Ontiveros derrite al Valladolid

Septiembre es un mes caluroso en la provincia de Castellón con el verano prolongándose y en el que los partidos en horario juvenil se hacen largos. Eterno se le hizo al Valladolid, que resistió en La Cerámica con buena cara durante 75 minutos y no pudo aguantar la insistencia de un Villarreal in crescendo que terminó por hacer sucumbir el muro pucelano.

La derrota vallisoletana comenzó a fraguarse al inicio de la segunda mitad, cuando Calleja mandó a calentar a Ekambi, Chukwueze y Ontiveros. Los tres atacantes amarillos, tres balas, revitalizaron al Villarreal en el momento en que el cansancio comenzaba a causar estragos en los jugadores de Sergio González, parapetados ya cerca de Masip. Ontiveros, un pillo buscavidas, apenas dos minutos después de pisar el césped, con su verticalidad y buen pie, trenzó una gran jugada que concluyó con un amago y penalti de Salisu sobre el marbellí, tras una pared con Ekambi, tan claro que no necesitó ni la intervención del VAR. La pena máxima la convirtió Cazorla y Ontiveros puso la guinda final con un cabezazo, su primer gol profesional de cabeza, a centro de Chukwueze.

La trabajada victoria del Villarreal fue tan sufrida como merecida. Con buen gusto y atrevimiento, el Valladolid dio el primer susto al cuarto de hora tras quedarse solo Óscar Plano frente a Asenjo, que achicó el espacio al atacante pucelano. Los de Sergio González defienden y atacan con muchas piezas, lo que complicaba tanto el despliegue del Villarreal como el repliegue en un partido jugado con más toque que ritmo en el horno de La Cerámica. Pasados los 20 minutos, una avería en la comunicación entre el árbitro y los asistentes, fue aprovechada por los 22 jugadores para acercarse a la banda y refrescarse. Lo necesitaban.

La primera ocasión para los amarillos llegó en un disparo de Cazorla que Masip rechazó como pudo y que concluyó en la portería del catalán tras robar el esférico Gerard Moreno a Rubén Alcaraz, que se resbaló sin llegar a despejar. Entendió el colegiado que había una falta del exespanyolista. La acción quedó invalidada antes de que acabara en la red lo que no dio opción a ser cuestionada por el VAR. Gerard Moreno no entendía dónde estaba la infracción. Sin profundidad, el ataque castellonense resultaba plano, sin incomodar apenas al Valladolid en un primer acto insustancial.

La segunda mitad nació con un aviso importante del Valladolid, que en un contragolpe pudo adelantarse en el marcador tras una rápida transición que finalizó en el poste derecho de Asenjo después de un disparo trompicado de Sandro – el canario lleva 666 días sin marcar gol- que rebotó en Pau Torres. Fue todo lo que ofreció el cuadro de Sergio González en el acto segundo. Dominaba el Villarreal con más intención que acierto con el Valladolid en retroceso y selectivo en sus salidas cada vez más espaciadas. Inédito en los primeros 45 minutos, Masip comenzó a acaparar foco, salvador de los de Pucela en un mano a mano con Ekambi con el Valladolid embotellado.

Mientras acumulaba centrocampistas Sergio González, apostó por todo Calleja con la entrada de Ekambi, Chukwueze y Ontiveros, mano de santo el ex del Málaga, prodigioso en su primera intervención, objeto de un penalti sin discusión de Salisu tras una gran internada y combinación del marbellí y Ekambi. La pena máxima la transformó Cazorla.

Sin más remedio, el Valladolid se lanzó al ataque sin mucha convicción y tino, contestado una y otra vez por el Villarreal al que el palo evitó el gol de Peña tras una gran volea. Ya asomando el final, Masip no pudo hacer nada tras una internada de Chukwueze que cabeceó a gol Ontiveros. Demasiados buenos atacantes del Villarreal para el Valladolid.