Diego Costa pide al Atlético rescindir su contrato en enero

Diego Costa ha solicitado al Atlético de Madrid rescindir su contrato en enero por motivos familiares, según adelantó el diario As y confirmó este periódico. Ambas partes han quedado en reunirse este lunes para decidir si finiquitan la relación contractual que finalizaba el próximo 30 de junio.

La posible marcha de Diego Costa supone un contratiempo para Diego Pablo Simeone, que solo contaría con Luis Suárez (33 años) y el infrautilizado Ivan Saponjic como delanteros puros de área. Costa, que incluso en sus peores momentos de forma siempre ha tenido al técnico argentino como su gran valedor, reapareció el pasado 19 de diciembre tras recuperarse del trombo venoso en su pierna derecha que le dejó como secuela la covid-19.

De concretarse la salida, Costa cerrará su segunda etapa en el Atlético, al que regresó procedente del Chelsea en 2017, muy marcada por las lesiones y un rendimiento por debajo de lo esperado. Con todo, es un jugador carismático en el vestuario y al que Simeone ha alineado siempre apoyado en la competitividad que transmite al equipo por encima de sus goles o de su estado físico. Una operación en noviembre de 2018 para recolocarle un tornillo del quinto metatarsiano del pie derecho que le fue implantado en una intervención en 2006, se sumó a la cadena de lesiones musculares que arrastraba desde su regreso. En diciembre de 2019 también tuvo que ser intervenido de una hernia discal cervical que le mantuvo casi tres meses de baja.

El haber jugado con esas dolencias antes de ser operado mermó en numerosas ocasiones su rendimiento, pero también le sirvió para que Simeone valorara más su compromiso con él y con el equipo.

Decisivo con sus 27 goles en el título de Liga de la temporada 13-14, Costa no se ha acercado a esas cifras desde su retorno. Desde hace dos cursos el club ha tratado de traspasarlo, pero no encontró ofertas convincentes por el delantero hispanobrasileño. Este verano, tras la llegada de Luis Suárez, el de Lagarto ya le dijo al club que estaba a su disposición para marcharse, si le abonaba los 10 millones de euros netos que tiene como sueldo, o para quedarse y aceptar un rol más secundario ante la llegada del charrúa.