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VINCENZO SPADAFORA / MINISTRO DE DEPORTES DE ITALIA

El ministro de Deportes: “Me comprometo a eliminar el racismo de los estadios”

Vincenzo Spadafora reconoce el grave problema que sufre el fútbol italiano y anuncia "medidas impopulares" para poner fin a años de racismo en las gradas

Daniel Verdú
El ministro de Juventud y Deportes de Italia, Vincenzo Spadafora.
El ministro de Juventud y Deportes de Italia, Vincenzo Spadafora.

Italia afronta recurrentemente el problema del racismo en los estadios de fútbol desde sus instituciones políticas. Tras la notica y el clima de alarma social, suele llegar algún anuncio y un clima de redención nacional. Al cabo de poco, los incidentes vuelven a repetirse. Vincenzo Spadafora (Movimiento 5 Estrellas), el nuevo ministro de Juventud y Deporte de Italia tiene un largo historial de trabajo contra la discriminación. A sus 45 años, es uno de los hombres fuertes del M5S y está dispuesto a cambiar una dinámica crónica, explica a El PAÍS, que no solo afecta al sector ultra de las aficiones.

Pregunta. Este fin de semana hemos visto un nuevo episodio de racismo en las gradas del fútbol italiano. ¿Le preocupa?

Respuesta. Claro, y comparto esta preocupación con la del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y con el presidente de la FICG, Gabriele Gravina. Todos tenemos la voluntad de afrontar este problema de manera seria y definitiva.

P. El problema no son solo los ultras. Sucede cada fin de semana y se ve en muchos puntos del estadio, también en algunos medios y en el propio club. ¿Cuál es el problema? ¿Italia es un país racista?

R. No creo que Italia sea un país más racista que los otros. Yo me ocupo de los jóvenes y del deporte, y puedo garantizar que desde el punto de vista educativo y del deportivo haré todo lo posible. Eliminar el racismo de la sociedad es un proceso largo y costoso, que sacaremos adelante, pero yo me comprometo a eliminarlo de los estadios durante mi mandato. Incluso a costa de tomar decisiones impopulares.

P. ¿A qué se refiere?

R. Cuando llegan las sanciones, cuando se lleva cabo un endurecimiento de las reglas es normal que haya gente descontenta. Pero ha llegado el momento de que cada uno asuma su responsabilidad: instituciones, política, federaciones y aficionados.

P. La FIFA ha pedido medidas para una situación “descontrolada”. ¿Qué piensa hacer su gobierno para seguir ejemplos como el de Inglaterra? ¿Hay que cambiar la ley o aumentar las penas?

R. Es necesario que se comprenda de una vez que no hay espacio para el racismo, ni dentro del deporte ni fuera. Me reuniré pronto con todos los representantes del deporte para compartir con ellos un verdadero cambio, con sanciones más duras y más eficaces. Mi objetivo es hacer que sean los aficionados quienes tomen distancia de sus vecinos de asiento racistas. Si no lo hacen por convicción, al menos que sea por conveniencia. Tengo ya algunas ideas, pero quiero primero sentarme con todos. El camino es todavía largo, pero en este país ha llegado el momento de dar un salto de calidad.

P. ¿El tema pasará al fin a ser una prioridad del Gobierno?

R. Acabo de empezar mi mandato, pero mi compromiso contra la discriminación viene de lejos, empezando como presidente de Unicef y continuando como Garante para la Infancia. Es el compromiso de una vida, que ahora tengo la posibilidad de realizar en el ámbito deportivo. El Gobierno ha querido un ministro del Deporte real porque considera que es un recurso para el país, una excelencia de Italia como la moda y la gastronomía. El fútbol es divertimento, pero también un momento de crecimiento y una enseñanza de vida. Y eso es lo que debe volver a ser.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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