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Iker Casillas, una vida en tres paradas

Cañizares, Buyo, Ochotorena y Palop analizan desde el prisma del portero las tres grandes intervenciones que marcaron la brillante carrera del guardameta

Parada de Casillas en el Sevilla-Madrid de 2009.
Parada de Casillas en el Sevilla-Madrid de 2009.CHEMA DIAZ (DIARIO AS)

En sus 1.048 partidos oficiales con el Real Madrid (725), la selección española (167) y el Oporto (156), Iker Casillas colecciona unos cuantos millares de paradas y tres de ellas han marcado su carrera profesional. Seguro que realizó un buen puñado de intervenciones mejores estéticamente y que también tuvieran una influencia directa en el resultado, pero esa trilogía forma parte de su leyenda. Dos fueron con el Real Madrid y una con la selección. Glasgow 2002, Sevilla 2009 y Johannesburgo 2010 fueron sus años y sus escenarios.

El interesado incluye esas tres intervenciones entre su top-ten, pero su privilegiada memoria le permite tener grabadas en su retina otras cuantas que tiene siempre presentes a la hora del recuento. “Los dos penaltis de la tanda contra Italia de la Eurocopa 2008; una a Iniesta en la final de la Copa del Rey de 2011; el penalti a Cardozo en el Mundial; las de Old Trafford al principio del partido contra el Manchester United de los dos goles de Raúl y el taconazo de Redondo; un penalti que paré con la selección sub-16 en la final de un Europeo y otro en el Mundial sub-20…”, recuerda en el libro La humildad del campeón.

Además del análisis del propio Iker de cada una de esas tres jugadas, cuatro porteros cualificados, Santi Cañizares (compañeros en el Real Madrid por un día –viaje a Trondheim- y en la selección), Paco Buyo (último gran portero blanco antes de la llegada de Iker); José Manuel Ochotorena (entrenador de porteros de la selección desde 2003) y Andrés Palop (compañero en la Eurocopa 2008), desmenuzan para EL PAÍS desde el prisma del guardameta los secretos técnicos y emocionales de esas tres intervenciones ya míticas.

Hampden Park (Glasgow). 15-5-2002. Final de la Champions. Real Madrid-Bayer Leverkusen (2-1). Iker, que entra por el lesionado César en el minuto 67, tira de memoria. “Cuando entro, hago dos o tres seguidas. La que más se recuerda es la que hago con el pie derecho. Corría para tapar el segundo palo y el remate me pillaba a contrapié. Saqué instintivamente la pierna”.


Cañizares. “Las de Glasgow, más que paradas antológicas fueron paradas muy importantes. Era el final del partido y la final de la Champions. Lo que más valoro es que el portero viene del banquillo y sale al escenario sin la preparación idónea. Ni a nivel psicológico ni físico porque no ha hecho portería. Ahí juega a favor de Iker algo que me pasó en Sevilla contra Dinamarca cuando expulsan a Zubi en el último partido de clasificación para el Mundial de Estados Unidos. Salí pensando que tendría que hacer lo que pudiese, pero que ese marrón no era mío. Yo era el suplente, como Casillas entonces. No tienes la misma presión que cuando eres el titular. Tienes que poner tu motor de cero a mil revoluciones, que es como están los demás. El valor de Iker es que hace todo correcto, que es muy difícil saliendo desde el banquillo. No tiene tanto mérito como la parada de Robben, pero él no era responsable de la situación que se había generado. No tenía la exigencia del titular que tiene que sacar las castañas del fuego desde el primer momento”.

Buyo. “Es una buena parada que tiene la repercusión que tiene porque era una final. En su carrera, Iker ha hecho 100 paradas mejor que esa. En esa acción, en su estirada se pasa un poquito de largo de frenada y saca el recurso maravilloso del pie para evitar el gol. Es una jugada en la que piensas en usar cualquier superficie del cuerpo para salvarla. Los porteros utilizamos mucho el recurso de los pies en los lanzamientos a muy corta distancia, dos o tres metros. No tienes otra opción y sacas los pies. Un portero tiene que entrenar todo lo que es entrenable y más”.

Ochotorena. “En esa acción la pelota va vencida. Tiene una gran capacidad de respuesta para recuperar la posición. Es una parada de reflejos. Y de decisión. Me tiro y me tiro. Hago esto y me sale bien. Iker tiene una gran frialdad de mente. Siempre piensa que tiene capacidad de respuesta. Tiene una habilidad innata para confiar en sí mismo en las acciones más imposibles. ¿Cómo las saca? Nadie lo sabe, pero él sí sabía que la podía sacar”.

Palop. “Capacidad de intuición. Es un saque de córner, el balón atraviesa el área pequeña hacia el palo más lejano. Lo que ahí quiere es tapar lo antes posible el palo hacia dónde va la pelota. Lo que no quiere es pasarse de la referencia del palo para no dejar demasiado libre la portería e intenta quedarse siempre entre los tres palos. Lo que no quiere es que por llegar más lejos pueda dejar más libre el centro, que es finalmente donde va el balón. Se vence, pero los pies se quedan atrás y es con los que lo saca. Es una acción a la desesperada, pero en la que los porteros sabemos lo que tenemos que hacer y lo que no. A los porteros nos piden parar y en esas situaciones límite tienes que adivinar lo que puede suceder, los pies son muy importantes. Es cuestión de tapar lo más posible y después despejar como se pueda”.

Milagro ante Perotti. Sánchez Pizjuán. 4-10-2009. Sevilla-Real Madrid (2-1). Casillas recuerda: “Fue un centro de Negredo al segundo palo, yo estaba en el primero y Perotti llegaba solo. No lo pensé. Me tiré convencido de que podía llegar. Fue una cuestión de fe, iba de un palo a otro. Me convencí de que llegaba y llegué”.

Cañizares. “Está implicada la velocidad porque es una acción muy rápida y está implicada la intuición porque no tiene tiempo para esperar la pelota, tiene que tratar de llegar, pero sobre todo lo que está implicada es la mente. Convencerte de que puedes llegar. Esa es la clave. Iker dice ‘yo voy a querer llegar allí’ y eso es lo que le lleva a pararla. No da nunca el lance por perdido”.

Buyo. “Ahí Iker tiene un poco de todo. Intuición, una extraordinaria velocidad de reacción, clave en los grandes porteros, y una agilidad felina para llegar a ese balón. Era un gol seguro. La toma de decisiones es importantísima para un guardameta. Primordial. De tomar una decisión buena a una mala, la diferencia es el gol e Iker en esa jugada mentalmente pensó que llegaba. No hay dos porteros iguales, pero siempre he pensado que el rasgo que Iker tenía comparable conmigo era la intuición”.

Ochotorena. “Es una acción relacionada con la velocidad de desplazamiento y la capacidad de reacción. Era un gol claro y él cree que la puede parar. Entran en juego su velocidad de piernas y su convencimiento. Otros porteros a lo peor no reaccionan porque piensan que no van a llegar. Él sí. Achica hacia el balón, lo ataca en una situación límite. No lo espera”.

Palop. “Yo estaba en la portería de enfrente y la viví en directo. Es una situación desesperada para un portero. Para mí es la más complicada de las tres por cómo está posicionado, tiene que darse la vuelta, esprintar, meterle potencia para volar y sacar ese balón con esa fuerza y en el otro palo. Él está en el corto esperando el tiro o el pase de la muerte. Puede que Perotti no contacte del todo bien en su remate, pero el llegar a ese balón significa que tiene una capacidad de reacción y una potencia, increíbles”.

El mano a mano de Robben, Johannesburgo (SoccerCity). 11-7-2010. Final del Mundial. España-Holanda (1-0). Reflexión de Iker: “Me dio tiempo a pensar porque Robben viene de lejos. Me dije que tenía que aguantar al máximo porque él tenía espacio para regatearme en velocidad. Podía hacer las dos cosas: rematar o driblar, por eso me mantuve en pie hasta que tiró y saqué el pie derecho”.

Cañizares. “Lo más importante es ponerte en su situación. Final del Mundial, empate en el marcador y acabando el partido. Yo eso no lo he vivido. Iker, sí. Ese escenario te debe marcar todo y sus revoluciones tenían que estar a la máxima potencia. Él lo que trata es de tapar la mayor portería posible y sobre todo no girar su cuerpo. Intenta que si la pelota toca en alguna parte de su cuerpo no vaya rechazada hacia atrás. Quiere mantenerse de frente a la jugada. Si se hubiera girado esa pelota que le da en el pie hubiera ido hacia atrás. No te da tiempo a que tire Robben y luego reaccionar. Para Robben también era la jugada de su vida. La ventaja era suya. Iker hace una apuesta. En un mano a mano el portero siempre tiene menos de un 50 por ciento de ventaja. Un mano a mano frontal es más difícil aún. Él puso su 30 o 40 por ciento en el césped, hizo el gesto correcto y a partir de ahí trasladarle la presión al atacante”.

Buyo. “Robben se va de frente contra él e Iker lo que intenta es hacerse muy grande. Cubre con el cuerpo y las manos el lado izquierdo, intuyendo que el disparo puede ir hacia ese lado, pero cuando Robben le cambia y tira a su derecha saca el pie milagroso. Es un acto de reflejos. Los reflejos en las personas y en los porteros no solo se tienen con las manos. Cuando se cae un objeto al suelo, todos metemos el pie para rebajar el golpe, pues es lo que hace un portero. Eso se entrena”.

Ochotorena. “Toda la ventaja es de Robben. Iker decide cerrar el ángulo, se inclina para su izquierda y tiene la capacidad de aguantar hasta el final y engañar al rival: te ofrezco ese lado pero no al cien por cien, me guardo un recurso. Ese recurso es su pie derecho, el que termina salvando la acción. Invita a Robben a tirar ahí. Asume el riesgo. Fue una parada muy de portero sudamericano. Hace dudar al delantero, que cae en la trampa”.

Palop. “El ángulo de la portería para Robben era muy amplio. El portero tiene que adivinar si te va driblar o te va a chutar. En la acción de Iker veo un alto porcentaje de intuición. Él se vence hacia un lado, pero deja abierta una posibilidad para reaccionar si el balón no va donde él piensa. Hace una apuesta. Cuando los porteros elegimos un lado es que estamos en una situación límite. Si esperas, el tiro te sobrepasa y no puedes hacer nada. Iker ve el perfil del jugador y conoce las características de Robben, por eso le ofrece su costado izquierdo para sacar la mano y al mismo tiempo piensa que si se la cambia para eso tiene las piernas en situación de poder reaccionar al otro palo. Busca las dos soluciones. No se lanza rápido”.

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