Alonso encandila a Renault

Renault hace lo que puede para lograr que Fernando Alonso, el piloto que le dio los dos únicos títulos que figuran en su casillero como equipo (2005 y 2006), regrese el curso que viene al Mundial de Fórmula 1. El asturiano, que el próximo día 29 de julio cumplirá 39 años, dijo adiós al certamen a finales de 2018 después de una última etapa en McLaren de mucho desgaste y mucho disgusto, en la que su mejor resultado en cuatro ejercicios fue un quinto puesto. Desde entonces, el asturiano ha peregrinando por distintos campeonatos de otras modalidades automovilísticas en busca de nuevas sensaciones que le permitieran crecer como piloto en aquellas facetas que dominaba.

Alonso ha pasado por la resistencia, en la que se proclamó campeón del mundo (2019) tras ganar dos veces las 24 Horas de Le Mans, y por el Dakar (2020), en ambos casos con Toyota. Su objetivo más inmediato es tratar de imponerse en las 500 Millas de Indianápolis que se celebrarán a finales de agosto, y en las que ya se quedó a un paso de la gloria en 2017. Si lo logra pasará a la historia como el segundo corredor, junto al británico Graham Hill, que firma la conocida como Triple Corona, un galardón reservado a quienes son capaces de vencer en Mónaco, Le Mans e Indianápolis.

Todo eso encandila a Renault, que ve en él al mejor reclamo para salir de la depresión en la que se ha metido la estructura del rombo tras el portazo de Daniel Ricciardo, que hace unas semanas anunció su marcha a McLaren con vistas a 2021 y que atraviesa un proceso de reconstrucción. Y, evidentemente, a Liberty, el promotor del Gran Circo, la idea le parece genial. Tras una época de incertidumbre acentuada por los problemas con la justicia de Carlos Ghosn, anterior presidente del grupo Nissan-Renault, que pusieron en tela de juicio la continuidad del fabricante en la F1, Clotilde Delbos, su CEO interina, ratificó hace un mes y medio el recorrido que tiene por delante la empresa. Máxime gracias al nuevo escenario que plantea el cambio de reglamento, sobre todo en aquello relativo al límite presupuestario de 145 millones de dólares (unos 130 millones de euros) que entrará en vigor en 2021. En esa coyuntura, el gasto que supone permanecer en el Mundial para una compañía global como Renault es mucho más asumible desde el punto de vista financiero, y todavía lo es más si se puede disponer de un reclamo publicitario del calibre de Alonso. Está por ver si el nuevo CEO de la firma, Luca de Meo, que desembarcó en el puesto a principios de esta semana, no difiera de esa línea.

Al despiste

Mientras tanto, el ovetense, como siempre, juega al despiste y emplaza a los casi tres millones de seguidores que tiene en Instagram a fiarse solo de lo que él cuelga, una tendencia cada vez más generalizada pero que, como es lógico, solo muestra aquello que el interesado quiere que se vea.

Desde Renault, por su parte, han pasado de nombrarle como uno de los posibles candidatos a hacerse con uno de sus volantes a obviarle, aunque todo parece responder a las charlas que hay en marcha entre ambas partes.

“Estamos hablando de varios nombres; algunos de ellos son grandes nombres y otros son menos conocidos”, comentaba Cyril Abiteboul, jefe del proyecto de F1 de Renault, este fin de semana desde el Red Bull Ring. Allí, Daniel Ricciardo abandonó por culpa de una avería y Esteban Ocon terminó el octavo.