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“Envidio a las del fútbol femenino, también queremos reconocimiento”

Maica García, referente del equipo, explica el éxito de la selección española en el Mundial y sus expectativas ante la final con EEUU

Robert Álvarez
Maica García lanza ayer ante la húngara Gangl.
Maica García lanza ayer ante la húngara Gangl. ANTONIO BAT (EFE)

Maica García (Sabadell, 28 años) es una de las jugadoras de referencia de la exitosa selección española de waterpolo. Desde que empezó a destacar en 2007, ha sido protagonista de la ascensión a la élite internacional de un equipo con el que ya fue plata en los Juegos de Londres, oro en el Europeo de 2014, tras el que fue designada mejor jugadora del continente, y también oro en el Mundial de Barcelona, en 2013. La boya del equipo español comparece de nuevo en la final del Mundial ante Estados Unidos, un rival netamente superior a todos durante los últimos años. Pero Maica García asegura que el equipo español afronta la final con más confianza en sus posibilidades que nunca.

Pregunta. ¿Cómo valora el Mundial de España hasta ahora?

Respuesta. No tengo palabras. Ha sido increíble. Ha sido una serie de partidos en los que hemos salido a muerte. Desde el primer día ante Grecia hemos impuesto nuestra garra y carácter y así nos hemos plantado en la final.

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P. Siempre han llevado la iniciativa. ¿No les ha resultado difícil marcar el paso de manera tan acentuada?

R. Es un planteamiento, una actitud. Los inicios marcan el transcurso de los partidos. Y hemos querido marcar la diferencia, y decir: ‘Aquí estamos y vamos a por lo que vamos’. Marcar antes, poder conseguir una diferencia rápida, te da aire, un respiro. No vas sufriendo por meter un gol o porque no te metan. Nos hemos centrado muchísimo en ello, sabiendo que tenemos potencia de ataque, gol y buen juego dentro de la boya. Hemos focalizado mucho en la defensa con Laura (Ester), cerrando todo lo que podemos y minimizando errores. Aunque tampoco nos esperábamos salir a veces con tanta ventaja.

P. Estados Unidos es un rival de muchísima entidad. ¿Lo ve accesible?

R. Es cierto que lo hemos dicho muchas veces, pero este año las vemos muy cerca, realmente nos lo creemos y pensamos que podemos. Eso marcaría el año olímpico y nos posicionaría muy bien.

P. ¿EEUU es una selección aparte, diferente al resto?

R. Ellas no tienen la competencia que existe en Europa, a nivel de selección y de clubes. Poseen una buena base en las universidades y en California, despuntan enseguida y pueden trabajar juntas durante mucho más tiempo en la selección donde hacen un trabajo mucho más técnico. Poseen una metodología de trabajo totalmente diferente a todas las selecciones.

P. ¿No les intimida un rival de esa entidad?

R. No. No tenemos complejos. Hablé con las jugadoras americanas, que son mis amigas, y les decía que firmaba esta final. Ahora quiero el oro. Somos ambiciosas. No nos cansamos y vamos a luchar por él. Este es el año que podemos estar más ahí, porque estamos haciendo resultados parecidos si no iguales a Estados Unidos. Vamos a ir a por todo. Estamos mejor a nivel emocional, muy fuertes en cuanto a actitud de equipo, muy bien cohesionadas, remando todas en la misma dirección.

Siempre hemos estado a la sombra, pero nos dejamos los ovarios a diario”

P. ¿Han introducido alguna novedad en su juego?

R. Al final siempre cambiamos algo. La defensa la habíamos trabajado más basándonos en el pressing y el contacto. La nueva normativa ha propiciado que las jugadoras estemos más atrás y confiemos más en la defensa. Es un cambio táctico, pero no es una sorpresa porque lo utilizan otras selecciones.

P. El 27 de junio fue operada del dedo anular de la mano derecha. ¿Todavía lo acusa?

R. Lo llevo bien, pero lo tengo inflamado y hay movimientos en que sí me molesta. En medio del partido, con la adrenalina, ni pienso. Llevo una placa en cuarto metacarpo, con tornillos. Se me hincha, pero he mejorado la movilidad y la fuerza a nivel de agarre.

Esta vez, en la final ante Estados Unidos, realmente nos lo creemos”

P. ¿Pensó que se perdía el Mundial?

R. El lunes en que me lo hice y me dijeron que había fractura pasé una noche fatal, no pude dormir y me dije ‘me pierdo el Mundial’. Al día siguiente, el especialista ya me planteó las opciones: cuatro semanas inmovilizada o bien operar sabiendo que íbamos justos de tiempo y posiblemente no iba a poder jugar el primer partido contra Grecia. Pero sí llegué para el debut.

P. Se habla del ‘boom’ del deporte femenino, pero ustedes, como el baloncesto o el balonmano, llevan ya varios años en los podios. ¿Qué le parece el ‘boom’ del fútbol femenino?

R. Me alegra. Nosotras hemos estado siempre a la sombra. No se nos reconocía el trabajo y es un orgullo que las chicas de futbol estén ahí. Nosotras, como el baloncesto o el balonmano, seguimos en la brecha para ganar nuestra recompensa y se nos valore. Las de fútbol me dan envidia en el sentido de que se habla más que del waterpolo, un deporte muy duro y que se valora poco en comparación a otros. Eso es lo que queremos, reconocimiento. Nuestra vida es el waterpolo. No ganamos los millones que ganan los del fútbol, pero nos dejamos los ovarios, vamos a decirlo así, cada día y en cada partido.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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