Sergio García, baja en el Masters de Augusta tras dar positivo por coronavirus
El castellonense, campeón de la chaqueta verde en 2017, se pierde su primer grande en 21 años
Sergio García no participará en el Masters de Augusta, que comienza este jueves tras ser aplazado en abril debido a la pandemia, después de dar positivo por coronavirus. “El sábado por la noche al volver del Houston [torneo que disputó la semana pasada y en el que no pasó el corte], empecé a notar picor de garganta y un poco de tos. Estos síntomas continuaron el domingo, por lo que decidí hacerme la prueba del COVID-19, al igual que mi mujer Ángela. Afortunadamente ella dio negativo pero yo no”, ha expresado el golfista castellonense, de 40 años, a través de Twitter, al mismo tiempo que el Masters de Augusta anunciaba oficialmente la baja del campeón de la chaqueta verde de 2017.
El sábado por la noche al volver del Houston, empecé a notar picor de garganta y un poco de tos. Estos síntomas continuaron conmigo el domingo, por lo que decidí hacerme la prueba del COVID-19, al igual que mi mujer Ángela. Afortunadamente ella dio negativo pero yo no.
— Sergio Garcia (@TheSergioGarcia) November 9, 2020
“Después de 21 años sin perderme ningún major, desafortunadamente me perderé The Masters esta semana. Lo importante es que mi familia y yo nos encontramos bien [es padre de una niña, Azalea, y un niño, Enzo]. Volveremos más fuertes que antes y el próximo abril intentaremos conseguir la segunda chaqueta verde”, ha añadido Sergio García. El español, en efecto, no ha fallado a ningún torneo grande desde el primero que disputó como profesional, el Open Británico de 1999. Desde entonces han sido 84 grandes jugados de manera consecutiva, una regularidad sin comparación en todo el circuito estadounidense y europeo (el siguiente en la lista es el australiano Adam Scott con 76). En su colección, 23 clasificaciones entre los 10 primeros y su primer y único grande conquistado, precisamente en Augusta, en 2017. Desde entonces, El Niño había atravesado por más sombras que luces (no pasó el corte en seis grandes seguidos entre ese curso y 2019) y no había cantado bingo en Estados Unidos hasta que el pasado octubre ganó el Sanderson Farms Championship justo cuando había salido del grupo de los 50 primeros del mundo por primera vez en nueve años. El triunfo tuvo más repercusión al difundirse unas imágenes en las que se veía a García patear con los ojos cerrados, una práctica que el castellonense aseguró que usa desde hace bastante tiempo, incluido su victorioso Masters. El español, emocionado, dedicó entonces la victoria a dos tíos fallecidos, Paco y Ángel, a causa del coronavirus. Y lamentó también que sus padres no hubieran podido conocer en persona a su hijo Enzo, nacido en abril.
El Houston Open que jugó García la semana pasada como preparación para Augusta fue el primer torneo que se disputó con público en el circuito americano, 2.000 personas por día, desde que se desató la pandemia en marzo. En él volvió a jugar Dustin Johnson, el número uno mundial, que también dio positivo y que ha estado unas semanas sin poder competir hasta recuperarse. Johnson es uno de los favoritos en el Masters que comienza este jueves. La organización del Augusta National, sin embargo, ya decidió que el campeonato se disputaría sin la presencia de aficionados. Los golfistas, además, solo pueden ir con un caddie y un acompañante, y para contar con la ayuda de un entrenador o un fisioterapeuta, por ejemplo, han de pedir un permiso especial. La baja de García se une por el mismo motivo a la del chileno Joaquín Niemann, deja en 92 el número de participantes, y a Jon Rahm, Olazabal y Rafa Cabrera como los tres representantes españoles en Augusta.
Como sucedió con otros deportes, la pandemia puso patas arriba el calendario del golf. El Open Británico se canceló, haciendo uso la organización de un seguro similar al de Wimbledon (ambos torneos lo firmaron con la misma compañía), así como la Copa Ryder, mientras que el US Open, el Campeonato de la PGA y el Masters de Augusta saltaron de mes. Noviembre ha sido la fecha elegida por Augusta para abrir sus puertas a los golfistas, que no a los aficionados, una circunstancia que dejará unas imágenes inéditas por la ausencia de gradas, el hormigueo de miles de aficionados y los famosos roars (rugidos) de los espectadores cuando hay un gran golpe. Tiger Woods defenderá la chaqueta verde en medio de la nada.
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