Hazard: “Todavía no soy un ‘galáctico”
Más de 50.000 aficionados reciben al belga en su presentación con el Real Madrid. El belga se muestra humilde ante el reto de encabezar el nuevo proyecto de su ídolo Zidane
“Si al final fichamos a Mbappé, esta cola va a dar ocho vueltas al estadio”, le decía un nieto a su abuelo. Ambos habían renunciado a correr alrededor de un Santiago Bernabéu que ayer por la tarde registró por momentos olas de aficionados. Las carreras alrededor del estadio del Real Madrid evocaban una estampida en medio de la sabana africana, solo que no había miedo en quienes se encontraban dentro de ella. Era una hinchada que descorchaba una ilusión desconocida en los últimos tiempos.
La excitación previa a la presentación de Eden Hazard, el fichaje más caro del Real Madrid —100 millones de euros más 20 en variables—, y su salida al césped de un Bernabéu que mostró una entrada superior a los 50.000 espectadores, rememoró tiempos galácticos. A medida que el Bernabéu iba engordando su figura, el público soñaba en voz alta. “¡Queremos a Mbappé, queremos a Mbappé!”, gritaban pidiendo a Florentino Pérez el fichaje de la estrella francesa, de nuevo espiritualmente presente en el acto. A diferencia de la jornada anterior con Luka Jovic, Hazard pronunció esas dos palabras mágicas que encienden al Bernabéu instantáneamente: “¡Hala Madrid!”, lanzó el belga que, encantado con la estampa, recorrió todos los rincones del campo enviando balones al público. “Tengo muchas ganas de empezar a jugar con esta camiseta y de conseguir muchos títulos. El Real Madrid era mi sueño desde pequeño y ahora quiero disfrutarlo”, dijo el belga, en francés, después de lamentar su flojo castellano.
“Es un día de enorme felicidad para el Real Madrid. Todos sentimos una emoción especial. La emoción de saber que llega al Real Madrid un futbolista fantástico, un futbolista diferente”, le alabó Florentino Pérez. “Hace tiempo que deseaba pronunciar estas palabras. […]Sabemos que el Real Madrid era tu sueño, y ese sueño empieza a cumplirse en estos momentos. Bienvenido al Real Madrid, bienvenido a tu casa”, remachó el mandatario.
Vestido de nuevo de traje, Hazard atendió a los medios con el mismo gesto de tranquilidad que le acompañó en todo momento. “Desde que empecé a jugar con mis hermanos en el jardín de casa empecé a apoyar al Madrid, luego me marché a Francia, al Lille, después al Chelsea a Inglaterra, pero llegar aquí y ponerme esta camiseta es un honor”, concedió el belga, que reconoció que la presencia de Zinedine Zidane en el banquillo fue un aliciente extra para su incorporación. “Todo el mundo sabe que Zidane era mi ídolo desde pequeño. El hecho de que sea el entrenador del Madrid ha sido un factor importante”.
Sin querer adelantarle el trabajo a su nuevo técnico, Hazard aseguró que, aunque su posición ideal sería “a la izquierda o de 10”, no le importaría adaptarse a cualquier otra. También se quitó galones en cuanto a su condición de galáctico. “No soy un galáctico, todavía no, aunque espero serlo algún día. Soy Eden Hazard, y todo lo que he hecho en el pasado será borrón y cuenta nueva. No soy un galáctico, solo un buen jugador”, explicó con un tono que sonó sincero. A pesar de esa modestia, tanto el jugador como el Madrid asumen que su incorporación al equipo supone no solo un plus deportivo, sino también una designación como estrella mediática. “En el Madrid hay muchos líderes, y por eso para mí el grupo es lo más importante. Vengo para intentar mejorar el grupo con mi experiencia, mis regates, y mis goles, tal vez. He sido el líder con el Chelsea, con la selección de Bélgica, y aquí voy a hacerlo todo para ganar”, aseguró.
Algunos de esos líderes a los que aludió, como Sergio Ramos, son los que lanzan, por ejemplo, los penaltis, una de las especialidades del belga. “Creo que los seguirá tirando y marcando muchos goles”, dijo sonriendo. De la misma forma que reconoció que el número 10 seguirá siendo propiedad de Luka Modric. “Le pregunté si me prestaba el número, pero me dijo que no. Así que tendré que buscarme otro”, reconoció bromista.
A sus 28 años, Hazard asume un desafío que reconoció enfrentar en el momento idóneo. “No creo que sea muy tarde, tengo 28 años, estoy en el mejor momento, que para un jugador es entre los 27 y los 32. El sueño de jugar en el Madrid ha estado ahí mucho tiempo, pero ahora era el momento de marcar un antes y un después”. Las expectativas sobre él son las que establece su trayectoria, la cuantía de su traspaso y lo que espera el club de su talento. No se reconoce como galáctico, pero lo que todos desean es que lo asuma lo antes posible
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