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DE TÚ A TÚ
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Fútbol femenino: inversión y difusión

En los últimos dos o tres años la mejora es notable: en infraestructuras, en condiciones, en salarios, en nivel de juego...

Vero Boquete
Jenni Hermoso, delantera del Barça.
Jenni Hermoso, delantera del Barça.Getty

Un nuevo consumo futbolístico. Este fin de semana comienza la Liga Iberdrola, la élite del fútbol femenino español y ahora también internacional, ya que cada vez son más las jugadoras extranjeras que escogen nuestra liga, 106 en esta campaña 2019-20. En los últimos dos o tres años la mejora es notable: en infraestructuras, en condiciones, en salarios, en nivel de juego... Inversión y difusión, esas son las claves del avance. Y me explico. LaLiga, Iberdrola, la RFEF, los clubes, las instituciones... todos han decidido invertir en fútbol femenino, unos más que otros, claro. Y también unos antes que otros. Y con la inversión llegó la difusión. Televisiones, periódicos, radios... ahora sí tienen espacio para nuestro deporte (pagado o no, de ahí lo de inversión) y la gente empieza a consumir y demandar este producto.

En lo deportivo, será el Barça el que marque el camino en la lucha por el campeonato. El club blaugrana vuelve a liderar la tabla de presupuestos y este año se ha reforzado bien para recuperar el título, ganado por el Atlético las últimas tres temporadas, y lo ha hecho a golpe de talonario, con Caroline Hansen y Jenni Hermoso como grandes estrellas.

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El Atlético no lo pondrá fácil, se ha acostumbrado a ganar y las llegadas de Virginia Torrecilla y Charlyn Corral es para continuar en esa línea.

El resto competirá y lo hará cada vez mejor. Esa será la mayor promoción de esta Liga, junto a la expectación que generará desde el primer día el Tacón-Real Madrid femenino.

Siguiendo con ligas femeninas, otra que también inicia este fin de semana será la inglesa, y lo hace a lo grande, con el primer derbi en Manchester. La liga francesa y la alemana irán a por su segunda jornada y todo indica que volveremos a ver una lucha entre Lyon-PSG y Wolfsburg-Bayern, respectivamente.

Pero hay algo que estas ligas y países tienen en común, algo que les une directa o indirectamente, un objetivo común que comparten algunas de sus integrantes. Distintos países, distintos clubes y distintos vestuarios, pero un mismo equipo: Common Goal. Un movimiento social iniciado y liderado por las y los futbolistas (Juan Mata el primero) con el objetivo de abordar los mayores desafíos sociales de nuestro tiempo y cambiar vidas a través del fútbol. Para eso, todos los miembros se comprometen a donar el 1% de sus ganancias. Hoy mismo se unen otras 17 mujeres (16 jugadoras y 1 entrenadora) y convierten a la Liga Iberdrola en la número uno.

El flojo arranque de Barça y Real Madrid. Ya sé que hay más equipos, que no todo va de estos dos clásicos, pero es destacable el flojo inicio de ambos. Si pensamos en millones y en jugadores estrella, deberían liderar LaLiga desde la primera jornada, pero también podemos pensar en sus pretemporadas: ¿útiles y eficientes? O en las posibles llegadas y salidas que siempre entorpecen y descentran; nadie puede estar muy metido cuando no sabes cuál será tu escudo, cuáles tus objetivos, o ni siquiera en qué colegio empezarán el año tus hijos. Difícil tarea para Zidane y Valverde en este caso, pero extrapolable a cualquier entrenador en las diferentes divisiones. La continuidad de un proyecto, la estabilidad en un banquillo, la confianza en unos jugadores, las mejoras justas y necesarias en el momento indicado seguirán siendo una gran parte del éxito en este fútbol que vive, sobrevive o convive —según como se mire— en una inmediatez asfixiante.

Pero todos estos temas son banales cuando hablamos de la vida, y esta semana a todos nos conmocionó la triste noticia de la muerte de Xana, la hija de Luis Enrique. Impactante e increíble pérdida que nos pone a todos a ver las cosas desde la perspectiva correcta. Un aplauso para el respeto y discreción de la prensa; un abrazo, sin duda insuficiente, de los 47 millones de españoles para Luis Enrique y su familia.

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