El Villarreal le da una lección de eficacia al Sevilla
Los de Lopetegui, con más juego, son batidos por su falta de claridad en el área y el buen trabajo defensivo visitante
Al Sevilla no le bastó con ser mejor muchos minutos del partido. No le llegó incluso con un Navas inconmensurable. Tampoco con lanzar 14 remates sobre la meta de Asenjo. Ni tirando otros 14 saques de esquina y una multitud de balones al área. El Villarreal acabó con la racha de imbatibilidad del equipo de Lopetegui en LaLiga gracias al factor definitivo de este deporte, que es la eficacia. Cuando peor lo pasaba, con un Sevilla volcado sobre su meta y sometido a un auténtico tormento, un movimiento genial de Trigueros desmontó a la defensa andaluza para asistir a Ekambi. El Villarreal hizo el segundo tanto cuando nadie lo esperaba para acabar con un buen Sevilla, que empató en una jugada deliciosa y que lamenta no tener arriba buenos delanteros para poder definir partidos donde su juego y fuerza son imponentes. Pero sin gol no hay premio. El Villarreal, bien organizado, sabiendo sufrir, con sus centrales a un nivel altísimo, rompió su mala racha y, al mismo tiempo, acabó con la marcha triunfal de este Sevilla que pierde ocho jornadas después. No se le pueden poner muchos peros al equipo de Lopetegui, a gran nivel casi todo el encuentro, aunque se alejan de Barcelona y Madrid después de esta injusta derrota. El Villarreal se llevó un triunfo de mucho valor después de saber defenderse de manera estupenda y golpear cuando nadie lo esperaba. Con inteligencia, puntería, orden y algo de fortuna, los de Calleja obtuvieron una gran victoria.
Los apuntes positivos ofrecidos por el Villarreal en su duelo ante el Atlético tuvieron continuidad en un estadio tan complicado como el Sánchez Pizjuán. Compromiso, buena colocación en el campo y orden fueron las claves para ahogar a un Sevilla que se vio sorprendido a los 13 minutos. La excelente acción de estrategia del conjunto de Javi Calleja acabó en el primer gol del curso para el veterano Albiol, que le ganó la acción a los defensas del Sevilla. El tanto premió el buen inicio del Villarreal y, de paso, situó al Sevilla en una dimensión desconocida. No está acostumbrado a tener que remontar y desmontar a defensas sólidamente plantadas. Y bien que se notó con este Villarreal tan solidario. Poco a poco, el Sevilla fue engrasando su maquinaria gracias a que Banega, como siempre, decidió tomar la batuta. El Villarreal, que no es tonto, cerró los pasillos interiores con Iborra y Trigueros a un gran nivel, con Anguissa asfixiando a Banega. El resultado fue que el Sevilla acosó, sin duda, pero con muy poco peligro. El Villarreal cedió las bandas para que los continuos centros de Navas y Reguilón fueran despejados por Albiol y Pau. Ni Munir ni De Jong entendieron nunca los centros de sus compañeros. Tampoco ofrecieron soluciones con posibles desmarques o la construcción de alguna pared que pudiera desmontar la buena defensa del Villarreal.
La incapacidad del Sevilla en el primer tiempo fue el reflejo que tiene este buen equipo en ataque, donde carece de delanteros capaces de romper el sino de un partido por sí mismos. Incluso en este primer periodo la mejor opción tras el gol fue del propio Villarreal. Moi se inventó un tirazo que salió rozando la escuadra.
Los de Lopetegui irrumpieron en la segunda parte a un nivel altísimo. El Sevilla sometió al Villarreal a un auténtico tormento. Reguilón estuvo cerca de empatar y el tanto llegó después de una jugada impresionante del Sevilla desde su área. Curiosamente cuando gozó de espacios para salir al contragolpe en una sucesión de toques administrados con talento y precisión. El pase de Reguilón y la definición de Munir fueron sobresalientes. La mitad del camino estaba andada en una demostración de fuerza y poderío de los andaluces, conducidos por el incansable Navas en la banda derecha. El Villarreal se defendió como pudo y Munir, de cabeza, tuvo el 2-1 después del enésimo centro de Navas.
Nervión rugía como en las grandes ocasiones, en espera de un segundo gol que se hacía previsible. El fútbol fue duro con el Sevilla y premió una fantástica jugada del Villarreal. El desmarque de ruptura de Trigueros lo dejó solo ante Vaclik tras un gran pase de Moi. Luego se inventó una asistencia de espaldas a Ekambi, un buen cambio de Calleja, que hizo el segundo para definir el partido. En ese gol radicó la diferencia entre atacar los espacios con inteligencia y hacerlo con ímpetu aunque con falta de claridad ante una defensa bien plantada y metida en su área. Lo primero lo hizo el Villarreal. Lo segundo, el Sevilla.
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