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Para hacer pesas, garrafas de aceite

Médicos y preparadores físicos buscan fórmulas para continuar a distancia con la recuperación de los lesionados

Szymanowski, jugador del Leganés, entrenándose en su casa.
Szymanowski, jugador del Leganés, entrenándose en su casa.

Para aquellos futbolistas que llevan meses intentando dejar atrás una lesión de gravedad, el aislamiento supone un doble castigo. Los alargados periodos de constantes sesiones de rehabilitación, en los que la compañía diaria de los médicos y fisioterapeutas se acaba convirtiendo en imprescindible, se ven ahora alterados por el estallido de la crisis del coronavirus, en la que los lesionados han encontrado un obstáculo inesperado que obliga a los encargados de supervisar su evolución a buscar alternativas poco comunes.

“Es una situación muy compleja y en la que debemos tirar de imaginación. El tratamiento manual y en primera persona del fisioterapeuta lo estamos abordando mediante métodos caseros y de autotratamiento”, explica Dioni Rodríguez, jefe de los servicios médicos del Granada, sobre las distintas rutinas que están siguiendo Quini (rotura de ligamento cruzado), Álex Martínez (lesión ósea a la altura del tendón de Aquiles) y Neyder Lozano (fractura de tibia).

Los tres futbolistas fueron operados recientemente y se encuentran en la fase inicial de sus respectivas recuperaciones, por lo que los planes de trabajo destinados a recuperar la fuerza, la movilidad y la coordinación para adaptar las estructuras dañadas a las exigencias de la alta competición son más necesarios que nunca. Además de las herramientas que ha hecho llegar el club nazarí a sus casas, como bicis estáticas y pesas, otros objetos de casa como los rodillos de amasar o pelotas de tenis se han convertido en herramientas clave para ese trabajo. “Les enseñamos la forma en la que los pueden usar para darse masajes, y les indicamos el número de pasadas, la profundidad, la velocidad y la fuerza necesarias para que se traten ellos mismos cuando necesitan esas técnicas de trabajo manual”, dice Rodríguez.

En una situación así, las parejas o familiares que viven con los lesionados juegan un papel fundamental. “Mediante videollamadas, instruimos y supervisamos a las personas que les acompañan en casa para que puedan hacer ciertos ejercicios o técnicas que solo se pueden hacer con la ayuda de alguien”, abunda Rodríguez antes de reconocer que la situación genera “un cierto sentimiento de impotencia”. “Sabemos hasta dónde podemos llegar en estas condiciones. Preferimos quedarnos más cortos que largos y no realizar ningún ejercicio que pueda ser peligroso sin las manos de un profesional, aunque pueda suponer algo de retraso”, se resigna.

“Hace unos años todo esto habría sido un desastre para los deportistas lesionados”, reflexiona el doctor Manuel Leyes, médico de la clínica Cemtro, que ha operado de la rodilla a Modric, Asensio y Alberto Contador, entre otros; “por suerte, ahora tenemos muchas más facilidades, muchas aplicaciones y medios para comunicarnos y supervisar a los deportistas”.

“No es la situación óptima, es evidente, pero con la telemedicina y las máquinas que pueden facilitar los clubes a los deportistas, las fases iniciales de las recuperaciones se pueden sacar adelante desde casa”, explica Leyes sobre casos como el de Leo Ulloa, delantero del Rayo Vallecano, y Santi Yusta, jugador de baloncesto del Iberostar Tenerife, a los que ha operado en el último mes de sendas roturas de ligamentos en la rodilla izquierda. “Aunque vayan un poco más lento ahora, si tenemos un poco de suerte y esto no se sigue prolongando mucho, luego se puede acelerar para recuperar”, estima.

Para el doctor Leyes, en cambio, lo más complicado ahora es la readaptación de aquellos deportistas que, tras varios meses de baja, están encarando la fase final del proceso: “Por mucho que algunos tengan jardín, o que tengan gimnasio en casa, la parte que implica la vuelta a la competición solo se puede hacer en el campo, y eso es imposible ahora. El estrés de la competición no se puede simular en casa, por muy disciplinados que sean los atletas, y eso puede llegar a retrasar las recuperaciones”.

En ese momento se encuentra Alexander Szymanowski, extremo del Leganés, de 31 años y con un calvario de lesiones a sus espaldas. La última, una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, que le ha tenido fuera de las canchas los dos últimos años. En los últimos días antes del encierro había saltado al terreno de juego a realizar ejercicios. “El ponerse las botas, tocar balón… Eso es algo que vamos a echar de menos, porque para alguien en su situación ir recuperando esas sensaciones es importante”, asegura el preparador físico y readaptador del Leganés, Sergio Martos, que está supervisando desde la distancia la recuperación del jugador argentino, al que se le ha podido ver en sus redes sociales usando objetos como garrafas de aceite para seguir con su rehabilitación.

El club pepinero se movió rápido y envió al apartamento en el que se encuentra Szymanowski las máquinas necesarias. Martos y sus compañeros mantienen contacto diario con Szymanowski mediante videoentrenamientos y le proporcionan una serie de tutoriales con tratamientos como los que venía recibiendo en el gimnasio.

Los médicos también ponen el foco en el aspecto psicológico que conlleva todo el proceso de recuperación, y que ahora se ha visto sacudido por el virus. “Es muy importante estar encima, hablar con él y que no sientan que esto es una traba más”, apunta Martos. “La ventaja que tenemos es que, tras un proceso tan largo como el que ha pasado, cuenta con una experiencia que le lleva a saber lo que le va bien y lo que no. No se le puede dejar solo, pero casi. Eso facilita el trabajo aunque estemos separados”, concluye el preparador del Leganés.

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