La desescalada de los caballos
Alemania y Francia autorizan el turf, primer deporte que vuelve a celebrarse en Europa tras la declaración de la pandemia de covid-19
Su padre es el gran Nathaniel y su abuelo el soberbio Galileo. Ella se llama Enable y vive en la pradera sagrada de Newmarket completamente ajena a la nueva realidad. Con seis años de edad, cumplido el ciclo en el que muchos caballos se retiran de la competición, esta yegua alazana, distinguida con una estrella blanca entre los ojos, se prepara para hacerse inmortal. Si la desescalada en las medidas contra la pandemia del nuevo coronavirus siguen su curso en el reino equino, el próximo octubre en Longchamp esta campeona se lanzará a la conquista de un hito jamás logrado: su tercer Arco del Triunfo.
La veterana Enable —y su feliz propietario, el jeque saudí Khalid Abdullah— tienen razones para el optimismo. Las carreras, a puerta cerrada, serán el primer deporte en volver a celebrarse en Europa tras el parón iniciado en marzo. Comenzaron el jueves pasado en Neue Bult, el hipódromo de Hannover, y continuarán hoy en París con un mitin de diez pruebas en Longchamp, gracias al lobby de Edouard de Rothschild, presidente de France Galop y cabeza visible de un sector fundamental en la poderosa industria agropecuaria francesa. Contra las reticencias del alcalde de París, el viernes pasado el presidente de la República, Emmanuel Macron, resolvió permitirle al turf lo que no le permitió al fútbol.
“El contacto físico no existe en el turf, pero en Hannover todos los jockeys corrieron con mascarilla”, dice José Hormaeche, director del Jockey Club de España. “En Estados Unidos, Hong Kong, Japón y Australia, las grandes potencias a excepción de Inglaterra e Irlanda, se están organizando carreras a puerta cerrada. Exige un número de personas bastante bajo. Cada caballo permite su entrenador, su jinete y el mozo, pero los entrenadores y los jockeys se repiten. El lunes en París corren 131 caballos, con unos 40 entrenadores y otros tantos jockeys”.
El Grand National se ha cancelado. Pero otras clásicas, como el Derby de Epsom o el Derby de Kentucky, se han postergado al verano. Según lo permita la hoja de ruta de la desescalada que presente Boris Johnson, este lunes se reúne la British Horseracing Authority (BHA) para intentar retomar la temporada antes de fin de mes y así salvar una industria que mantiene buena parte del campo británico. Si los aproximadamente 15.000 purasangre en activo en Francia generaron 77.000 empleos en 2019, según France Galop, la BHA asegura que en el mismo año el turf contribuyó al PIB británico con 4.100 millones de libras y 85.000 empleos. Solo un escalón por debajo del fútbol, que según la Premier supone 7.600 millones y 100.000 empleos.
“En Inglaterra están hablando de una reducción del 50% en premios en el Derby”, dice Hormaeche, apuntando al daño que ha provocado la crisis del coronavirus en el negocio. “Los ingresos han sido nulos. Pero los caballos te cuestan lo mismo, corran o no. En España, unos 1.500 euros al mes por cabeza”.
Christian Delcher, uno de los entrenadores más importantes del hipódromo de la Zarzuela, espera que las carreras se reanuden el 24 de mayo. Sería la única manera de evitar la pérdida de los más de 500 purasangre que mantienen hasta 350 puestos de trabajo directos en las instalaciones de Madrid. “Ahora mismo no hay razón para que las carreras no vuelvan a empezar porque no conllevan ningún riesgo sanitario”, dice Delcher. “Están acabando con nosotros sin ningún motivo".
“Nuestro instrumento de trabajo es perecedero”, explica el preparador, señalando el temperamento de los animales. “Si tengo un tractor lo guardo y cuando hay trabajo lo saco. El caballo tiene que hacer unas carreras que corresponden a su edad; debe llevar una competición para evolucionar como atleta. No se pueden cerrar como un bar. Un caballo cuando no entrena puede sufrir cólicos, infosuras de cascos... problemas graves que pueden acabar con su vida. No les puedes decir: ‘te quedas en el box”.
Confinamiento en los purasangre equivale a agonía y muerte. Por fortuna para ellos, han vuelto las carreras.
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