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Para Nadal no hay paréntesis

Tras 200 días sin competir, el mallorquín reaparece en la arena de Roma con una tunda a Carreño (doble 6-1, en 1h 14m) y se medirá el viernes al serbio Lajovic. Djokovic vence a Caruso por 6-3 y 6-2

Nadal intenta devolver la pelota durante el partido contra Carreño en Roma.
Nadal intenta devolver la pelota durante el partido contra Carreño en Roma.CLIVE BRUNSKILL (Reuters)
Alejandro Ciriza

¿Paréntesis? ¿Alguien dijo paréntesis?

En aproximadamente 20 minutos, Rafael Nadal (doble 6-1 a Pablo Carreño) ya ha cogido calor y esos automatismos que reclamaba en la antesala del torneo de Roma salen disparados de su raqueta. Vuelve el balear a deslizarse y a esquiar, a disfrutar porque habían sido 200 días sin pisar oficialmente una cancha pero para él, amante de la competición y la adrenalina y sobre todo de su querida tierra, han sido algo así como media vida. Reapareció el de Manacor como el niño al que le han devuelto su juguete, hambriento y con ganas de comerse la pista, y su adaptación tardó lo que le costó calibrar y cogerle las dimensiones a la pista: dos, tres, cuatro juegos. No más.

Salió Carreño con alegría, con ganas de estirar esa dinámica tan buena que traía desde el otro lado del Atlántico, pero a la que Nadal rompió a sudar el asturiano fue apagándose y bajando los brazos. No había nada que hacer. Es decir, la vida sigue más o menos igual. La incógnita sobre cómo reaccionaría el mallorquín después 200 días exactos sin librar ninguna batalla se esfumó en cuanto su bola pesada comenzó a ganar efectos. De nuevo, como si no hubiera pasado el tiempo y no hubiera existido pausa alguna, Nadal volvió a recrearse en su superficie favorita. Concedió una opción de break en su primer turno de servicio, pero a partir de ahí, velocidad de crucero.

El segundo lo firmó en blanco y a la que ajustó la mirilla y adquirió temperatura empezó a desenfundar todo su repertorio: sensacional esa dejada de revés cortado, o ese otro cruzado y profundo que le permitió hacerse con su primera rotura del partido, para 3-1; o esos restos largos que botan sobre la línea y atropellan como un tren de alta velocidad al rival; o ese muñecazo para contragolpear a la línea o ese drive diabólico que empezó a sacar de quicio a Carreño, que venía a divertirse y plantar cara y se le hizo largo, larguísimo, el transcurso entre esos primeros cuatro juegos y el resto del choque.

Nadal sirve con la grada de Roma prácticamente vacía.
Nadal sirve con la grada de Roma prácticamente vacía.Alfredo Falcone/LaPresse (AP)

Fino de piernas y pies, con la arrancada intacta y el plan a punto, Nadal siguió al pie de la letra el recetario: restó a cuatro metros de la línea para bombear y ganar pista, devolvió la pelota con plomo y ganado el espacio meció de un lado a otro desde esa posición periférica: tic-tac, tic-tac. Tan simple, tan complejo. Y Carreño, como cualquier otro mortal, acabó desesperado y de los nervios, mirando el reloj y el túnel de salida para a ver si así acababa pronto el mal trago. La tralla de Cincinnati y Nueva York, amén del traslado a Europa, también terminaron pasándole factura al semifinalista en Flushing Meadows.

En la lúgubre soledad de la central romana vacía, el gijonés se llevó otros tres bocados en la segunda manga y solo 1h 14m bastó para confirmarlo: Nadal ha vuelto tal y como lo había dejado el 29 de febrero en Acapulco, cuando levantó su último trofeo. Como una moto. Hizo lo esencial, aquello que aparentemente es sencillo y no lo es: no pensar. Fluir. ¿Qué son 200 días para él?

El viernes, el número dos se medirá a serbio Dusan Lajovic, superior a Milos Raonic (7-6(3), 4-6 y 6-2). Mientras tanto, Novak Djokovic también intervino el miércoles, con un triunfo sólido contra el local Salvatore Caruso (6-3 y 6-2), y la jornada deparó la sorprendente derrota del griego Stefanos Tsitsipas contra Jannik Sinner, prometedor italiano de 19 años (6-1, 6-7 y 6-2). También la derrota de Aliona Bolsova contra Ana Blinkova por 4-6 6-1 7-6(4). Este jueves, Garbiñe Muguruza se impuso a Coco Gauff por 7-6(3), 3-6 y 6-3 y se enfrentará a Johanna Konta (6-0 y 6-4 a Irina-Camelia Begu), mientras que Pedro Martínez cayó (doble 6-4) ante Denis Shapovalov.

“No puedo pedir más de lo que he hecho”

Plenamente satisfecho, Nadal hizo una lectura muy positiva de su regreso. “Sinceramente, ha sido un partido fantástico”, expresó tras obtener la victoria. “Creo que no puedo pedir más de lo que he hecho. Quizá Pablo estaba un poco cansado, pero pensando en mí, creo que he estado muy sólido y serio, y he hecho muchas cosas bien”, transmitió.

“Seguro que tengo que volver a encontrar cosas que antes eran automáticas, pero tenía la ilusión de volver y ha sido una inyección de energía positiva. Estuve dos meses sin tocar la raqueta, luego trabajé sobre cemento y después en tierra. He tenido que regresar lentamente para tratar de evitar las lesiones, y he intentado hacer las cosas bien”, prolongó.

Respecto a la ausencia de público y el silencio predominante en la pista, señaló: “Estamos acostumbrados a jugar ante mucha gente, así que ha sido extraño. Estamos en unas circunstancias excepcionales, desgraciadamente, pero hay que dar las gracias al circuito porque han hecho un gran esfuerzo para que haya torneos. Eso sí, el deporte necesita a los aficionados”.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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