La explosión de Ferran
El delantero del Manchester City logra un ‘hat-trick’ en una noche histórica en la que Rodrigo y Koke fueron los arquitectos de la goleada de La Roja
Cuando Ferran Torres hizo el cuarto gol, el segundo de su cuenta, Neuer, abatido en el suelo, golpeó el palo con rabia y le lanzó varios improperios que probablemente hubieran podido ir dirigidos a cualquiera de sus defensas. El delantero del Manchester City, de 20 años, culminó una noche histórica con tres goles y fue un martirio para el central Koch. “Hemos salido con ilusión, con ganas y hemos ido desde el primer minuto a por ellos. Nos ha salido un partido redondo. Les hemos sacado del partido”, explicó el protagonista de la goleada de España. Luis Enrique le alineó en la banda derecha, su pierna natural. Antes de marcar ya le dio un gol a Morata que fue mal anulado por el asistente. Al poco hizo el segundo, aprovechando que el larguero hizo rebotar un cabezazo de Olmo. Como Pep Guardiola, el cuerpo técnico de la selección intenta que juegue a pierna cambiada para aprovechar su disparo. También ambos han probado con él de falso nueve. El gol se ha convertido en la gran tarea que se impuso el delantero valenciano hace tiempo. Anoche, sus tres tantos certificaron sus horas en solitario practicando remates. El último, tocado con el interior, raso y ajustado, fue muy fino. “Todo jugador sueña con meter un hat-trick y, además, contra Alemania. Estoy muy feliz”, explicó Ferran. “Ahora a disfrutar del resultado y a preparar la final four de la Liga de las Naciones. Estoy muy contento por cómo están saliendo las cosas. Estamos muy ilusionados con el equipo que tenemos”, remató.
Ferran forma parte del vuelco que intenta darle Luis Enrique a la selección y que también incluye la portería. Unai Simón, concentrado, trotó con la cabeza gacha hasta la portería. Unos metros por detrás, José Manuel Ochotorena, preparador de porteros, cargaba con el saco de balones, y dialogaba, a paso lento, con David de Gea y Kepa Arrizabalaga. El trío componía la imagen del tercer cambio de guardia en la era Luis Enrique. En los tres encuentros de esta ventana el elegido ha sido el meta del Athletic.
No solo fue en la portería don de se producía un relevo sensible. En el centro del campo, por la lesión de Busquets, Rodrigo Hernández estaba ante la oportunidad de reivindicarse y de dar un golpe en la mesa. Como Koke, que ha regresado a la selección subido en la ola del juego más ofensivo que ahora practica el Atlético. Ambos fueron los arquitectos del buen juego de la selección. Con Canales formaron el triángulo de centrocampistas. La lesión en el bíceps femoral de Canales, supuso la entrada de Fabián, que puso más piernas, llegada y último pase.
Rodrigo estuvo imperial en el quite y en el toque. No le importó que Goretzka le agobiara en las salidas del balón. Siempre estuvo bien perfilado y situado para recibir y distribuir. Su gol, de cabeza, redondeó su actuación. Solo lo que aún supone la figura de Busquets ha impedido el traspaso de poderes. Luis Enrique ha asegurado que se siente igual de tranquilo con uno y con otro. Y el propio Busquets le señaló recientemente como su relevo natural. En las horas previas, Rodrigo ha experimentado un crecimiento notable en la Premier League en aspectos del juego que se le criticaban en España. Acusado en el Atlético de jugar demasiado en horizontal y de no romper líneas, bajo la dirección de Guardiola ha incrementado sensiblemente sus pases en vertical y su acierto en ellos. Su umbral de esfuerzo también ha aumentado. Hace un mes, bajo la lluvia y en un campo pesado, sus registros físicos ante el Leeds deslumbraron al cuerpo técnico del City. La impresión que dejó Rodri fue que se exprimió como nunca, que había roto una barrera que le costaba romper. Siempre pendiente de lo que le dice su cuerpo para medir esfuerzos, ese día no le hizo caso. Siempre tuvo para una carrera más.
Por su parte, Koke jugó fácil. Siempre de cara y también bien colocado para darle continuidad al juego. Sin necesidad de girarse para jugar el balón, donde sufre, fue el apoyo ideal para Rodrigo y también para Fabián. Su partido confirma un nivel que no se le recordaba desde aquel 2014 en el que fue decisivo para que el Atlético de Madrid conquistara la Liga y rozara la Copa de Europa. Su fútbol, que nunca dejó de tener esfuerzo, ha recuperado frescura.
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