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Ray Zapata: “No sé por qué no nos dejan salir a correr”

El gimnasta, que sufrió una bronquitis y pasó el test del coronavirus en Bakú, lidera la Copa del Mundo de suelo

Ray Zapata realiza ejercicios en su piso de Madrid.
Ray Zapata realiza ejercicios en su piso de Madrid.
Robert Álvarez

Ray Zapata pasó de los tres hospitales en los que estuvo hace tres semanas en Bakú (Azerbayán) para ser sometido al test de la Covid-19 y diagnosticar que su fiebre se debía a una bronquitis, al confinamiento en su piso de Madrid, donde vive con la única compañía de su perro Koru. El gimnasta español, nacido en Santo Domingo hace 26 años, es una de las grandes esperanzas del deporte español con vistas a los Juegos de Tokio. Su inquietud, ahora, es que, tras el aplazamiento hasta 2021, la Federación Internacional de Gimnasia todavía no ha dilucidado quiénes se han clasificado para la cita. Y a pesar de que, tras seis pruebas, lidera la Copa del Mundo de suelo, no quiere hacerse demasiadas ilusiones hasta que se concrete qué pasa con la de Bakú, cuya final fue suspendida, y la última de ellas, en Doha. “Mi cabeza no me permite seguir pensando en el futuro. Quiero saber qué pasa. Tengo todas las posibilidades de clasificarme, pero puede pasar cualquier cosa. Hay muchas especulaciones sobre cómo se va a resolver el tema de la clasificación. Yo ya ha competido en unos Juegos, ahora quiero llegar a Tokio, meterme en la final y me gustaría pelear por una medalla”.

Lo peor de su peripecia en Bakú, tras levantarse con fiebre el día 13 de marzo, cuenta, es que en los hospitales a los que fue trasladado en ambulancia nadie sabía inglés y tenía que hacerse entender por signos. “Estaba tranquilo. Sabía que no tenía coronavirus. Mantuve la calma. Y, además, tuve la suerte de que la prueba se canceló el día de la final y sigo siendo el número uno del ránking”. Su temor es que ahora la Federación Internacional pueda alargar un año la clasificación para los Juegos: “No sería justo darle la oportunidad a otros atletas de seguir luchando por una plaza cuando yo lo he estado haciendo durante dos años”.

Ejercicios únicos

A su regreso de Azerbayán, Ray estuvo dos semanas inactivo. “Tenía que recuperarme de la bronquitis y, además, llevaba un año y medio sin parar, ni siquiera en Navidad, entre la selección y el equipo alemán con el que compito (Tus Vinnhorst)”. En su pequeño piso, en Carabanchel Alto, apenas dispone de espacio y aparatos para poder entrenarse. “Tiro de mucha imaginación y palante. No puedo hacer gran cosa porque no tengo pesas, ni una elíptica. Hago el pino, algunos ejercicios, flexiones, workout... pero en el suelo de un piso te destrozas las muñecas”. Su entrenador, Benjamín Cano, le pasa algunas rutinas y ejercicios. Pero él sueña con poder practicar lo que ahora le resulta imposible, los saltos que tiene en mente. No los puede ver ni siquiera en vídeo. “Mis ejercicios no los hace nadie. Son combinaciones con giros adelante y dobles mortales. Tendré un año para practicarlo. Es un secreto. Si consigo hacer ese salto puede salir algo muy bueno, algo que nadie esperaría”.

La compañía de su perro Koru le permite salir a la calle para pasearlo. “Puedo al menos tomar algo de aire fresco. No entiendo por qué a los deportistas olímpicos o de élite, que somos pocos, no nos dejan salir a correr a la calle. No hablaríamos con nadie. Bajo a la calle y no veo a nadie. La gente está muy concienciada con lo que está pasando. Pero sería genial si nos dejaran salir a correr. Aunque estemos entrenándonos o haciendo lo que podemos en casa, cuando la gente vuelva a reiniciar no va a poder hacer la mitad de las cosas. En la gimnasia, prácticamente no se puede hacer nada”. En cuanto a la dieta, asegura que no representa ningún problema: “Igual he subido un kilo, pero me cuido. Como de todo, pero en pequeñas cantidades”.

Optimista y muy convencido de sus propias posibilidades, considera que ha madurado también en su manera de afrontar las grandes citas de la competición y dar de sí lo mejor en un calendario que exige alargar los picos de forma. Y participa también del buen momento de la gimnasia española que por primera vez desde Atenas 2004 ha logrado clasificar tanto al equipo masculino como al femenino para los Juegos de Tokio.




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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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