Marc Gasol: “No soy el mejor en nada, pero puedo ganar a cualquiera”
El pívot de los Toronto Raptors, campeón de la NBA, repasa la intrahistoria de la consecución del anillo y los próximos retos con la selección española
Marc Gasol (Barcelona, 29 de enero de 1985) ha llegado a la cumbre y sigue mirando hacia arriba: al Mundial de China que le aguarda con España del 31 de agosto al 15 de septiembre. Y con el telón de fondo de los Juegos Olímpicos de 2020 en Tokio. Y también mira a ras de tierra, literalmente. Atiende a EL PAÍS en el OVO Athletic Center, cuartel general de los Toronto Raptors, mientras su hija Julia, de cuatro años, se entretiene pintarrajeando una cartulina. Su padre es feliz, tras 11 temporadas ha conseguido el ansiado título, igual que su hermano Pau en 2009 y 2010 con los Lakers. Los Toronto Raptors le han cambiado la vida y él ha cambiado la vida del equipo canadiense en apenas cuatro meses, desde que llegó a Toronto en febrero tras un intercambio con Memphis Grizzlies. Hoy, la franquicia —fundada en 1995— y el jugador catalán comparten su primer título de la NBA.
Pregunta. ¿El anillo de campeón es la culminación de su carrera?
Respuesta. No una culminación, pero sí una validación. Ver la felicidad de todos los que envuelven a la franquicia, a toda la ciudad y el país me hace sentir muy orgulloso… Yo no sentía que mereciese nada, pero los mensajes privados que he recibido privados me decían: ‘Te lo mereces más que nadie’. No sé lo que quieren decir, pero lo agradezco. No pensaba que me importara tanto ganar el anillo. Es un poco adictivo estar en esta situación. Lo que me ha sorprendido es lo difícil que era mental y físicamente ganarlo.
P. Ha demostrado estar preparado.
R. Tenía claro que no podía fallar. Tenía que vaciarme al máximo porque no sabía si volvería a estar en esta situación. Si el partido no te estaba yendo bien y no estabas en ritmo, pues aportabas en defensa y en otras cosas, sin poner nunca poner una excusa o venirte abajo. Lo mejor que me han reglado en el baloncesto es un espejo. Me alegro porque me ha ratificado muchas cosas de las que creía y me han enseñado desde muy pequeño en el baloncesto de formación, cosas que forman un poco parte de tu ADN como jugador y como persona y que al más alto nivel se comprueba que son muy importantes.
P. Ha batallado contra una serie de estupendos pívots como Embiid, Vucevic, Cousins, Brook Lopez…
R. Nunca me he considerado el mejor en nada, pero siempre he pensado que puedo ganar a cualquiera, siempre. Es una mentalidad que he tenido incluso jugando con Pau. He dicho: ‘Sí, el título de mejor te lo doy, pero te ganaré’. Aunque sea una contradicción, pero mi sensación ha sido siempre esta: ‘Tal vez seas mejor, pero encontraré una forma de ganarte’.
P. Su integración a los Raptors ha sido rapidísima.
R. Por parte de todos. Entendía que pasaba de primera opción, A ó B, con Conley en un equipo [base de los Grizzlies], a ser prácticamente aquí la cuarta opción. Eso, cuando salía de titular. Entendí que no tenía que preocuparme de eso, sino de jugar al baloncesto. Y si un día tienes 15 tiros, tira 15; y si un día tienes cuatro, tira cuatro. Al final, no se trataba de los individuos o las cosas individuales, sino de aportar a las necesidades que viese del equipo.
P. Cuando firmó en febrero, ¿ya tenía claro que no había otro objetivo que ganar el anillo?
R. No. Veíamos que era la posibilidad y el objetivo, pero en el Este veías a Milwaukee, Filadelfia, Boston y nosotros y veías que cualquiera de los cuatro se lo podía llevar. Creímos mucho en nosotros y realmente vimos que teníamos posibilidades y, además, teníamos un jugador muy especial.
P. Kawhi Leonard. ¿Por qué?
R. Primero, porque no tiene ningún tipo de ego. Se dedica a jugar. Posee un enorme talento y juega con una confianza muy grande. Y cuando habla se comunica de manera muy directa y muy clara, y puedes hablar con él también de forma muy natural, no tienes que ir con guantes, para vigilar como le sienta.
P. ¿Kyle Lowry?
R. Es un jugador que juega mejor de lo que es. Ni es atléticamente el mejor, ni tiene el mejor dribling, pero es un luchador al límite, sabe jugar muy bien y compite al máximo.
P. ¿Le pidieron que ayudara con su experiencia?
R. No sé. Yo llego y veo cómo puedo ayudar al equipo. Me pintan un poco cómo es, pero también quiero verlo y vivirlo. Y es un poco mi manera de ser, cuando veo algo lo comento. Y los jóvenes son extraordinarios, podrían ser muchos titulares en la NBA porque son muy buenos. Dejaba atrás mi carrera y daba un salto, quería disfrutar al máximo. Era mi manera de verlo. Esto no se lo he explicado a nadie, pero en el primer partido de Nueva York, en una jugada, tras un salto, se me dobló la pierna al caer y pensé que me he roto la rodilla. Al cabo de un mes hicimos una resonancia porque me dolía y lo superé. Pero, cuando pasó, tuve mucho miedo. Pasé una semana que decía: ‘después de todo esto, va y en el primer partido me destrozo la rodilla’.
P. ¿Compatibilizar el puesto con Serge Ibaka, compañero suyo en la selección española, ha sido una papeleta?
R. No es fácil. En su caso, era más difícil porque estaba en el equipo antes que yo, y era titular. Yo venía de fuera y no era mi equipo. Pero en el momento nos dijimos: ‘Oye, estamos aquí para ganar, y no vamos ahora a centrarnos en si tú eras titular o yo soy titular. No estoy aquí para competir contigo. Estamos aquí conjuntamente para competir contra otro equipo’. Obviamente esto es un proceso que no pasa de la noche al día, pero él ha hecho un trabajo increíble tanto mental como en el juego.
P. El equipo ha demostrado ser competitivo incluso en las derrotas.
R. Eso es así. Es un tema de naturaleza de los jugadores. Y empieza por Kawhi, por su forma de ser: no sobreactuar en ninguna situación, mentalizarse en el objetivo y hacer su trabajo. Ha marcado la línea, nadie podía salirse del camino porque él era la locomotora. Muy fácil.
P. Han roto una dinastía, ¿Su reto ahora es repetir?
R. A ver cómo va. Se irá viendo cómo funciona el equipo. Al final se trata de talentos. Si Kawhi Leonard sigue, obviamente las cosas serán más fáciles, sino sigue será más difícil. Es como si el Barça pierde a Messi. ¿Será competitivo? Lo será, sin duda. Pero habrá perdido al mejor jugador del mundo. Si pierdes al mejor del mundo, tendrá consecuencias porque obviamente no es lo mismo. Leonard es único. No creo que haya otro jugador de su calibre en este momento en la NBA. Está solo en el pedestal.
P. Ahora ya sabe lo que sentía Pau al ganar los títulos.
R. No me gusta mucho hablar de Pau. Yo, desde la grada, viví la sensación a través suyo cuando los ganó. Claro que me gusta revivirla desde la pista. Es una satisfacción muy grande por el esfuerzo que comporta. Y dices: ‘Vale ha valido la pena todo esto’. Pero ya está. Con él hablamos de sus sobrinos, de los planes de vacaciones, de su boda, pero sorprendería lo poco que hablamos de baloncesto: algún detalle... Obviamente, cuando miras, ves que somos los primeros hermanos que ganamos un anillo, también los primeros hermanos que empezamos en un partido del All Star. Tenemos mucha suerte de estar en la selección que estamos, y la suerte de hacer lo que hacemos y de estar muy unidos.
P. El cuarto cuarto, como usted define los años que le quedan hasta finalizar su carrera ¿va a ser el más importante?
R. Es el último. No sé si el más importante, pero te tienes que vaciar. Por eso tengo claro que quiero ir este verano a la selección y tengo claro que quiero ir a los Juegos Olímpicos. Me quiero vaciar, y tener la sensación cuando se me acabe todo: ‘Hostia, mira ¿sabes qué? ya lo he dado todo. Me es indiferente dónde acabe y todo eso… Pero yo me he vaciado y tengo claro que mi motivación es esta que cuando llegue el momento de dejar el baloncesto mirar atrás y decir: ‘Lo he dado todo’.
P. Antes deberá decidir qué hace el año próximo. Tiene una opción para seguir una temporada con un contrato firmado por 26 millones de dólares o convertirse en agente libre ¿Qué piensa hacer?
R. No lo he mirado mucho. Estoy seguro de que la franquicia tiene otras prioridades que cumplir, y una vez que se haya decidido, veremos los demás, qué quieren hacer y cómo va. Ahora, es tiempo de celebrar y disfrutar este momento.
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