El Valladolid resucita al Huesca con un empate escaso para ambos
Roberto salva un punto para el conjunto pucelano, que se llegó a poner con ventaja de dos goles, con varias paradas formidables
Hay partidos marcados en el calendario desde julio. Donde no se deben tolerar los regalos. Un Huesca-Valladolid, salvo temporadas excepcionales, es uno de esos exámenes cuyo resultado ambos equipos mirarán, con alegría o tristeza, cuando lleguen las notas de fin de curso. Ambos salieron este domingo al Alcoraz bajo una clara consigna. Los locales, a proponer juego y a llevar la iniciativa. Los visitantes, que arribaron a Aragón como colistas, en busca de la eficacia que les ha dado dos permanencias en dos años y que esta campaña no aparece. Los oscenses comenzaron con ganas, rondando el área rival pero sin el acierto que permite respirar en julio. Los de Sergio, sobre el que se han cernido dudas estas semanas sin victorias blanquivioleta, aguantaron ese ánimo inicial y se adelantaron sin grandes méritos para ello. Una jugada de estrategia en la que Bruno cabeceó a gol un buen envío al segundo palo tras un córner pucelano congeló los buenos minutos del Huesca. Roberto repelió sendos cabezazos de Rafa Mir, uno de ellos con un paradón que despejó también las incógnitas sembradas en la previa sobre si Masip recuperaría su puesto tras superar el coronavirus.
Pudo respirar el Pucela con un penalti que convirtió Waldo tras un culebreo en el área del siempre revoltoso Toni, pero poco duró el júbilo. Bruno se comió un pase inocente nada más sacar el Huesca y Rafa Mir se resarció para resucitar al cuadro aragonés.
Roberto, colosal, salvó el empate a disparo del profundísimo Maffeo, evitó otro tanto de Siovas pero no pudo con el rechace, que embocó Sandro, que llevaba en el campo 19 segundos contra sus excompañeros. Cambio de tornas y cambio de dinámicas. Carrusel de cambios de ambos técnicos, con el Huesca haciendo buen fútbol sin premio del gol: el poste escupió un remate del coloso griego Siovas.
El arrebato ofensivo del conjunto de Michel no logró desnivelar las tablas, tampoco un pase de la muerte de Plano que se quedó en mera amenaza porque ninguno de los delanteros acertó a empujar el balón. Roberto aguó otro remate a quemarropa para frustrar a Rafa Mir, que soñará con el arquero madrileño. El fútbol hizo justicia cuando un disparo desviado por unos centímetros, a cargo de Marcos André, impidió que el Valladolid inaugurara su casillero de victorias. Aragoneses y castellanoleoneses siguen al fondo de la tabla, aunque con sensaciones opuestas.
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