emerson abrió el campo una y otra vez, con Aleñá sabiendo distribuir en su estreno en LaLiga. La Real salió bien de la presión en los primeros compases, pero luego se vio desbordaba por el toque y la intensidad de los locales. Marcó Borja Iglesias a la salida de un saque de esquina y el gol tranquilizó mucho a un Betis que se gustó en el juego. No hubo noticias de futbolistas como Odegaard u Oyarzabal, perdidos ante el buen juego andaluz. Al filo del descanso, la presión insistente del Betis acogotó a Guevara, que perdió el balón. Este le llegó a Emerson, que la puso de cine a Joaquín. El veterano le pegó suave al balón, que entró de forma mansa en la meta de Remiro. Fue justo antes del descanso. El buen partido del Betis había dejado muy tocada a la Real.
El cuadro de Rubi salió en la segunda mitad con una enorme intensidad, consciente de que podía cerrar todavía más el choque teniendo en cuenta el paso adelante dado por la Real, que no tenía más remedio que arriesgar. En cinco minutos, el Betis tuvo ocasiones para golear en las botas de Joaquín, Álex Moreno y Canales. Llamaba la atención la falta de intensidad de la Real en defensa, fiada de manera completa en el juego de ataque, donde suele marcar las diferencias.
El balón al larguero de Merino pudo cambiar el encuentro, que ofreció a una mejor Real después de las ocasiones falladas por el Betis. El equipo andaluz se defendió más y los de Imanol solo tuvieron una opción por mediación de Portu. Con un poco de picaresca perdiendo tiempo y actuando con un oficio desconocido, el Betis cimentó su buen triunfo y todavía tuvo tiempo para colocar el 3-0. La Real apenas apretó en el tramo final, consciente de que había superado por un Betis superior, que dio su primer golpe en la mesa de la temporada frente a un rival directo. Europa no es una utopía para el conjunto verdiblanco.
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