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Carlsen, lanzado para ser triple campeón y ‘número uno’

El noruego lidera en solitario tras 12 rondas de 21, a pesar de la derrota ante el ruso Andreikin

Magnus Carlsen, nada más perder ante el ruso Dimitri Andreikin
Magnus Carlsen, nada más perder ante el ruso Dimitri AndreikinFIDE/Lennart Ootes
Leontxo García

La ambición de Magnus Carlsen es tan grande como su talento, y por eso no se conforma con cuatro liderazgos, quiere seis: los tres títulos mundiales y el primer puesto en las tres listas mundiales. Tras lograr el doblete en las modalidades clásica y rápida, el noruego encabeza en Moscú el Mundial Relámpago (tres minutos por jugador más dos segundos tras cada movimiento) en a falta de nueve rondas.

“Sólo he terminado la mitad del trabajo. También quiero ganar el Mundial Relámpago. No puedo dormirme en los laureles”, dijo Carlsen el sábado por la noche, tras su arrasadora victoria en el Mundial de Rápidas. La única relajación que se permitió en su vida monacal durante los torneos fue jugar un partido de fútbol (deporte que le apasiona y del que sabe mucho) por la noche: “Lo hago porque es una buena manera de soltar la tensión antes de encarar las partidas relámpago”, explicó.

La primera de las dos jornadas en esa modalidad empezó muy bien para el escandinavo: cinco victorias seguidas, que le permitieron arrebatar momentáneamente al estadounidense Hikaru Nakamura el primer puesto del escalafón mundial. Pero entonces llegó la crisis: tenía una posición aplastante frente al prodigioso uzbeko Nodirbek Abdusattórov, de 15 años, cuando el muchacho encontró varios recursos tácticos a la velocidad del rayo que complicaron mucho la vida del campeón, hasta el punto de que tuvo que ceder el empate.

Y quince minutos después vimos el único punto débil de Carlsen, que él admitió a preguntas de EL PAÍS el 5 de diciembre de 2016 en Nueva York: no gestiona bien sus emociones. A pesar de que su siguiente rival, el ruso Dimitri Andreikin, es uno de los miembros más sólidos -y de estilo más aburrido- de la élite, el noruego arriesgó como si jugara frente a alguien muy inferior, y lo pagó muy caro porque Andreikin no es la alegría de la huerta, pero tampoco perdona cuando le invitan a matar.

Pero ahí se acabaron los regalos del multicampeón, quien supo transformar entonces su rabia en eficacia y logró 4,5 puntos en las cinco partidas restantes para acabar la jornada con medio punto más que el ruso Maxim Matlakov, y a solo 1,8 puntos de Nakamura en la lista mundial, a falta de nueve rondas para la clausura de mañana. Todo encaminado para que 2019 sea uno de sus mejores años, un mes después de cumplir 29.

El iraní Alireza Firouzja, de 16 años, que ganó de manera asombrosa la medalla de plata en el Mundial de Rápidas, ha flojeado un poco en las partidas relámpago, pero todavía podría llegar a los puestos de honor: está empatado en el 12º puesto, con 8 puntos. Uno menos tienen el español David Antón y el venezolano Eduardo Iturrizaga. La rusa Katerina Lagno domina la competición femenina con un punto de ventaja sobre su compatriota Alexandra Kosteniuk.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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