El Madrid se asoma al precipicio
Los de Laso caen ante el Andorra (91-75) y dependen de una carambola en la jornada del viernes. Si el Valencia vence al Gran Canaria, los blancos estarán eliminados hagan lo que hagan ante el Zaragoza
Incapaz de reconocerse y de enlazar dos esfuerzos competitivos seguidos; espeso física y mentalmente; el Madrid cayó ante el Andorra (91-75) en un déjà vu del duelo vivido ante el Burgos y quedó a expensas de una carambola para acceder a las semifinales de la Liga. Con los mismos pecados de desconcentración y apatía mostrados ante el San Pablo, los de Laso volvieron a ceder la iniciativa a su rival y fueron incapaces de encontrar argumentos para recuperarla después. Apenas Campazzo (18 puntos) se pareció a sí mismo en un equipo desangelado, con el alma distraída y el carácter extraviado. Ganó el ímpetu y el vigor de los Hannah (23), Tyson Pérez, Massenat y compañía. La victoria in extremis del Valencia ante San Pablo Burgos (94-90) deja al Madrid a expensas de los taronja. Si los anfitriones de esta fase final ganan al Gran Canaria, los madridistas estarán eliminados hagan lo que hagan. Sin embargo, si vence el cuadro insular y el Madrid supera al Zaragoza, los blancos serán primeros de grupo.
“Nos han planteado un partido muy físico y hemos ido siempre detrás de ellos. Han tenido más energía y concentración que nosotros y no hemos jugado como equipo. Fuimos una guerra de guerrillas más que un grupo sólido. Si solo tiras de tres puntos y no aciertas... [10 de 34 en triples]”, analizó el propio Laso tras el choque, ya con la calculadora en la cabeza. Con la derrota, el Madrid llegará a la última jornada del viernes obligado a ganar al Casademont Zaragoza y a estar pendiente de varias combinaciones. “Solo sé que tenemos que ganar y no sé si, aun así, nos vale”, completó Laso.
Repitió el Madrid el comienzo hipotenso que le condenó ante el Burgos y aprovechó la circunstancia el Andorra para imponer su intensidad de principio a fin. A las bajas conocidas de Musli y Diagné en el cuadro de Ibon Navarro se unió la de otro de sus jugadores franquicia, Dejan Todorovic, autor de 26 puntos ante el Zaragoza. Pero la vibrante conexión entre Hannah y Bandja Sy relativizó las ausencias en una puesta en escena que marcó la inercia posterior. Acto seguido, Massenat y Walker se sumaron a la misión y la renta andorrana se elevó a un imponente +16 (39-23, m. 17). Para entonces, el 7 de 12 en triples del Morabanc contrastaba con el 5 de 16 de los madridistas. Ni Campazzo, ni Llull, ni Laprovittola encontraron el libro de instrucciones del partido y los bingos episódicos de Randolph y Thompkins fueron el único consuelo para los de Laso en su particular travesía del desierto hasta el descanso. Tampoco enderezaron el rumbo después.
La defensa madridista esbozó en ese tramo más amagos de reactivación que verdaderos propósitos de enmienda. Y la brega de Deck no marcó tendencia entre los suyos. Ni rastro del equipo competitivo que asomó ante el Valencia exigido ante el abismo de la eliminación. Ni un punto al contraataque. “Si mantenemos el control del rebote y el porcentaje de acierto tendremos nuestras opciones”, apuntó Ibon Navarro en el entreacto. “No estamos igualando su energía”, analizó Laso, llamando al escarmiento sin alzar la voz, pero con gesto tenso. No escaparon de la galbana los suyos.
Un poderoso mate de Tavares ante Olumuyiwa pareció la espuela perfecta para la reacción madridista. Pero el desacierto desde el perímetro dejó el arreón en conato. Jelinek consolidó el dominio andorrano (51-36, m. 23). En el galimatías del Madrid se mezclaban y retroalimentaban la inconsistencia defensiva y el desatino. Llegó el segundo triple de Randolph, cuando la estadística del conjunto de Laso reflejaba un enclenque 6 de 22 desde el 6,75, pero eran suspiros de alivio en mitad del optimismo andorrano.
La persecución madridista devino en ansiedad y la pareja Campazzo-Tavares se vio abocada a otro sobreesfuerzo. Pero las piezas angulares de Laso tampoco encontraron la salida al atolladero. El Andorra se apuntó el tercer cuarto (29-28) y el Madrid entró en la recta de meta con una desventaja de 13 puntos (76-60, m. 32). Los clásicos, Felipe y Carroll, se sumaron a un plan de emergencia obligado a romper la determinación ajena y la inseguridad propia. Ni las caras ni las piernas de los jugadores madridistas creyeron en la épica. En la era Laso, el Madrid siempre alcanzó la final de Liga. Desde 2008, los blancos no faltan nunca a las semifinales. Ahora se asoman al precipicio, pendientes de una reacción y de las cábalas.
Las cuentas del grupo B. Si el Valencia gana al Gran Canaria, el Madrid estará automáticamente eliminado haga lo que haga ante el Zaragoza
El sorprendente Burgos afiló su ambición ante el Valencia y alcanzó un +18 de renta al borde del descanso (29-47, m. 17). Ganaban los de Peñarroya por 10 a falta de seis minutos, pero no pudieron culminar la gesta en La Fonteta. El duelo de triples entre Fitipaldo y Doornekamp en el tramo final lo resolvió Loyd con otro bingo providencial desde el 6,75. Los anfitriones llegarán como primeros de grupo a la última jornada. El equipo de Ponsarnau sellará el pase a semifinales si vence al Gran Canaria y se enfrentaría al Baskonia en el cruce. Si pierde, necesitaría la derrota del Madrid para conservar al menos el segundo puesto.
Detrás del Valencia y pendientes de él, Andorra, Real Madrid, Burgos y el propio Gran Canaria llegan a la jornada final igualados a dos triunfos y dos derrotas. El Madrid será primero de grupo si derrota al Casademont Zaragoza y el Herbalife Gran Canaria supera al Valencia. Pero el triunfo taronja ante los insulares elimina directamente a los de Laso, hagan lo que hagan en su partido. En la antigua normalidad, el Granca venció en noviembre en La Fonteta (86-88, con 24 puntos de Cook) y ganó también en Las Palmas (87-77) en marzo, en la última jornada antes de la suspensión del campeonato.
En el duelo directo entre San Pablo Burgos y Morabanc Andorra, en el partido que abre la jornada, el vencedor se clasificará como segundo, con el Barça como rival en semifinales, siempre que el Valencia gane su partido; pero quedará eliminado con la victoria del Gran Canaria. Las cuentas del equipo de Katsikaris son aún más sencillas. Solo tiene opciones en caso de triunfo ante el Valencia. Si lo logran, los amarillos serán primeros si el Madrid pierde y segundos si los de Laso ganan. Desde el martes, el grupo A está resuelto y sin nada en juego, con Barça y Baskonia clasificados como primero y segundo respectivamente.
Pradilla y Brussino sellan el primer triunfo del Zaragoza (85-76)
En el encuentro que abrió la cuarta jornada del grupo B, el Zaragoza de Porfirio Fisac logró su primera victoria en la fase final de la ACB a costa del Herbalife Gran Canaria, que descabalgó del liderato compartido tras enredarse cuando lo tenía todo a favor. Dominaba el conjunto de Katsikaris en la reanudación y un triple de Cook elevó la renta de los amarillos hasta el +11 (48-59, m. 23). Pero, en ese instante, se cruzó el apagón del Granca con la iluminación de Brussino. Impulsado por el acierto del escolta argentino, el Casademont armó un contundente parcial de 18-2 en apenas cuatro minutos (66-61, m. 27). El arrebato del equipo maño dejó la contabilidad en 71-66 al termino del tercer cuarto y la vigorosa aparición de Jaime Pradilla, ala pívot de 2,02m y 19 años, culminó el triunfo del Zaragoza. Se lució el canterano con 14 puntos, siete rebotes y 23 de valoración. Un expediente que completó la sobresaliente hoja de servicios de Brussino: 20 puntos, nueve rebotes y 34 de valoración.
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