Sergio Ramos: gol, récord y susto
El central blanco se convierte en el defensa más anotador de la historia de la Liga diez minutos antes de retirarse con un golpe en la rodilla izquierda
En dos minutos, a Sergio Ramos le pasó todo en San Sebastián. Gol, récord y susto, una detrás de otra. En el 49 se convirtió en el defensa más anotador de la historia de la Liga. Con el penalti convertido se apuntó su tanto número 68 y adelantó al exbarcelonista Ronald Koeman (Fernando Hierro sumó 105, pero gran parte de ellos los logró como centrocampista). Hace una semana, en la jornada inaugural tras el parón, ante el Eibar en Valdebebas, había igualado la marca del holandés, en esa ocasión incorporándose como un tanque al ataque y recibiendo la asistencia regalo de Hazard.
Con la pena máxima de Anoeta, que celebró atusándose la barba de guerrero ante la cámara, el central blanco superó a Tintín Koeman y picó su novena diana de la temporada, siete de ellas en el torneo doméstico. Es el segundo en la tabla del pichichi de Chamartín, a leguas de un Benzema otra vez en racha (22 en total).
Ramos se ha convertido en un martillo desde los 11 metros. Lleva ya 20 seguidos transformados con su club y la selección, incluidos aquellos de las tandas de penaltis. Lejos queda el fallo en una de ellas, en las semifinales de la Champions de 2012 contra el Bayern de Múnich, cuando mandó a la Luna de Madrid el disparo con Neuer bajo palos. Desde entonces, su fiabilidad desde ese punto es casi máxima, con un variado catálogo de estilos, incluido el lanzamiento a lo panenka. Su último error en esta suerte se sitúa en mayo de 2018 en el Sánchez Pizjuán.
Sin embargo, con la celebración todavía en caliente del 0-1 en Anoeta, a Ramos se le torció el gesto tras recibir un fuerte golpe en la rodilla izquierda en un choque dentro de su área con Isak. El juego se detuvo para atender al defensa, que trató de continuar sobre el césped, aunque el intento duró poco. Militao lo sustituyó en el centro de la defensa y el sevillano se acomodó en la grada (los banquillos postconfinamiento) con una aparatosa bolsa de hielo. A la espera de un diagnóstico médico preciso, el percance afecta a una retaguardia que ya sufre la baja de Nacho, que entró en la enfermería unos días antes de la vuelta del fútbol.
Desde esa grada siguió de pie el final del duelo y acabó abrazado a James y Benzema, celebrando que su equipo recuperaba el liderato. “Creo que es solo el golpe, ahora le duele mucho”, dijo Zinedine Zidane en rueda de prensa sobre el estado de salud de Ramos, al que calificó como “el mejor defensa del mundo”.
El técnico madridista valoró la victoria, aunque subrayó dos veces que “no cambia nada” y que el título no se decidirá hasta el final (pierde a Casemiro contra el Mallorca, el miércoles, por acumulación de amarillas). La comparecencia, no obstante, volvió a girar en gran parte alrededor de la actuación arbitral, como ya ocurrió en la previa tras las declaraciones del azulgrana Piqué, en las que aseguró que será “difícil ganar esta Liga” porque no creía que el Madrid fuera a perder puntos. “Me molesta que al final se habla solo de una cosa, de los árbitros. Aquí hay un equipo y parece que no hemos hecho nada en el campo. La polémica no la vamos a controlar, es siempre lo mismo. Nosotros ganamos, del resto cada uno puede decir lo que quiera”, señaló en su respuesta más amplia tras ser interrogado varias veces por el colegiado. El francés se mostró incómodo por la reiteración de las preguntas sobre esta cuestión. “Yo soy entrenador, no soy el árbitro”, zanjó.
Zidane: “Me molesta que solo se hable de los árbitros. Parece que no hemos hecho nada en el campo”
Los realistas protestaron, especialmente, tres acciones claves en el resultado, todas en la segunda parte. El penalti a Vinicius, origen del 0-1; el control de Benzema con el hombro en la acción del 0-2; y el gol anulado a Januzaj al interpretar Estrada Fernández que la posición de Mikel Merino, en fuera de juego, interfería en el campo visual de Courtois, del que le separaban varios metros. “No sé si en el otro área hubiera pitado lo mismo”, advirtió el propio Merino, en caliente primero sobre el césped y más reposado después en la sala de prensa.
Su entrenador, Imanol Alguacil, prefirió esquivar cuanto pudo la polémica. “No quiero entrar a valorar, no me lleva a ninguna parte enfadarme por estas decisiones. Hoy hemos competido y no nos hemos merecido la derrota. Me quedo con esa sensación”. En el bando donostiarra, fue general la opinión de que el equipo había mejorado la versión de los dos encuentros anteriores, en los que solo consiguió un empate, y que debía servir de palanca para volver a aspirar a la zona Champions, que ahora tiene a cinco puntos.
