Marc Márquez: “Siempre afronto las temporadas pensando que me van a ganar”
El campeón del mundo reconoce que el año ha estado cerca de la perfección y dice que, pese a haber cambiado desde 2015, cuando toque improvisar siempre lo hará arriesgando
Marc Márquez (Cervera, 1993) cierra este domingo en Cheste, en el circuito Ricardo Tormo, una temporada brillante. Once victorias y seis segundos puestos en dieciocho carreras, solo un borrón, el de Austin, le han propulsado hasta su sexta corona de MotoGP, octava de su carrera, sumando el récord de puntos en una temporada y acercándose a solo un título de los nueve que acumula el italiano Valentino Rossi. En una conversación con EL PAÍS, el campeón de MotoGP valora una temporada en la que se ha impuesto de manera implacable y que se ha cerrado con el anuncio de retirada de Jorge Lorenzo, su compañero de equipo en el Repsol Honda.
Pregunta. ¿La perfección existe encima de una moto?
Respuesta. No, existe el acercarse a la perfección, porque siempre hay algo que se puede mejorar. Es mi mentalidad: buscar en qué se puede ser mejor.
P. Este año ha estado bastante cerca de ser perfecto.
R. Hemos cometido algunos errores, pero hemos estado cerca de la perfección, sí. Sé que es un año difícil de igualar, muy difícil de repetir.
P. ¿Tiene la sensación que el campeonato ha sido más fácil de lo que se podía esperar?
R. Ha sido más fácil en las últimas carreras, pero porque sacamos la ventaja al inicio. Desde el parón de verano veníamos con mucha ventaja. Después de Silverstone ya podíamos intuir que el campeonato llegaría, si no pasaba nada raro. Nunca esperas poder ganar el campeonato a falta de cuatro carreras para el final.
P. ¿El Márquez de 2019 es diferente al de 2013, cuando debutó en MotoGP?
R. Muy distinto. El cambio se produjo en 2015.
P. El único año que no ganó el título.
R. Hasta entonces, yo tenía una filosofía de todo o nada, y la aplicaba porque pensaba que me iba a permitir llegar hasta donde yo me propusiera. Esa filosofía me ha ayudado mucho y me ha hecho ganar muchos títulos, pero también me hizo perder el de 2015. Soy una persona que hasta que no llego a la pared y veo que ese camino está cortado, no me doy cuenta de que por ahí no voy bien, por mucho que me avisen. Con el tiempo, vas madurando y cometiendo errores hasta ver que, pese a perder alguna batalla, lo importante es la guerra final.
P. Después de la carrera de Tailandia, donde atacó a Quartararo pese a tener el título en el bolsillo, y de la pole de Brno, cuando siguió apretando bajo la lluvia pese a montar neumáticos de seco, quien le escuche decir que ya no arriesga tanto, no le va a creer.
R. Es verdad. Pero si miran una carrera mía de 2014 y una de esta temporada, entonces tal vez sí me tomen en serio. Pero está claro que el ADN está ahí, y mi mentalidad es la que es y en momentos puntuales o situaciones de tensión sale a flote. Cuando toca improvisar, siempre improvisaré arriesgando, lo llevo dentro...
P. A 300 km/h, con las pulsaciones a tope, ¿da tiempo a pensar algo que no sea en cómo debe tomar la siguiente curva?
R. No es que dé tiempo, es que debes hacerlo, tienes que pensar en cómo planificas la carrera. Ahí es donde se marca la diferencia. Hay muchos pilotos que saben ir rápido. Por talento y por velocidad, en la parrilla hay al menos diez pilotos que te pueden ganar un gran premio. Pero luego, en carrera, no solo se trata de ir rápido. Se tiene que pensar en cómo gestionas el neumático o el consumo de combustible, hay distintos detalles en los que debes pensar. Pero es verdad que, por mucho que pienses, si no tienes la velocidad no estás delante.
P. ¿Fabio Quartararo está llamado a ser su gran rival?
R. De los próximos grandes rivales. Está él, está Viñales, también Dovizioso, y los que vendrán. Dovizioso no tiene la velocidad de Quartararo, pero la cabeza le va perfecta. En cambio, Quartararo tiene la velocidad y no piensa tanto. Pero es que tiene 20 años. Cuando tenga más experiencia, incluso irá más rápido.
P. ¿Dónde encuentra usted la motivación para seguir ganando, cómo conserva el hambre?
R. La motivación está en las victorias. Es verdad que hay gente que me pregunta si no me canso de ganar tanto. Pero es que yo siempre afronto las temporadas pensando en lo peor, pienso que me van a ganar, porque es la manera de estar en guardia. Es una manera de prepararme para los posibles golpes que puedan llegar. Ganar es la recompensa a todo el trabajo hecho, y esos momentos los quiero volver a vivir. Y más cuando veo que el equipo, mi familia, mi entorno, mis amigos, se alegran incluso más que yo.
P. ¿Hay alguien que le inspire?
R. Me fijo mucho en Rafa Nadal, es uno de mis referentes. Por descontado Leo Messi, que es increíble cómo aguanta la presión. En el fútbol haces un partido malo y ya te quieren retirar, y luego sale él y clava tres goles de falta. En el mundo del motociclismo para mí siempre fue un ejemplo Dani Pedrosa, que tras cada lesión se levantaba y luchaba.
P. Pedrosa fue su penúltimo compañero de equipo y se retiró. El último, Jorge Lorenzo, también lo deja. ¿Se lo esperaba?
R. Para nada, porque tomar una decisión así teniendo contrato en vigor, es muy difícil. Dice mucho a favor de Jorge. Otro tipo de piloto podría haber decidido que, con un año de contrato, se iba a dedicar a dar vueltas y a cobrar el dinero, aunque fuera arrastrándose. Pero él no. No me esperaba su retirada porque he visto su compromiso, le he visto trabajar con las mismas ganas que el primer día. Ha sido un profesional desde el principio hasta el final, y ha tomado esta decisión por su bien, pero también por el bien del equipo.
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